Ashtanga Yoga – Toma las riendas

Ashtanga Yoga – Toma las riendas

Ashtanga Yoga – Toma las riendas


By: Carmen Yagüe  |  Sep. 28, 2016

 

El sistema de ashtanga yoga se enseña y practica tradicionalmente en formato Mysore, o auto práctica asistida. La secuencia de posturas es memorizada por el estudiante, que acude a una sala en la que confluyen otros estudiantes con distintos niveles de experiencia y habilidad y por tanto, que practican distintas rutinas.

El profesor se encuentra en la sala, muchas veces apoyado por asistentes, y va ayudando a los estudiantes cuando es necesario, facilitando la práctica de los mismos, ejerciendo de referente a la par que, idealmente, asumiendo un segundo plano.

En una clase estilo Mysore normalmente se bloquean unas cuantas horas, a partir de 2 y hasta 5 o 6, y se da al practicante la flexibilidad de llegar cuando desee, siempre y cuando pueda ser mínimamente autónomo y respete el ritmo de progreso impuesto por el profesor, que añadirá nuevas posturas a la secuencia cuando lo considere oportuno.

Habiendo practicado y asistido en clases Mysore durante años, uno de los aspectos que más me llamó la atención cuando comencé a enseñar ashtanga a principiantes fue la confianza extrema en las demostraciones del profesor y el aturdimiento y confusión que las instrucciones verbales generaban.

Una clase de ashtanga, incluso en formato guiado, es muy distinta a la mayoría de clases de yoga: el profesor no practica con los estudiantes, y si demuestra algo, lo hace solo de forma puntual. La instrucción y ritmo verbales son clave, así como la manipulación o ajustes. Esto hace que el centro de poder de la clase pase del profesor al alumno, que la atención se concentre en la respiración y movimientos de uno mismo, en el fluir de la propia práctica, más que en el profesor. El profesor asesora, facilita, pero la responsabilidad en última instancia recae en el estudiante.

Según los yoga sutras, la práctica de asanas (posturas) va preparando el terreno para que estados de yoga más elevados ocurran. Entre ellos, cabe destacar Pratyahara, que significa concentración de los órganos de los sentidos hacia uno mismo. Como explicábamos en el artículo anterior, esta es la razón principal por la que en ashtanga trabajamos en la confluencia de movimiento, respiración y mirada (tristhana).

Las salas de ashtanga carecen de distracciones, como música, espejos o secuencias de posturas diferentes, para así potenciar la concentración y propiciar que se generen estados espontáneos de meditación.

Gracias a estos estados de yoga más profundos somos capaces de comprender nuestra verdadera naturaleza. Nuestros sueños y nuestros miedos, nuestras reflexiones y nuestros impulsos, nuestras luces y nuestras sombras son revelados, como si de un mapa de nuestro alma se tratase. Es esta información la que nos permite continuar trabajando en nosotros mismos, convirtiéndonos en seres más sinceros, más valientes, más íntegros, más fuertes.

Esta fortaleza se cimienta en la confianza inquebrantable en uno mismo. Mysore y su sistema de auto práctica son un buen primer paso.

Próximos cursos de iniciación al ashtanga:

Madrid, 30 de Septiembre. City Yoga.

Más información: yagueyoga.com


 

Carmen Yagüe

Carmen comenzó a hacer yoga en 2004 gracias a una clase en su gimnasio. Tras un tiempo explorando diversos estilos, descubrió el ashtanga yoga y no hubo vuelta atrás.
Tras años de formación y enseñanza en Londres, viajes regulares a Mysore (KPJAYI) y estudios intensivos con algunos de los mejores profesores del mundo, Carmen está de vuelta en Madrid dispuesta a compartir mucho yoga!
Carmen imparte clases regulares en Ashtanga Yoga Madrid y ofreces programas de Introducción al Ashtanga y sesiones privadas y para empresas en Madrid.
Para mas información, visita su web, redes sociales y próximos cursos de iniciación.


 



Expande tu pecho con extensiones

Expande tu pecho con extensiones

La espina dorsal es una increíble combinación entre fuerza y flexibilidad permitiendo que la espalda se mueva en diferentes planos. La práctica regular de extensiones, “posturas de yoga que abarcan movimientos de columna en arco hacia atrás creando una amplia expansión en el pecho”, favorece la flexibilidad de vértebras y tendones a la vez que los músculos se fortalecen en profundidad.

Pueden dividirse en tres categorías:

Tracción: los músculos frontales del cuerpo participan activamente en el control del rango de arqueamiento de la espina dorsal, favorecido por la gravedad. Por ejemplo Ustrasana o el Camello, o Urdhva Dhanurasana o la Rueda.

Palanca: son extensiones asistidas por la cooperación de brazos y piernas para curvar la espalda en alargamiento; por ejemplo la Cobra o Bhujangasana, o el Arco o Dhanurasana.

Contracción: extensiones en las que la musculatura se contrae con fuerza para vencer la gravedad y el peso, por ejemplo la postura del Saltamontes o Salabhasana.

Hacer un calentamiento progresivo y amable es fundamental a la hora de aproximarse a estas posturas que pueden ser realmente exigentes, razón de más para prepararlas bien. Te invitamos a practicar las cuatro asanas que publicamos en el collage del Verano Yogi. Veámoslas una a una.

Medio Dhanurasana desde cuadrupedia.

Esta postura prepara las siguientes incluyendo el factor equilibrio. Brazos y piernas se despiertan, el abdomen está activo y la mirada se fija en un punto aportando estabilidad. Mantén con cada pierna un mínimo de cinco respiraciones y repítela entre dos y tres veces.

Dhanurasana.

Es la fuerza de las piernas empujando hacia arriba y hacia atrás la que eleva el torso. Mira hacia adelante alargando el cuello, o arriba si quieres realizar una extensión completa, pero siempre intentando crear espacio entre las vértebras. Puedes entrar y salir de la postura de forma dinámica cinco respiraciones y después mantenerte cinco respiraciones más en quietud.

Variación de Vasisthasana.

Esta hermosa asana nos incita a expandir el corazón hacia el cielo y prepara los brazos para la última postura. La fuerza de los glúteos mantiene la pelvis arriba, a la vez que alargas el brazo por encima de la cabeza proporcionando un gran estiramiento al costado, el abdomen y abres el pecho. Permanece al menos cinco respiraciones y cambia de lado.

Urdhva Dhanurasana.

Es un gran desafío de nivel intermedio-avanzado y fortalece todo el cuerpo. Al principio puedes sentir que las manos y los pies tienden a separarse, busca empujar siempre hacia el centro con las rodillas, hombros y codos para permitir que la acción de los músculos te eleve y no se compriman las vértebras. Mantén el asana durante cinco respiraciones y, si aún te quedan fuerzas, ¡repítela una vez más!

Leer el artículo

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