El desapego en la práctica del yoga

El desapego en la práctica del yoga
By: María González Santos | Nov. 04, 2015
Mi primer contacto con el yoga fue en la adolescencia, por aquel entonces me ceñía únicamente a su parte física a través de asanas, desconociendo lo que significaba la práctica correcta del yoga , la verdadera unión y conexión entre el cuerpo, mente y alma.
Ya en la edad adulta, retomé mi práctica, pero esta vez siendo totalmente consciente de lo que realmente buscaba en el yoga. Fue a partir de ahí cuando me di cuenta de que el yoga siempre llega a la vida de una persona en el momento adecuado, esa necesidad de búsqueda hacia uno mismo, es la que te dirige hacia tu senda espiritual, a lo que realmente somos, a nuestra verdadera esencia.
De manera autodidacta, recibiendo clases en diferentes centros y siguiendo las enseñanzas de algunos maestros, he ido y voy ampliando mis conocimientos, teniendo siempre presente su práctica, por que yoga es “practica”, no podemos conocer nuestra mente si no se medita, ni realizar una asana correctamente si no aprendemos a escuchar nuestro cuerpo.
El yoga te acerca a tu verdadero ser, y te aleja de lo que no es necesario, ayudándote a vivir una vida más plena.
LA LEY DEL DESAPEGO
Todo practicante de yoga ha oído hablar alguna vez sobre la ley del desapego, servicio o acción desinteresada , uno de los pilares del Dharma.
De manera casi automática estamos acostumbrados a esperar resultados en todo lo que hacemos, y si estos no son lo esperado nos sentimos frustrados, y aparece el sufrimiento. Una persona apegada a lo material satisface sus deseos mundanos, temporalmente, ya que nunca se sentirá satisfecha.
La ley del desapego tiene mucho que ver con la práctica del karma yoga, o yoga de la acción, es la unión del alma con lo supremo, todas las actividades realizadas van dirigidas como si se tratase de una ofrenda, a nuestro ser superior, tomando esta actitud nuestra dedicación se centra en realizar todas nuestras acciones lo mejor que podamos, sin enfocarnos en los resultados.
Hacer lo que tenemos que hacer en ese momento, y después olvidarnos de ello. El desapego es autoentrega, autodedicación sin esperar nada a cambio. Como si se tratase de un acto de caridad, renunciamos y nos desapegamos de los frutos del trabajo.
El Karma yoga nos ayuda a calmar y purificar nuestra mente, desarrollamos compasión, tolerancia y humildad.
En nuestra práctica de yoga, tenemos la oportunidad de trabajar el desapego, poniendo toda nuestra atención al realizar las asanas o a la hora de practicar la meditación.
Tomando consciencia de cada inhalación y de cada exhalación, siendo también conscientes de nuestros pensamientos, efímeros y pasajeros sin apegarnos a ellos. Dedicando nuestra práctica a lo supremo e iniciándola con una intención verdadera.
La vida, al igual que el yoga se basa en fluir, si en nuestro día a día nos apegamos a las cosas materiales, a pensamientos que nos incomodan, y a ciertas personas, sentiremos la misma tensión y malestar que si por ejemplo en nuestra práctica forzamos más de la cuenta una retención, el autentico sentido del yoga se habrá perdido.
Como en cualquier rama del yoga, es importante tener disciplina con uno mismo, empezando por nuestros pensamientos, ya que el inicio de cualquier apego parte de un pensamiento, un recuerdo, un anclaje, que nos hace repetir los mismos actos.
Siendo conscientes y permaneciendo alerta, conseguiremos vivir plenamente el presente y cada momento como único y verdadero.
Elige tu Navidad

Hace 35 años que colecciono navidades. Es una afición como otra cualquiera, hay gente que prefiere los cromos pero yo, cada año, asomo la punta de mi nariz desde noviembre para ver aparecer a la vuelta de la esquina mi nueva navidad…
Al inicio del álbum tengo las navidades naranjas de mis abuelos, tiernas y modestas, con gambas al ajillo y mucho amor. Luego están las de color azul miedo y soledad de mi nuevo hogar, frías de gritos y lágrimas, tiritando escondida bajo la mesa de mi habitación. Después las tengo violetas, incómodas y desubicadas. Las colecciono rojas pasión con príncipe del momento y futura rana del mañana. Verdes y frescas de carcajadas con amigos. Rosas de reencuentros y lazos con la familia lejana. Amarillas como veranos en otro país. Grises de ausencia que arrugan el alma… Y las de ahora, las Navidades Arco Iris que creo y elijo yo.
Tres cosas importantes y sencillas que aprendí:
1) Ninguna circunstancia o persona puede hacer que aborrezcas la navidad salvo que tú lo consientas y, cuando permites esto, eres un poquito menos dueño/a de tu vida.
2) Dejarse arrastrar por la melancolía es dar poder a unas fechas que por si mismas solo tienen el sentido que uno les quiera dar. Todos tenemos la capacidad de elegir el mejor significado para cada fecha y etapa de nuestra vida.
3) Las obligaciones nunca son sinónimo de felicidad. Liberarse de compromisos hace que comiences a disfrutar de estas fechas como realmente mereces. Engancharse a los “quiero” y desechar los “tengo” marca un antes y un después.
Pequeña ayuda:
– Entrena tu mente: visualiza tus navidades de la manera en la que te gustaría que transcurrieran. Imagina con todo lujo de detalles el ambiente, la comida, la compañía, la música, las conversaciones, los regalos…Saborea intensamente la sensación que estas navidades ideales provocan en ti. Verás como mágicamente este año todo es mejor.
– No te olvides nunca de toda la gente a la que quieres y que sigue aquí. Los que faltan en la mesa y en nuestra vida dejan un gran vacío, pero no permitas que la añoranza y la tristeza te impidan disfrutar de las personas que sí están y que merecen toda tu atención. Recuerda que habitas en el presente, no en el pasado.
– Haz listas navideñas con todas las pequeñas grandes cosas que puedes hacer para contribuir a que las navidades sean estupendas para ti y para la gente que te rodea: regalos originales, decoración especial, villancico improvisado, guerra de cojines con los niños, música sorprendente, disfraces, películas, menú sorpresa, mejor humor, más tolerancia, contar cuentos, abrazar fuerte, reír…
¡Feliz Navidad! Gran abrazo de osa y ¡sonríe!