La concentración en el yoga y en la vida

La concentración en el yoga y en la vida
By: María González Santos | Jun. 03, 2016
Todo practicante de yoga conoce la importancia de la concentración. Cuando realizas una asana has de sentirla desde tu centro, notar como tus músculos se estiran y se contraen en sintonia con la respiración, y convertir cada momento en autentica presencia. Si mientras estás practicando las posturas estás pensando en lo que tienes que hacer durante el día o en lo que hiciste ayer…eso no es yoga.
La concentración no es solo importante en nuestra práctica de yoga, tenemos que aprender a utilizarla en nuestro día a día, realizando cada actividad al cien por cien, dando lo máximo de nosotros mismos.
¿Cuantas veces has olvidado lo que estabas haciendo por saltar a otra cosa sin darte cuenta?, quizá a veces te sorprendes comiendo o realizando algún hábito que te habías propuesto abandonar, ¿tu olfato te suele avisar de que te dejaste algo al fuego por embaucarte en otra tarea?. A todo esto se le suele llamar multitarea, hacer varias cosas a la vez, obteniendo resultados a medias.
Existen muchas técnicas para potenciar y trabajar la concentración, todas con un único objetivo, entrenar la mente, para que no nos distraiga ni nos aleje de nuestra posición en la vida.
1. Meditación. Emplea al menos 25 minutos cada día en alguna técnica de meditación, puede ser simplemente observar tu respiración con los ojos cerrados o visualizar alguna imagen que te inspire.
2. Recitar Mantras. La repetición de mantras (Japa), es una potente técnica para controlar la mente y ejercitar la concentración.
3. No hacer nada. Reserva cada día 30 minutos para sentarte en silencio, sin hacer nada, solo siendo consciente de ese momento.
4. Utilizar una alarma personal. Cuando te des cuenta de que tu mente divaga y no está siendo consciente del momento, parala, para ello utiliza alguna palabra como señal, asegúrate de que sea corta, por ejemplo ¡stop!, ¡basta!, ¡silencio!.
“La concentración depende de tu mente, y al igual que todos los músculos de tu cuerpo necesita ser entrenada“.
Namasté
El sendero de Virya
El post de hoy está asociado a la segunda clase de mi nueva colección Sraddha, un conjunto de prácticas que no te puedes perder. Para diseñar esta clase me he inspirado en un concepto que se halla tanto en el ámbito hinduísta como el budista, VIRYA, traducido literalmente como fuerza, energía, vigor, valor, o ímpetu.
Estas cualidades están presentes en la práctica del Yoga, particularmente englobadas en la familia de las “asanas de fuerza”. La manifestación más obvia de este atributo es la física: un ejemplo es sostener la posición por largo tiempo, tener la musculatura bien definida y abordar mayor complejidad en la ejecución.
Pero este es solo un aspecto a tener en cuenta, porque la fuerza se construye siempre desde dentro hacia afuera, desde la actitud.
La manifestación más sutil de la fortaleza nace en el compromiso, que no es más que el acuerdo al que llegas contigo mismo a la hora de mejorar tu condición física y mental para comenzar a disfrutar de una vida más plena.
