¿Quiénes son los pleyadianos?
Depende de a quién preguntes. Algunos propietarios de Subaru dirían que son ellos.
Subaru significa “Pléyades” en japonés, y el logotipo de la empresa, un óvalo con seis estrellas de cuatro puntas, representa el cúmulo estelar de las Pléyades. La palabra también significa “unido”, lo que resulta muy apropiado, ya que la corporación Subaru se formó mediante la fusión de cinco empresas.
La autora Barbara Marciniak (Bringers of the Dawn: Teachings from the Pleiadians) es una canalizadora en trance conocida internacionalmente que habla en nombre de un grupo que se autodenomina Los Pleyadianos. Autodefinidos como un “colectivo de seres espirituales multidimensionales del sistema estelar de las Pléyades”, la misión del grupo es “ayudar a la humanidad en el proceso de transformación espiritual”.
El investigador OVNI y autor de Exopolitics.org, Michael Salla Ph.D. cree que los seres extraterrestres del cúmulo estelar de las Pléyades son primos lejanos de los humanos. Salla informa que los pleyadianos están interesados en conectar con la humanidad porque les preocupa el futuro de la Tierra.
Las leyendas cherokee enseñan que los nativos americanos se originaron hace mucho tiempo en las Pléyades, y afirman que los indígenas están en la Tierra como “semillas estelares”, con la misión de aportar luz y conocimiento. Los navajos llaman al cúmulo estelar de las Pléyades los “Soles centelleantes”, y los iroqueses piden felicidad a la constelación. Los lakota/dakota dicen que sus antepasados proceden de las Pléyades.
Según “Complete Guide to Aliens”, los pleyadianos tienen un distintivo aspecto “nórdico” o escandinavo, una esperanza de vida de 700 años y, aunque en términos evolutivos son todavía hacen parte un proceso en curso, están mucho más desarrollados emocional y espiritualmente que los humanos terrestres.
Las Pléyades: Mito y realidad
También llamadas las “Siete Hermanas”, las Pléyades son un grupo de estrellas de la constelación de Tauro. Los astrónomos se refieren al grupo como M45 – la designación proviene del trabajo del astrónomo francés del siglo XVIII Charles Messier, que identificó y catalogó objetos astronómicos. A una distancia de 444,2 años luz, el cúmulo estelar más cercano a la Tierra, las Pléyades se utilizan para trazar distancias mediante un método llamado “escalera de distancias cósmicas”.
La estrella más brillante del cúmulo es Alcyone, considerada siete veces más brillante que nuestro Sol. En realidad, hay más de 1.000 estrellas en el cúmulo y, en condiciones óptimas, pueden verse unas 14 a simple vista.
La mayoría, cuando observa el cúmulo sin aumento, ve seis estrellas, pero hay siete, y la séptima estrella “perdida” es un tema común en múltiples mitologías, como la indonesia, la africana, la australiana, la europea y la de los nativos americanos.
Las Pléyades en la cosmología de la Antigua Grecia
Las Pléyades eran las siete hijas del titán preolímpico Atlas y de Pleione, una ninfa. Según el mito, las Pléyades, llamadas Maia, Electra, Alcyone, Taygete, Celaeno, Merope y Asterope, estaban dedicadas a Artemisa, la diosa griega de la Luna y la caza.
Orión el Cazador había sido colocado en el cielo, junto con el escorpión que lo mató, por Zeus. Antes de su muerte, Orión vio a las siete hermanas y partió para capturarlas. Zeus, compadecido de su situación, las convirtió en estrellas y las colocó en el cielo.
Artemisa estaba furiosa con Zeus y el mortal Orión. Convenció a Zeus de que enviara un monstruoso escorpión para atacar a Orión; el cazador murió por las picaduras. Tras su muerte, Zeus colocó a Orión en el cielo en eterna persecución de las hermanas y perpetua huida del escorpión, o constelación de Escorpio. El cúmulo también era utilizado por los antiguos mediterráneos para señalar el comienzo y el final de la temporada de navegación, según el Oxford English Dictionary.
El cúmulo aparece en la Odisea y la Ilíada de Homero como señal del comienzo de la temporada de siembra en mayo. Hesíodo, otro poeta épico griego, menciona las Pléyades en su poema Teogonía.
Hermetismo occidental, simbolismo esotérico y las Pléyades
El hermetismo, un sistema esotérico basado en escritos atribuidos a Hermes Trismegisto, incluye tratados sobre el simbolismo esotérico de constelaciones y planetas. Hermes pudo ser griego o egipcio, pero se le ha calificado de “hijo del Nilo”. También se le considera el padre de la astrología y la alquimia occidentales. Se rumorea que sus escritos aparecieron por primera vez en la Roma del siglo II de nuestra era, y siempre se le ha asociado con el dios griego Hermes y con el egipcio Thoth.
Según las tradiciones herméticas, las siete estrellas abren a los buscadores a un nivel de conciencia más refinado. Consideradas como una “escuela de aprendizaje” por los hermetistas, sólo aquellos que han sido purificados de los bloqueos energéticos del cuerpo sutil. La invitación y la iniciación en las enseñanzas de la sabiduría pleyadiana se producen espontáneamente durante el sueño o la meditación profunda. También se considera que las Pléyades son la fuente de energía eléctrica de nuestro sistema solar, procedente de la estrella hermana pequeña Electra.
Nebra Sky Disk courtesy of Wiki Commons
Las Pléyades en la mitología nórdica, celta y de la Edad de Bronce
El Disco de Nebra, hallado en 1999 por unos buscadores de tesoros en la región alemana de Sajonia-Anhalt, representa el cúmulo estelar con la Luna y el Sol. Los investigadores creen que data del año 1600 Antes de nuestra era y que podría tratarse de un instrumento astronómico portátil. Se trata de la primera representación conocida del cúmulo de las Pléyades en Occidente.
En la Europa de la Edad de Bronce, el solsticio de otoño y el equinoccio de invierno se asociaban con el dolor y el luto. En el solsticio, las Pléyades salían por el este y se ponían por el oeste, de ahí la asociación con el paso del verano, así como con la estación de las cosechas.
En las culturas escandinavas o vikingas, las Pléyades se consideraban los polluelos de Freyja, diosa nórdica del amor, la belleza y la fertilidad. Para protegerse, algunos pintaban siete manchas, que representaban las siete estrellas, en los gallineros. Las mariquitas se asociaban con el cúmulo por las siete manchas de sus alas.
Las Pléyades en las cosmologías asiáticas
La primera mención astronómica de este cúmulo estelar se encuentra en los Anales chinos, aproximadamente en el año 2350 antes de nuestra era, y recibe el nombre de Estrellas en Flor.
El extenso mausoleo de Xiaoling es el complejo funerario del emperador Hongwu, fundador de la dinastía Ming. Situado cerca de Nanjing, en el este de China, visto desde el aire, el complejo funerario recuerda la disposición de las estrellas pleyadianas visibles. Según el autor Wayne Herschel, esta geoformación es un mapa estelar. Llamado el “montículo del tesoro”, se dice que la tumba alberga “grandes secretos cósmicos más allá del tesoro de oro”.
En Japón, Subaru, o las Pléyades, es algo más que el nombre de un fabricante de automóviles: también se relaciona con el valor cultural de la “agrupación armoniosa” o, en lenguaje moderno, el “trabajo en equipo”, una característica de las sociedades de samuráis y shogunes.
Según el mito, Amaterasu, la diosa japonesa del sol, se peleó con su hermano Susanowo, la encarnación del poder de la naturaleza. Intimidada, se escondió en una cueva. El mundo se oscureció y, para atraerla de nuevo, se colgaron sus joyas de un árbol sagrado cercano. Finalmente, salió de la cueva y regresó al cielo para que la tierra volviera a nutrirse de su luz. Las joyas de Amaterasu se asociaban con el Subaru o cúmulo de las Pléyades. La historia es una alegoría: al igual que el sol se oculta en el cielo en invierno, las joyas Subaru recuerdan que el sol volverá en primavera.
La mitología hindú sostiene que las siete hermanas, llamadas Krrtika, estaban casadas con los Rishis, los siete sabios que formaban las estrellas de la Osa Mayor. Todos vivían felices juntos en el cielo del norte.
Un día, Agni, el dios del fuego, vio a las Krrtika y se enamoró de ellas. Sabía que pertenecían a los Rishis y, abatido, vagó por un bosque intentando olvidarlas. Pero la pequeña diosa Svahi, encarnada por la estrella Zeta Reticuli, vio a Agni y quedó prendada. Se disfrazó de Krrtika y se ofreció a él, que creyó haber conquistado a las esposas de los Rishis.
Svaha se quedó embarazada y, cuando nació su hijo, corrió el rumor de que seis de las esposas de los Rishis eran, de alguna manera, las madres del bebé. Cuando los siete Rishis se enteraron, se divorciaron de sus esposas, pero una de ellas, Arundhati (la estrella Alcor), se negó a abandonar a su marido. Las otras seis esposas se convirtieron en las estrellas de las Pléyades.
En la astrología védica, los grados del 26 de Aries al 10 de Tauro están regidos por las Krittika o Pléyades. Se dice que los nacidos bajo la influencia de las hermanas son fogosos, guerreros y aventureros. Bajo un exterior agresivo, los nativos tienen una cualidad profundamente protectora y una gran capacidad para apoyar a los demás.
Sunset at Devil’s Tower in Wyoming, USA. Noise added.
Mitos de las Pléyades de los nativos americanos
Un mito cherokee cuenta la historia de siete chicos que jugaban todo el día a un juego con piedras y palos, llamado gatayu’sti. Descuidaban sus tareas, como desherbar los huertos. Sus madres les regañaban sin éxito y un día les dieron de cenar piedras gatayu’sti hervidas en lugar de maíz.
Enfadados, los chicos empezaron a bailar y a rezar pidiendo ayuda a los espíritus. Finalmente, sus madres los buscaron y los encontraron bailando, pero con cada círculo que bailaban se elevaban más del suelo. Las madres corrieron a buscar a sus hijos, pero era demasiado tarde, ya que estaban fuera de su alcance.
Finalmente, los niños se elevaron a los cielos y se convirtieron en el cúmulo de las Pléyades, que los cherokee siguen llamando Ani’tsutsa (los niños).
Según un artículo de Indian Country Today, “los iroqueses, delaware, carrier, inuit, haida, salish, paiute, wiyot, shasta, luiseño, chumash, zuni, cheyenne y blackfoot han etiquetado la colección brillante [cúmulo de las Pléyades]”. El artículo también señala la cualidad ligeramente elusiva del cúmulo: en lugar de mirar directamente a la agrupación, la constelación es mucho más clara cuando se observa con visión periférica.
Citando un mito de las tribus Paiute y Sierra de California, el autor cuenta la historia de las Hermanas Grizzly y las Hermanas Ciervo (Pléyades). “Un día la madre Grizzly se comió a la madre Deer. Las hermanas Ciervo se vengaron atrapando a las hermanas Grizzly en una cueva”.
Los dakota del medio oeste creían que el cúmulo es el Tiyami, morada de los antepasados, y que cuando morimos, vamos a vivir a las Pléyades. Una famosa historia cuenta cómo siete doncellas estaban siendo cazadas por un oso. Las muchachas rezaron a los dioses, que respondieron elevando el suelo bajo sus pies. El oso, furioso, arañó la tierra, dejando marcas de sus garras, pero finalmente se rindió y se marchó. Las doncellas se convirtieron en estrellas y fueron colocadas en el cielo para su eterna custodia, y el lugar donde se encontraban es ahora la “Torre del Diablo” de Wyoming, con enormes estrías verticales que se cree que son las marcas de las garras del oso.
Esta es una pequeña muestra del mito y simbolismo pleyadianos. Este cúmulo estelar relativamente pequeño ha adquirido un significado proporcionalmente enorme en casi todas las tradiciones y cosmologías antiguas. Tal vez asignamos instintivamente un gran significado a las Pléyades porque tenemos un lugar para ellas en nuestra conciencia colectiva – por ahora, no sabemos por qué, pero tal vez lo descubriremos a medida que evolucione la conciencia.
En nuestra serie: Mensajes galácticos Gosia Duszak devela sus comunicaciones escritas directas con Swaruu de Erra, un taygetano del sistema estelar de las Pléyades. Comparte información y conocimientos en diversas áreas de la realidad humana y extraterrestre para devolver a la gente los conocimientos ocultos en la Tierra durante milenios. A lo largo de estas conversaciones, Swaruu descubre el potencial de las almas para evolucionar y escapar de la matriz 3D que se impuso sobre la Tierra 5D hace más de 12,500 años como resultado de una guerra interestelar, y que ha sido mantenida por la manipulación colectiva de la mente humana.
Acerca del autor
Mis cuatro certezas sobre el contacto extraterrestre.
Es increíble cómo pasa el tiempo. Echo una mirada al camino recorrido y no puedo evitar estremecerme. Y es que han transcurrido treinta años desde que decidí investigar y dar a conocer la realidad del contacto con inteligencias no humanas. Una aventura intensa y maravillosa.
Todo empezó para mí cuando fui testigo, en Perú, de un potente avistamiento ovni. Era un adolescente y en ese momento no me imaginé que en un futuro cercano mi vida estaría entregada a la búsqueda de respuestas tras este incómodo fenómeno de los no identificados.
Treinta años de experiencias directas con “ellos”. Treinta años de investigación. Más de cien veces la vuelta al mundo. Cientos de artículos, congresos ovni y más de veinte libros publicados. Y debo confesar que pese a toda esta dedicación, he obtenido más preguntas que respuestas. Pero he aprendido que en las preguntas está la clave de todo. En ellas mora el viento que sopla las velas de nuestro barco.
Y ese viento impetuoso también me ha permitido adquirir algunas certezas sobre este fenómeno. Pocas, pero poderosas y reveladoras:
1.-Sin ninguna duda, estamos siendo visitados por distintos grupos de extraterrestres. Algunos de ellos no tendrían interés en contactar al ser humano, solo observar. Otros sí desean el contacto pero, al parecer, desean aguardar el momento propicio para presentarse “oficialmente”. Por lo pronto han venido contactando a personas específicas como parte de un programa gradual de acercamiento. Naturalmente, debe haber otras posturas que desconocemos.
2.-El factor tiempo es muy importante al analizar el contacto con estos seres. Tengo la certeza de que pueden moverse a través de él. Son increíbles “crononautas”. Ignoro cómo lo han logrado. Para graficarlo, no descarto que una vieja pintura rupestre, que muestra una suerte de nave descendiendo del cielo, pintada por nuestros ancestros hace miles de años en una cueva, pudiese ser la misma tripulación de extraterrestres que hoy está en operaciones en la Tierra. Dicho de otro modo: para nosotros pasaron cinco mil o diez mil años, y para “ellos”, todo sucedió́ “la semana pasada”. Este es un fenómeno muy antiguo. No creo que todas las evidencias del pasado constituyan una “proyección del subconsciente”” o figuras religiosas imaginarias…
3.-Estoy convencido del fenómeno de la “adaptación”, en donde estos seres pueden ajustar sus manifestaciones a nuestra realidad histórica y cultural. Ese protocolo de contacto sería parte de un mecanismo doble en donde participa la inteligencia extraterrestre que se mimetiza con el entorno y paradigma cultural del contactado, y, por otro lado, la propia mente co-creadora del testigo, que interpreta e integra como puede lo vivido. Para los extraterrestres no es muy preocupante si el testigo cree haber visto a un ángel de luz o a una aparición mariana, lo que a “ellos” les interesa es la información entregada. El mensaje, pues, es más importante que el mensajero, al menos en los casos de encuentros cercanos fraternos.
4.-Dentro de los seres que afirmamos haber conocido, criaturas de aspecto humano que sostienen provenir del sistema estelar vecino Alfa Centauri, estoy seguro de sus intenciones amables de comunicación. El tiempo y las consecuencias positivas de este contacto me han terminado convenciendo de ello. Sin embargo, debo remarcar que hay de todo en el universo, seres con las más variadas intenciones. Todo indica que la especie humana tiene un rol muy importante que es monitoreado por civilizaciones de otros mundos y realidades.
En La Nave del Tiempo hago un amplio recorrido por este y otros misterios. Acompáñenme en este viaje.
