Molestias cervicales: trátalas con pilates
Molestias cervicales: trátalas con pilates
By: Gaia Staff | Oct. 28, 2015
Las molestias cervicales son una de las causas principales de baja laboral, junto con las molestias lumbares. Es evidente que la escasa actividad física y el estar demasiadas horas sentados, acaba pasando factura a nuestra higiene postural.
La práctica de pilates es una de las mejores herramientas en entrenamiento físico de la que disponemos para cuidar y proteger nuestra espalda. Hoy queremos compartir con vosotros estos sencillos ejercicios y estiramientos para liberar la zona cervical y parte alta de la espalda, a través de la respiración torácica que se hace en pilates.
1-. ESTIRAMIENTO LATERAL DE CUELLO
De pie o sentados en una postura cómoda y estable, pasamos primero el brazo derecho por detrás de la espalda y con la mano izquierda sobre la sien, inhalamos; al exhalar traccionamos la cabeza hacia el lado izquierdo, sintiendo cómo se aleja la oreja del hombro. Sostenemos el estiramiento entre 20’-30’ y cambiamos de lado.
Los músculos trabajados son principalmente: Trapecio, esternocleiomastoideo, elevador de la escápula y escalenos.
2-. ESTIRAMIENTO TRAPECIO
Desde la misma posición que el estiramiento anterior, tan solo debemos pasar la mano desde la sien al occipital y empujar con suavidad la cabeza hacia delante y en diagonal. Sentiremos un profundo calor de estiramiento en la parte alta de la espalda hasta casi la región lumbar.
Sostenemos el estiramiento entre 20’-30’ y cambiamos de lado.
3-. ‘ENHEBRAR LA AGUJA’
Este ejercicio lo podemos hacer de forma dinámica y/o sostener el estiramiento en la fase final. Comenzamos desde la postura de cuadrupedia, elevamos el brazo derecho hacia el techo con una amplia inhalación; mientras exhalamos, bajamos el brazo y lo pasamos por debajo del izquierdo (como se muestra en la foto). Aquí es donde podemos volver a inhalar y levantar el brazo hacia arriba y exhalando repetir el movimiento, hasta 5 veces.
También nos podemos quedar en esta postura, sintiendo la liberación del cuello y espalda alta, por 5 respiraciones profundas.
4-. ‘SIDE TO SIDE’ – LADO A LADO
Tumbados boca arriba en el suelo, con las piernas en ‘table top’ (a 90º) y los brazos estirados y ligeramente separados del cuerpo, sentimos como nuestra nuca se estira al acercar con suavidad el mentón hacia el pecho sin levantar la cabeza.
Realizamos una amplia inhalación mientras dejamos que las rodillas caigan hacia el lado derecho y la cabeza gire hacia el lado izquierdo, sostenemos 5 respiraciones y cambiamos de lado.
5-. EL GATO
Uno de los ejercicios más regeneradores y estimulantes para la espalda y el cuello. Desde cuadrupedia, percibimos la estabilización escapular y la neutralidad de las curvas de la columna; inhalamos preparamos el movimiento llenando todos los espacios intervertebrales y al exhalar vamos redondeado la espalda, activando la faja abdominal, simulando un gato enfadado.
Realizamos el estiramiento entre 5-8 repeticiones.
Para completar estos estiramientos te animamos a practicar esta clase de pilates guiada por nuestra profesora Vicky Timón “Estabilización escapular”, en la que nos enseña cómo debemos colocar bien esta zona tan sensible a acumular tensiones.
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Posturas de yoga: Torsiones
La familia de las torsiones es una de mis favoritas. Son posturas muy agradables en todas sus versiones y tienen un efecto compensatorio; encajan a la perfección casi en cualquier punto de la práctica, lubricando la columna, desestresando el organismo y tonificando los órganos abdominales.
También torsionamos en numerosas situaciones del día a día. Cuando alguien nos llama por la calle y giramos espontáneamente el tronco para mirar quién es se produce una torsión, principalmente cervical y de la parte alta del tórax; o tumbados en la cama al desperezarnos, giramos las piernas hacia un lado y el tronco hacia otro buscando activar y empezar a movernos tras muchas horas durmiendo.
Entonces ¿qué aporta la torsión en el yoga? Por encima de todo, te da conciencia en la postura y conciencia de sus efectos a nivel físico, energético y emocional.
Las torsiones nacen en la pelvis y ascienden por la columna vertebral siendo más acentuadas en la zona dorsal y cervical. Estiran la musculatura que sujeta las vértebras, fibras que organizan la posición de los discos, que están relacionadas con el equilibrio, y se exponen a debilitarse por la adaptación del esqueleto a las superficies planas de las ciudades, las malas posiciones que adoptamos con frecuencia, la falta de ejercicio y el paso de los años.
Sus beneficios más notables son:
– Torsionar comprime el abdomen y los órganos pélvicos estimulando el flujo sanguíneo.
– Flexibilizan y rejuvenecen la espina dorsal favoreciendo el riego sanguíneo en el sistema nervioso.
– La flexibilidad del diafragma aumenta mejorando la capacidad respiratoria.
– Ayudan a flexibilizar las caderas y a relajar las ingles.
– Alivian dolores de espalda y diversos trastornos de la columna vertebral.
– Los órganos internos se tonifican y el tracto intestinal mejora.
– Favorecen la eliminación de toxinas acumuladas en el hígado y el bazo.
– Son posturas que aumentan los niveles de energía y a la vez generan calma mental.
En el aspecto más sutil, las torsiones tienen un claro impacto equilibrante en nuestras emociones. Es como si al girar la columna estrujásemos el sistema nervioso, una vez que las vértebras vuelven a su lugar se produce un flujo de sangre intenso en dos direcciones, hacia el cerebro y hacia las piernas. Este flujo es también energético y le da una sana sacudida a nuestro estado anímico ayudando a desatascar emociones estancadas y a darles salida. Puede suceder que tras una práctica con muchas torsiones te sientas algo revuelto durante el día, e incluso al día siguiente, con necesidad de llorar y de soltar. Si sucede no le pongas freno ya que estás “limpiando”.
Te animo a poner más atención a las torsiones y a explorarlas desde el conocimiento de sus beneficios. Te ayudarán a deshacer tensiones profundas, tanto físicas como emocionales; dale profundidad a la respiración, permite que el estrés abandone tu cuerpo y disfruta del regreso a la posición natural y al equilibrio interno.
Namaste.