Qué es la cuarta dimensión y por qué ya estás en ella
La cuarta dimensión espiritual es un plano de existencia que nos permite comprender los procesos internos detrás de todo lo que vivimos. A diferencia de la tercera dimensión, donde predomina lo físico, la 4ta dimensión organiza el tiempo, los sueños, las emociones y las energías sutiles. En este artículo exploramos qué es la 4ta dimensión espiritual desde el punto de vista de Matías De Stefano, tal como se explica en la serie Iniciación: Viaje al origen del Universo, disponible en Gaia.
Tabla de Contenidos
- ¿Qué es la cuarta dimensión espiritual?
- Diferencias entre tercera, cuarta y quinta dimensión
- El tiempo como estructura de la 4D
- Características energéticas de la cuarta dimensión
- Los planos astrales en la 4ta dimensión y sus niveles
- La 4ta dimensión después de la muerte
- Los seres que habitan en la cuarta dimensión
- Sueños, tiempo y manifestación en la 4D
- La cuarta dimensión como puente hacia la quinta
¿Qué es la cuarta dimensión espiritual?
La cuarta dimensión espiritual es una de las nueve dimensiones del universo, y forma parte de la estructura energética que compone toda la realidad. No es un lugar al que se llega, sino un plano que coexiste con la realidad física. Mientras que en la tercera dimensión percibimos formas, objetos y límites, en la cuarta lo importante son los procesos que atraviesan esas formas: el movimiento, el cambio y la transformación constante. Este nivel de conciencia nos permite observar lo que ocurre detrás de lo visible y comprender mejor cómo se organizan los eventos desde lo sutil.
En esta dimensión, el tiempo no se percibe como una línea continua, sino como una red de posibilidades simultáneas. Es el espacio donde se almacenan nuestras emociones, pensamientos, recuerdos y proyecciones futuras. Todo lo que sentimos y pensamos deja una huella en este plano, que actúa como una matriz energética desde la cual luego se organiza la realidad material.
En la serie Iniciación: Viaje al origen del Universo, disponible en Gaia, se muestra cómo este nivel intermedio entre lo físico y lo espiritual permite comprender los patrones que repetimos, las emociones que nos condicionan y los vínculos que nos transforman. A través de esta comprensión, es posible acceder a una transformación real desde el interior, reconociendo que todo cambio en la materia comienza antes en el campo energético.
Diferencias entre tercera, cuarta y quinta dimensión
Cada dimensión representa una manera distinta de experimentar la vida. Aunque todas están presentes al mismo tiempo, la forma en que nos relacionamos con cada una depende del nivel de conciencia con el que habitamos la realidad. Comprender estas diferencias permite integrar la experiencia desde una perspectiva más amplia.
- Tercera dimensión: Es el plano físico y concreto. Aquí la conciencia se identifica con el cuerpo, el tiempo se vive como una línea, y la realidad se interpreta desde la separación y la lógica racional.
- Cuarta dimensión: Es el plano del tiempo, las emociones y la energía en movimiento. Aquí comienzan a percibirse las conexiones invisibles entre los hechos, los sueños y las intenciones.
- Quinta dimensión: Es un estado de conciencia expandida donde todo se experimenta como parte de una unidad mayor. El tiempo y el espacio se integran, y se accede a una visión completa del propósito del alma.
El tiempo como estructura de la 4D
En la cuarta dimensión, el tiempo no es una línea recta que va del pasado al futuro, sino una estructura viva que contiene todos los procesos de cambio. Lo que entendemos como “pasado”, “presente” y “futuro” coexiste en un mismo campo, donde todo puede ser percibido como simultáneo. Es como si todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la vejez, estuvieran sucediendo al mismo tiempo desde otra perspectiva.
Esta dimensión no observa tanto los hechos, sino cómo se transforman a lo largo del tiempo. Aquí, lo importante no es lo que ocurre, sino el proceso que lo genera: la emoción que lo acompaña, la intención que lo impulsa, el aprendizaje que deja. Por eso, acceder a la cuarta dimensión es entrar en contacto con el dinamismo de la existencia, con la parte invisible que organiza lo visible.
Cuando se vive desde esta perspectiva, el tiempo deja de ser una limitación. Se vuelve una herramienta para comprender los ciclos, revisar memorias, transformar patrones repetidos y abrirse a nuevas posibilidades. La 4ta dimensión no elimina el tiempo, lo expande.
Características energéticas de la cuarta dimensión
La cuarta dimensión se caracteriza por un tipo de energía más sutil que la de la materia física, pero más densa que la de planos superiores. Aquí, todo lo emocional y simbólico cobra fuerza, y las formas se moldean según la frecuencia que se emite desde el interior. La vibración personal tiene un papel fundamental en cómo se percibe y se transita este plano.
- Campo emocional activo: Las emociones son la energía dominante en este nivel. Todo lo que se siente influye directamente en lo que se experimenta.
- Realidad moldeable: Las formas no son fijas. Cambian de acuerdo al estado vibracional y a la percepción interna.
- Presencia de símbolos: Los símbolos, los arquetipos y los sueños tienen un rol protagónico. Funcionan como lenguaje de comunicación entre planos.
- Ecos del pensamiento: Lo que se piensa genera resonancias. Las ideas se manifiestan más rápido y con mayor nitidez.
- Interacción energética directa: No hay filtros materiales. La energía de un ser puede afectar de inmediato a otro si no hay equilibrio o protección consciente.
Los planos astrales en la 4ta dimensión y sus niveles
Dentro de la cuarta dimensión existen distintos niveles conocidos como planos astrales. Estos planos no son lugares fijos, sino estados vibracionales que se corresponden con la frecuencia de quien los habita o transita. Cada plano refleja un tipo de experiencia y percepción de la realidad.
- Bajo astral: Es un nivel denso, donde predominan los miedos, las emociones no resueltas y los apegos materiales. Aquí se manifiestan formas energéticas relacionadas con el conflicto, la confusión o el sufrimiento.
- Medio astral: Es un espacio de tránsito emocional y simbólico. En este nivel, la conciencia comienza a liberarse de la densidad, y los procesos de comprensión y transformación son posibles.
- Alto astral: Corresponde a frecuencias más elevadas, ligadas a la claridad, la armonía y la expansión espiritual. Aquí la percepción es más luminosa, y el alma se prepara para acceder a planos más sutiles.
La 4ta dimensión después de la muerte
Desde la perspectiva de Matías De Stefano, cuando el cuerpo físico completa su ciclo en la tercera dimensión, la conciencia no desaparece, sino que se proyecta hacia la cuarta dimensión. Esta proyección energética no es aleatoria: toma forma según lo que la persona ha cultivado internamente a lo largo de su vida. Las emociones, las creencias y los patrones mentales determinan cómo se experimenta esta nueva realidad, que ya no está limitada por la materia.
En esta dimensión, la experiencia es totalmente subjetiva y se construye desde dentro. Quienes han vivido con miedo o apego pueden generar escenarios caóticos o densos. En cambio, quienes han transitado su vida con mayor equilibrio acceden a planos más armónicos. La cuarta dimensión no juzga ni premia: simplemente refleja y amplifica lo que la conciencia ya contiene.
Este tránsito no implica una separación definitiva, sino una transformación continua. La energía sigue en movimiento y el alma conserva la posibilidad de aprender, liberar cargas o prepararse para nuevas experiencias. La 4ta dimensión funciona como un campo de reorganización, donde se comprende lo vivido y se redefine el recorrido antes de avanzar hacia niveles más sutiles de existencia.
Los seres que habitan en la cuarta dimensión
En la cuarta dimensión existen múltiples formas de vida que no tienen cuerpo físico, pero que interactúan activamente con el campo energético de los seres humanos. Algunas de estas presencias acompañan, otras enseñan y también hay entidades que se alimentan de emociones densas. La relación con estos seres no depende del azar, sino de la vibración desde la que se accede a este plano.
- Guías espirituales: Acompañan los procesos de conciencia sin imponer caminos. Su presencia es sutil, y muchas veces se manifiestan como intuiciones, sueños o sincronías.
- Seres simbólicos: Se presentan con formas arquetípicas en el mundo onírico o meditativo. Funcionan como espejos del inconsciente y ayudan a integrar aspectos internos.
- Parásitos energéticos: Se alimentan del miedo, la culpa o la rabia. Suelen acercarse a personas que tienen fisuras energéticas o están en desequilibrio emocional.
- Seres del tiempo: No se vinculan a formas físicas, sino a procesos. Perciben la realidad como una red de momentos simultáneos y pueden manifestarse según la percepción del observador.
- Presencias ancestrales: Representan memorias familiares, culturales o planetarias. Suelen aparecer cuando es necesario reconocer, sanar o integrar historias que aún impactan el presente.
Sueños, tiempo y manifestación en la 4D
En la cuarta dimensión, los sueños son experiencias reales dentro de un plano energético que no responde a las leyes del mundo físico. Aquí, el tiempo no sigue una secuencia lineal, sino que se presenta como un espacio de múltiples posibilidades. Al dormir, parte de nuestra conciencia se desprende del cuerpo físico y accede a esta estructura, donde puede explorar memorias, anticipar situaciones o encontrarse con símbolos que representan procesos internos.
Este nivel funciona como un campo de ensayo donde los pensamientos y emociones toman forma. Las ideas que se repiten con claridad y coherencia pueden consolidarse y empezar a organizar la realidad que luego se manifiesta en la tercera dimensión. Por eso, muchas veces los sueños anticipan situaciones o dan claves para comprender lo que está ocurriendo en la vida cotidiana. No son ilusiones sin sentido: son movimientos energéticos dentro de un plano de creación.
Cuando se accede a la cuarta dimensión con conciencia, es posible reconocer cómo se generan los eventos antes de que sucedan. Esta observación permite transformar creencias limitantes, liberar emociones atrapadas o redirigir intenciones de forma más precisa. Es una forma de participar activamente en el proceso de manifestación, utilizando el tiempo no como un límite, sino como una herramienta de creación.
La cuarta dimensión como puente hacia la quinta
La cuarta dimensión cumple una función esencial como espacio de transición entre la densidad de la materia y la conciencia expandida. Aquí se desarma lo viejo, se reorganiza la energía interna y se aclaran los procesos que antes permanecían inconscientes. Este plano no es un destino final, sino una etapa que prepara el terreno para acceder a estados de mayor comprensión y unidad. Integrar esta dimensión es fundamental para evolucionar hacia niveles superiores de conciencia.
Para alcanzar la quinta dimensión, es necesario haber atravesado e integrado la experiencia de la tercera y cuarta. No se trata de “saltar” etapas, sino de reconocer cómo cada una aporta herramientas únicas al recorrido del alma. En la cuarta dimensión se limpian distorsiones, se alinean emociones y se reconoce el poder creador del pensamiento. Solo así se puede sostener la frecuencia más sutil y coherente que requiere la conciencia de unidad.
Desde esta perspectiva, la cuarta dimensión es un plano de transformación consciente. No solo revela lo que necesita ser comprendido, sino que ofrece los medios para hacerlo. Al habitar este nivel con presencia y apertura, se construye el puente que permite pasar de una percepción fragmentada de la realidad a una mirada más amplia, integrada y coherente con el propósito del alma.
Qué son los portales energéticos y cómo influyen en tu energía
Los portales energéticos son momentos de alta frecuencia en los que la Tierra y la conciencia colectiva experimentan una apertura vibracional. Estas fechas específicas favorecen procesos de transformación, limpieza energética y conexión espiritual profunda. En este artículo exploramos qué son estos portales, cómo funcionan y de qué manera puedes alinearte con ellos para potenciar tu bienestar y evolución personal.
Tabla de Contenidos
- ¿Qué son los portales energéticos?
- Días clave del año donde se abren portales energéticos
- Más allá de las fechas numéricas: otros portales del año
- Cómo aprovechar los portales energéticos
- ¿A qué hora se abren y se cierran los portales espirituales?
- 7 puntos del planeta que actúan como portales energéticos
¿Qué son los portales energéticos?
Los portales energéticos son momentos de alineación vibracional en los que se intensifica el flujo de energía entre planos sutiles y el plano físico. Suelen coincidir con fechas numéricas repetidas —como el 11/11 o el 12/12— y con movimientos astrológicos relevantes. Durante estos períodos, muchas personas experimentan mayor sensibilidad, claridad mental o apertura emocional, ya que la energía disponible impulsa procesos internos de transformación.
Aunque no se trata de fenómenos visibles, su efecto puede sentirse a nivel físico, emocional y espiritual. Algunas personas notan alteraciones en el sueño, estados introspectivos profundos o una mayor conexión con su intuición. Otros perciben estos portales como oportunidades para cerrar ciclos, liberar bloqueos y sembrar nuevas intenciones desde un nivel más consciente.
En la serie Efecto Cuántico, disponible en Gaia, se explora cómo la energía influye en la conciencia individual y colectiva. A través de este enfoque, se comprende que vivimos en un vasto océano energético en el que nuestras decisiones y estados vibracionales abren distintas posibilidades de experiencia. Esta perspectiva resulta especialmente útil para entender el impacto de los portales energéticos y cómo aprovecharlos de manera consciente.
Días clave del año donde se abren portales energéticos
Los portales energéticos se manifiestan en fechas específicas que repiten números o patrones vibracionales, como el 01/01 o el 11/11. Estos momentos son considerados oportunidades para elevar la frecuencia personal, liberar cargas del pasado y sembrar nuevas intenciones. A continuación, se presentan los 12 portales principales del año y el tipo de energía que se asocia a cada uno.
- 01/01: Marca el inicio del ciclo anual y representa una apertura hacia nuevas oportunidades. Es un momento ideal para establecer intenciones claras y visualizar los próximos pasos.
- 02/02: Conecta con la dualidad y la cooperación. Favorece la reconciliación de opuestos y el fortalecimiento de vínculos personales.
- 03/03: Su energía está relacionada con la creatividad y la expresión personal. Es un día propicio para iniciar proyectos artísticos o comunicativos.
- 04/04: Refuerza la estabilidad y el orden. Permite trabajar en bases sólidas para proyectos a largo plazo y en la organización de la vida cotidiana.
- 05/05: Representa el cambio y la transformación. Invita a soltar lo viejo para abrirse a experiencias renovadoras y más alineadas con el propósito personal.
- 06/06: Asociado con la armonía y el equilibrio. Favorece la conexión con la familia, la compasión y la búsqueda de paz interior.
- 07/07: Conecta con la espiritualidad y la intuición. Es un día para meditar, profundizar en el autoconocimiento y escuchar la voz interior.
- 08/08 (Portal de León): Uno de los portales más poderosos del año, alineado con la constelación de Leo y la estrella Sirio. Se asocia con abundancia, expansión y activación de la energía personal.
- 09/09: Su vibración está vinculada con los cierres de ciclo. Es un momento ideal para soltar cargas emocionales y concluir procesos inconclusos.
- 10/10: Representa la plenitud y el renacimiento. Ofrece la posibilidad de iniciar una nueva etapa con mayor claridad y determinación.
- 11/11: Considerado el portal espiritual por excelencia. Su energía potencia la conexión con dimensiones superiores y la apertura de conciencia.
- 12/12: Marca el cierre del ciclo anual en el plano energético. Es un momento para integrar los aprendizajes y prepararse para la nueva frecuencia que trae el próximo año.
Más allá de las fechas numéricas: otros portales del año
Además de los portales energéticos que se abren en fechas repetitivas, existen otros momentos del año donde la energía del planeta y del cosmos favorece aperturas vibracionales significativas. Estos portales están asociados a fenómenos astronómicos y movimientos de la naturaleza que impactan directamente en la conciencia colectiva.
- Eclipses solares: Se consideran poderosos portales de inicio y revelación. Su energía impulsa cambios profundos y la manifestación de nuevas realidades.
- Eclipses lunares: Están vinculados con cierres de ciclos y liberación emocional. Facilitan soltar cargas del pasado y abrir espacio para lo nuevo.
- Equinoccios (marzo y septiembre): Representan el equilibrio entre luz y oscuridad. Son portales de renovación, balance interior y armonización con la naturaleza.
- Solsticios (junio y diciembre): Funcionan como puertas de transformación. El solsticio de verano potencia la expansión y la vitalidad, mientras que el de invierno invita a la introspección y la siembra de intenciones.
- Alineaciones planetarias: Cuando dos o más planetas se encuentran en conjunción, se abre un flujo energético único. Estas alineaciones favorecen la expansión de la conciencia y la conexión con planos superiores.

Cómo aprovechar los portales energéticos
Conectar con la energía de los portales espirituales es una oportunidad para alinear la intención personal con la frecuencia disponible en esos días. La clave está en prepararse de forma consciente, dedicando un espacio para la reflexión, la apertura interior y el trabajo energético que resuene más contigo.
Una de las formas más comunes de aprovecharlos es realizar rituales simbólicos, como encender velas, escribir intenciones en un cuaderno o trabajar con cristales que potencien la vibración. Estas prácticas ayudan a enfocar la mente y a dirigir la energía hacia metas claras, convirtiendo al portal en un aliado de transformación.
También se recomienda la meditación, los baños energéticos y la conexión con la naturaleza como formas de integrar la energía disponible. Estas acciones favorecen la limpieza emocional, la claridad mental y el fortalecimiento del campo energético personal, permitiendo que el portal actúe como catalizador de bienestar y evolución espiritual.
¿A qué hora se abren y se cierran los portales espirituales?
Los portales energéticos no se activan en una hora exacta ni funcionan como un interruptor que se enciende y se apaga. Su energía comienza a sentirse desde días previos a la fecha señalada y se extiende incluso después de que la jornada ha terminado, generando un campo vibracional que acompaña la transición.
Esto significa que no es necesario estar pendiente de un minuto preciso para conectar con el portal. Lo importante es sintonizarse con la energía del período, ya que su influencia se manifiesta de manera gradual y permite aprovecharla con flexibilidad según las necesidades personales.
7 puntos del planeta que actúan como portales energéticos
Además de los portales vinculados a fechas y eventos astronómicos, existen lugares en la Tierra considerados centros de alta vibración energética. Estos espacios naturales y ancestrales son reconocidos por generar sensaciones de conexión espiritual, expansión de conciencia y sanación interior.
A lo largo de la historia, culturas de distintas partes del mundo los han considerado sitios sagrados, utilizados para rituales, peregrinaciones y prácticas espirituales. Hoy en día, muchas personas los visitan para experimentar su influencia transformadora y abrirse a la energía que emanan.
- Machu Picchu (Perú): Antigua ciudad inca situada en los Andes, considerada un centro de sabiduría ancestral. Su energía se asocia con la conexión cósmica y la expansión espiritual.
- Pirámides de Giza (Egipto): Monumentos milenarios alineados con constelaciones específicas. Son vistas como puertas que conectan la energía terrestre con la cósmica.
- Monte Shasta (Estados Unidos): Montaña sagrada en California vinculada a leyendas de civilizaciones antiguas. Es reconocida como un portal de transformación espiritual y despertar interior.
- Stonehenge (Inglaterra): Monumento megalítico alineado con los solsticios. Se cree que su estructura concentra y canaliza energía cósmica hacia la Tierra.
- Uluru (Australia): Conocido también como Ayers Rock, es un lugar sagrado para los aborígenes. Representa un centro de poder espiritual y conexión con la creación.
- Lago Titicaca (Bolivia-Perú): Considerado un portal de renovación energética y despertar espiritual. Se le atribuye ser un punto de unión entre dimensiones.
- Monte Kailash (Tíbet): Montaña sagrada para hinduistas, budistas y jainistas. Es vista como un eje espiritual del mundo y un centro de purificación profunda.