Mis cuatro certezas sobre el contacto extraterrestre.

Es increíble cómo pasa el tiempo. Echo una mirada al camino recorrido y no puedo evitar estremecerme. Y es que han transcurrido treinta años desde que decidí investigar y dar a conocer la realidad del contacto con inteligencias no humanas. Una aventura intensa y maravillosa.
Todo empezó para mí cuando fui testigo, en Perú, de un potente avistamiento ovni. Era un adolescente y en ese momento no me imaginé que en un futuro cercano mi vida estaría entregada a la búsqueda de respuestas tras este incómodo fenómeno de los no identificados.
Treinta años de experiencias directas con “ellos”. Treinta años de investigación. Más de cien veces la vuelta al mundo. Cientos de artículos, congresos ovni y más de veinte libros publicados. Y debo confesar que pese a toda esta dedicación, he obtenido más preguntas que respuestas. Pero he aprendido que en las preguntas está la clave de todo. En ellas mora el viento que sopla las velas de nuestro barco.
Y ese viento impetuoso también me ha permitido adquirir algunas certezas sobre este fenómeno. Pocas, pero poderosas y reveladoras:
1.-Sin ninguna duda, estamos siendo visitados por distintos grupos de extraterrestres. Algunos de ellos no tendrían interés en contactar al ser humano, solo observar. Otros sí desean el contacto pero, al parecer, desean aguardar el momento propicio para presentarse “oficialmente”. Por lo pronto han venido contactando a personas específicas como parte de un programa gradual de acercamiento. Naturalmente, debe haber otras posturas que desconocemos.
2.-El factor tiempo es muy importante al analizar el contacto con estos seres. Tengo la certeza de que pueden moverse a través de él. Son increíbles “crononautas”. Ignoro cómo lo han logrado. Para graficarlo, no descarto que una vieja pintura rupestre, que muestra una suerte de nave descendiendo del cielo, pintada por nuestros ancestros hace miles de años en una cueva, pudiese ser la misma tripulación de extraterrestres que hoy está en operaciones en la Tierra. Dicho de otro modo: para nosotros pasaron cinco mil o diez mil años, y para “ellos”, todo sucedió́ “la semana pasada”. Este es un fenómeno muy antiguo. No creo que todas las evidencias del pasado constituyan una “proyección del subconsciente”” o figuras religiosas imaginarias…
3.-Estoy convencido del fenómeno de la “adaptación”, en donde estos seres pueden ajustar sus manifestaciones a nuestra realidad histórica y cultural. Ese protocolo de contacto sería parte de un mecanismo doble en donde participa la inteligencia extraterrestre que se mimetiza con el entorno y paradigma cultural del contactado, y, por otro lado, la propia mente co-creadora del testigo, que interpreta e integra como puede lo vivido. Para los extraterrestres no es muy preocupante si el testigo cree haber visto a un ángel de luz o a una aparición mariana, lo que a “ellos” les interesa es la información entregada. El mensaje, pues, es más importante que el mensajero, al menos en los casos de encuentros cercanos fraternos.
4.-Dentro de los seres que afirmamos haber conocido, criaturas de aspecto humano que sostienen provenir del sistema estelar vecino Alfa Centauri, estoy seguro de sus intenciones amables de comunicación. El tiempo y las consecuencias positivas de este contacto me han terminado convenciendo de ello. Sin embargo, debo remarcar que hay de todo en el universo, seres con las más variadas intenciones. Todo indica que la especie humana tiene un rol muy importante que es monitoreado por civilizaciones de otros mundos y realidades.
En La Nave del Tiempo hago un amplio recorrido por este y otros misterios. Acompáñenme en este viaje.
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Es increíble cómo pasa el tiempo. Echo una mirada al camino recorrido y no puedo evitar estremecerme. Y es que han transcurrido treinta años desde que decidí investigar y dar a conocer la realidad del contacto con inteligencias no humanas. Una aventura intensa y maravillosa.
Todo empezó para mí cuando fui testigo, en Perú, de un potente avistamiento ovni. Era un adolescente y en ese momento no me imaginé que en un futuro cercano mi vida estaría entregada a la búsqueda de respuestas tras este incómodo fenómeno de los no identificados.
Treinta años de experiencias directas con “ellos”. Treinta años de investigación. Más de cien veces la vuelta al mundo. Cientos de artículos, congresos ovni y más de veinte libros publicados. Y debo confesar que pese a toda esta dedicación, he obtenido más preguntas que respuestas. Pero he aprendido que en las preguntas está la clave de todo. En ellas mora el viento que sopla las velas de nuestro barco.
Y ese viento impetuoso también me ha permitido adquirir algunas certezas sobre este fenómeno. Pocas, pero poderosas y reveladoras:
1.-Sin ninguna duda, estamos siendo visitados por distintos grupos de extraterrestres. Algunos de ellos no tendrían interés en contactar al ser humano, solo observar. Otros sí desean el contacto pero, al parecer, desean aguardar el momento propicio para presentarse “oficialmente”. Por lo pronto han venido contactando a personas específicas como parte de un programa gradual de acercamiento. Naturalmente, debe haber otras posturas que desconocemos.
2.-El factor tiempo es muy importante al analizar el contacto con estos seres. Tengo la certeza de que pueden moverse a través de él. Son increíbles “crononautas”. Ignoro cómo lo han logrado. Para graficarlo, no descarto que una vieja pintura rupestre, que muestra una suerte de nave descendiendo del cielo, pintada por nuestros ancestros hace miles de años en una cueva, pudiese ser la misma tripulación de extraterrestres que hoy está en operaciones en la Tierra. Dicho de otro modo: para nosotros pasaron cinco mil o diez mil años, y para “ellos”, todo sucedió́ “la semana pasada”. Este es un fenómeno muy antiguo. No creo que todas las evidencias del pasado constituyan una “proyección del subconsciente”” o figuras religiosas imaginarias…
3.-Estoy convencido del fenómeno de la “adaptación”, en donde estos seres pueden ajustar sus manifestaciones a nuestra realidad histórica y cultural. Ese protocolo de contacto sería parte de un mecanismo doble en donde participa la inteligencia extraterrestre que se mimetiza con el entorno y paradigma cultural del contactado, y, por otro lado, la propia mente co-creadora del testigo, que interpreta e integra como puede lo vivido. Para los extraterrestres no es muy preocupante si el testigo cree haber visto a un ángel de luz o a una aparición mariana, lo que a “ellos” les interesa es la información entregada. El mensaje, pues, es más importante que el mensajero, al menos en los casos de encuentros cercanos fraternos.
4.-Dentro de los seres que afirmamos haber conocido, criaturas de aspecto humano que sostienen provenir del sistema estelar vecino Alfa Centauri, estoy seguro de sus intenciones amables de comunicación. El tiempo y las consecuencias positivas de este contacto me han terminado convenciendo de ello. Sin embargo, debo remarcar que hay de todo en el universo, seres con las más variadas intenciones. Todo indica que la especie humana tiene un rol muy importante que es monitoreado por civilizaciones de otros mundos y realidades.
En La Nave del Tiempo hago un amplio recorrido por este y otros misterios. Acompáñenme en este viaje.
La inteligencia de Estados Unidos admite no tener explicación para los ovnis.

Setenta y cinco años. Ese es el tiempo que ha transcurrido desde el famoso incidente Roswell, cuando un 2 de julio de 1947 un objeto volador no identificado se estrella en Nuevo México, Estados Unidos, desatando una campaña de silencio por parte de los militares norteamericanos para ocultar la naturaleza extraterrestre de la extraña nave recuperada. Al menos así lo defendió el Coronel Philip Corso en su revelador como polémico libro The day after Roswell (El día después de Roswell). Según Corso, los militares obtuvieron nuevos conocimientos al investigar la tecnología del objeto estrellado en el hoy mítico rancho Foster. Como haya sido, cada 2 de julio se celebra el “Día mundial de los ovnis”.
Te compartimos gratis el trailer de éste capitulo de la serie Divulgación Cósmica en la que Ricardo González describe muchas formas en que diversas civilizaciones pueden llegar a la Tierra, incluyendo telepatía, sueños, viajes astrales y portales interdimensionales. Además, repasamos los encuentros cercanos del tercer, cuarto y quinto tipo
Continúa…
Sí, setenta y cinco años han transcurrido y los militares norteamericanos —en mi modesta opinión— nos siguen tomando el pelo. Para ilustrarlo, tengamos en cuenta que recientemente se dio a conocer un análisis de 144 reportes ovni elaborado por la oficina del director nacional de Inteligencia que contó con la opinión de las agencias más poderosas de Estados Unidos. Entre ellas la de Inteligencia Geoespacial, la de Inteligencia de la Defensa, la oficina de Reconocimiento, la agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa, la Administración Federal de Aviación, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, el Consejo Nacional de Inteligencia y el Centro Nacional de Contraespionaje y Seguridad, además de un organismo especializado en tecnología emergente y disruptiva. ¿La conclusión? Solo pudieron identificar uno de los casos. El resto sigue siendo un misterio.
Por si todo esto fuera poco, dos altos funcionarios de la inteligencia de defensa de Estados Unidos, Ronald Moultrie, máximo responsable de los servicios de inteligencia del Pentágono, y Scott Bray, subdirector de Inteligencia Naval, testificaron el martes 17 de junio de este año en el mismísimo Capitolio sobre lo que el Gobierno sabe de los objetos voladores no identificados. Estamos hablando en la primera audiencia pública del Congreso relativa a los ovnis en más de 50 años.
La audiencia —ante un subcomité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos— se produce cinco meses después de que una Ley de Autorización de la Defensa Nacional exigiera a los militares la creación de una oficina permanente para estudiar a los ovnis. Ese documento también exigía un informe anual y sesiones informativas semestrales para el Congreso. Sin embargo, los funcionarios se encogieron de hombros al intentar explicar los avistamientos captados por los militares. No en vano, Christopher Mellon, ex subsecretario de Inteligencia de Estados Unidos y en el comité del Senado dijo: “Estos fenómenos aéreos no identificados no presentan sistemas de propulsión”… ¿Ante qué misterio nos encontramos?
El término Ovni, desde luego, no significa “nave extraterrestre”. Sencillamente define un objeto volador que no pudo ser identificado. Pero no descartaría la hipótesis extraterrestre. Tengo mis razones para decirlo. Y los militares norteamericanos las suyas para no decir lo que realmente saben…
Como digo, nos siguen tomando el pelo
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Te compartimos gratuitamente el primer episodio de la serie La Nave del Tiempo en la que Ricardo González Corpancho nos cuenta sus primeras experiencias de contacto extraterrestre, los mensajes que recibió y la importancia que tienen para la evolución de la humanidad y el universo en general, en el contexto de la historia del contactismo en Latinoamérica.