Aprende a quererte
Aprende a quererte
By: Noelia Quiroga | Nov. 23, 2015
El día en que mi última pareja me dejó me encontré a solas conmigo misma y quise salir huyendo. ¡Socorroooo! No le encontraba sentido a nada, mi vida sin él me parecía algo gris. La única solución era que se arrepintiese y volviese para rescatarme con un gran ramo de flores y galopando en su caballo blanco…(Sí, yo también sufrí los daños colaterales de Pretty Woman…)
Así que, como una princesa de cuento pasada de moda, me senté a esperar en mi torre agarrándome con uñas y dientes a mi última esperanza. Pasaron días y noches pero allí, ni rastro de flores ni de caballos blancos, y en cuanto a príncipes rescatadores… Bueno, mentiría si dijese que no hubo ninguno…Los amigos son esos grandes salvadores que te dan la dosis de realidad que todos necesitamos de vez en cuando.
Cuando mi mejor amigo me dijo “¡sal del círculo en el que estás metida de una vez por todas!”tuve mi primera experiencia consciente con las visualizaciones. Me vi a mí misma claramente dentro de ese círculo limitador en el que yo sola me había metido y comprendí que, si no hacía todo lo posible para salir de allí, mis malas experiencias amorosas y en otros ámbitos de mi vida nunca cesarían.
Tres cosas importantes y sencillas que aprendí:
1) Ser una víctima de las circunstancias es un papel cómodo pero te impide tomar las riendas de tu propia vida. Algo altamente peligroso.
2) Si siempre piensas y actúas de la misma manera jamás vas a obtener resultados diferentes.
3) Una buena autoestima es la base sobre la que se asienta una vida plena.
Pequeña Ayuda
Cuando te descubras auto-compadeciéndote ¡para! Elige temas de conversación en los que tus problemas no sean protagonistas. Cambia el hábito hablando de cosas que te gustan: cine, lectura, cocina, deporte…(¡recuerda que desgracias ajenas y malas noticias no son una opción!). ¿Y si hablas de tus sueños o te interesas por los sueños del otro?. Si son tus pensamientos de víctima los que boicotean tu vida, lo mejor es que los pares metiéndote de lleno en una actividad que te interese y procurando dedicarle atención plena: peli, lectura, juego, paseo, manualidades,amigos…A gusto de cada cual.
¡Quiérete! Si no lo haces no podrás querer en condiciones ni te podrán querer a ti. Expresa frente al espejo todos los días cuánto te amas. ¿Ridículo? A mí me lo parece más examinar cada día tu calvicie, arrugas o celulitis.
Bombardea tu cerebro con pensamientos y afirmaciones positivas sobre ti siempre que puedas. Si lo haces en voz alta mejor (a solas es menos raro ;P)
Gran abrazo de osa y ¡SONRÍE!
La esencia del movimiento
El estilo Vinyasa se ha convertido en los últimos años en uno de los más populares, tanto en los centros de yoga como en las redes sociales, como Instagram o Youtube. Por todas partes podemos ver espectaculares vídeos y secuencias de yoga que muchas veces imitamos en casa sin la supervisión de un profesor.
Sin duda, es uno de los estilos más estéticos visualmente y su práctica, junto con la de Power Yoga o Asthanga, muy física y dinámica, tal vez conecta más con la idea del ejercicio que tenemos en Occidente.
Pero esto conlleva un riesgo: alejarnos de la esencia del yoga en cualquiera de sus estilos. De esa imprescindible y necesaria conexión entre cuerpo y mente, de esa ausencia de competición o ego que a veces nos lleva, tanto a profesores como alumnos, a querer hacer las clases más exigentes o complejas, o las posiciones más bonitas o estéticas, convirtiendo las clases, más en ejercicios gimnásticos o acrobáticos, que en verdaderas prácticas de yoga adecuadas a nuestras posibilidades y necesidades.
Como os decía, esto ocurre sobre todo cuando practicamos estilos como Vinyasa flow o Power yoga, donde la rapidez o la exigencia física nos pueden llevar no sólo a descuidar la técnica sino a desconectarnos de la respiración y hasta de nosotros mismos. ¿Qué queda entonces? Puro ejercicio físico, prácticas que pueden llevarnos a la extenuación física, a las lesiones y a la frustración, a pensar incluso que el yoga no es algo apto para nosotros. Y es una pena, porque de esa unión entre cuerpo, mente y espíritu que busca el yoga es de donde surgen precisamente todos sus beneficios.
Por eso en la práctica “Vuelve a la esencia del movimiento” os propongo parar, sentir, conectar en todo momento con la respiración y, sobre todo, disfrutar. De vuestro cuerpo, de las sensaciones y de vuestra práctica, sea cual sea. A través de esta secuencia os invito a estar conscientes de vuestra postura y especialmente de vuestra respiración para poder acompasarla con el movimiento, porque eso es realmente vinyasa.
En esta práctica y en cualquier otra que realices, tómatelo con calma, céntrate en lo que sientes en cada momento, muévete al ritmo que tú necesites, párate a hacer los ajustes necesarios en cada postura y escucha a tu cuerpo. Sólo así podrás viajar hacia tu parte más espiritual y descubrir los enormes beneficios mentales y emocionales que te aporta la práctica del yoga.