El Yoga del corazón

El Yoga del corazón
By: Sol Abad | Mar. 30, 2015
Empecé a practicar yoga hace más de 15 años, era algo que me sentaba bien y ya está.
En un momento de mi vida complicado decidí ir a la India para profundizar en las enseñanzas del yoga y para no sabía que más. Fue una señal de la vida la que me mandó allí y la seguí. Lo que no sabía es lo que me esperaba….Encontrar mi Dharma. El propósito de mi vida.
Allí lo vi claro quería ayudar a los demás…..Una luz blanca de amor me inundó acompañada de una sensación de claridad……El yoga del corazón. Que incluye a todo el mundo sean cual sean sus capacidades físicas o mentales. Yoga para personas con capacidades diferentes!…Lo tenía muy cerquita. Mi hermano.
Busqué en internet personas que se dedicaran a lo mismo pero no encontré mucha información.
Empecé la práctica con mi hermano que tiene síndrome down. Que capacidad receptiva. Que maravilla ver como desde el primer momento se conectó con el yoga y empezó a fluir con la respiración, las posturas, los mantras. Mi nombre es Sol Abad y así empezó Do Ananda Yoga, el yoga del corazón.
El tener un hermano con síndrome down abrió mi corazón siendo una niña. Ahora no paro de aprender de ellos. De su capacidad de amar. De conectarse con tus sentimientos, de sentir tus vibraciones. Doy clases a personas con diferentes trastornos a nivel mental, cognitivo, discapacidad intelectual. Personas con necesidades educativas especiales, con capacidades diferentes. Autismo, síndrome down, leucodistrofia, enfermedades degenerativas etc. Personas con esclerosis múltiple y otros problemas y dolencias físicas. Adapto el yoga a las necesidades de cada alumno. Compartimos un espacio donde se desarrolla su creatividad, su imaginación, donde se relacionan entre ellos haciéndoles partícipes de una actividad con la que se sienten bien con todos los beneficios que la práctica conlleva.
También realizo talleres de yoga inclusivo donde el familiar comparte la actividad con el alumno y en los que adquiere herramientas para poder seguir compartiendo y practicando en casa.
Me siento muy agradecida a la vida por darme la oportunidad de crecer saboreando sus sonrisas y viendo como el yoga contribuye en su desarrollo.
Animo a padres, familiares, fundaciones, asociaciones a incluir el Yoga en sus actividades.
También animo a los profesores a compartir alguna clase conmigo.
Un proyecto que nace del corazón para servir de ayuda en su desarrollo.
Namaste
Sol Abad
La vida color yoga

En 2013 comenzó mi historia de amor con el yoga.
En aquella época vivía una etapa de ansiedad y buscaba soluciones que me ayudaran a paliarla. La persona adecuada en el momento adecuado me recomendó iniciarme en el yoga acompañándome al centro dónde ella acudía de forma habitual.
Y así fue como un buen día me descalcé por primera vez en la entrada de Sananda, avancé entre budas por el pasillo oloroso a incienso hasta la esterilla en la que me vi tumbada, amorosamente tapada con una manta y esperando el inicio de la clase de principiantes.
Mi mente prejuiciosa pensaba en sectas, levitaciones, aburrimiento supremo y gente etérea… Hasta que ¡Ale hop!, comenzó la clase y con ella la magia. Esa magia del yoga que te despega del pasado y del futuro y te sitúa en la vida, en la intensidad de cada movimiento y cada respiración. A solas contigo, en comunión con el resto del universo, ¡tan grande esta magia! Respirando amor y encajando cada pieza del puzle en perfecta armonía.
A lo largo de esta historia de amor hasta el presente recuerdo que un pedazo de mi alma partió con mi madre un día para no volver y dos príncipes sin corona se fueron dejando hojas marchitas tras de sí. Rememoro momentos de intensa pasión yóguica cuasi diaria sobre la esterilla… Otros, en cambio, de ausencias de amante indecisa que no quiere dejarse querer. ¿Cómo olvidar las sonrisas cálidas que me reciben siempre al regresar? Mantras hermosamente cantados, el príncipe con corona que apareció para apoyarme y regar mi alma, y seres de luz como mi niña Adriana que, desde mi vientre, me acompaña en cada asana abriendo más mi corazón con cada respiración.