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Razones para practicar yoga online

Razones para practicar yoga online

Razones para practicar yoga online


By: Carla Sanchez  |  Jan. 05, 2017

Hace seis años, estando de vacaciones en el campo, un amigo me propuso hacer una práctica de yoga en su estudio de pintura. Me pareció una idea magnífica, pensaba que haríamos yoga en pareja y algunos estiramientos, estilo libre por así decirlo.

Lo que ocurrió es que cargó en su ordenador una clase difundida a través de una web americana, 90 min de duración, nivel intermedio, estilo Anusara, y allí estábamos los dos, siguiendo atentamente las instrucciones de un profesor de California y ojeando la súper pantalla de vez en cuando para no perder detalle. ¡Qué descubrimiento!

Para mi sorpresa tuve una experiencia fantástica, no tardé nada en integrar el código propuesto y disfruté de una clase de mucho nivel, en un espacio original y en estupenda compañía.

Ha llovido mucho desde aquellos videos en VHS en los que Raquel Welch guiaba clases de yoga y fitness en los 80; alguno estuvo saltando por las estanterías de casa durante un tiempo y ahora los recuerdo como algo exótico y divertido. Internet lo ha dinamizado todo y nos devuelve una propuesta casi futurista si hacemos la comparación.

Los simpatizantes de corrientes yogis más clásicas, a priori pueden no estar muy de acuerdo con practicar esta disciplina a través de la red y su punto de vista es totalmente comprensible. Pero si observamos con detenimiento el frenético ritmo de vida que llevamos y cómo vamos haciendo adaptaciones de todo constantemente, en una búsqueda incesante de equilibrio dentro de esa vorágine, sobresale el hecho de que en occidente las cosas son de otro modo.

Analicemos entonces el asunto desde un ángulo más neutral y próximo a nuestra sociedad.

Nada reemplazará nunca la experiencia y los beneficios que supone asistir a una clase presencialmente; desde la voz del profesor, las correcciones táctiles que hace, el entorno adecuadamente acondicionado, o la hermosa energía de grupo que se genera.

El yoga online no es un sustitutivo de tu centro de yoga, o las clases que tomas en el gimnasio; siempre que puedas ir personalmente será mejor para ti. Es importante dejar claro este punto y entender que no es lo que se pretende.

El yoga online es un complemento para tu práctica y surge de la necesidad de optimizar el tiempo lo mejor posible y de querer profundizar en ella con guía.

Hay muchísimas personas que por su agenda laboral no logran encontrar un hueco que coincida con los horarios de las escuelas, limitando la práctica a un día a la semana, o incluso anulándola, por lo que disfrutar de clases a través de internet se convierte en la opción perfecta para no perder el ritmo.

– A este perfil se suma gente que viaja con mucha frecuencia y personas cuya logística es poco cómoda, aquellos que viven en el campo, o trabajan en oficinas a las afueras de la ciudad, con horarios apretados y muy poco benévolos con la vida privada.

– Por último, están las mamás y los papás en época de embarazo y crianza, teniendo que adaptar sus vidas a ese precioso pero exigente período, que resta tantísimo tiempo personal.

Para todos ellos y para ti, si te identificas con alguna de esas características, o tienes una vida hiperactiva que condiciona en exceso tus tiempos, es el yoga online.

Desde aquella tarde en el estudio de pintura me convertí en usuaria habitual de esta herramienta, para mí ha sido un verdadero hallazgo y como profesora me ayuda a renovar la inspiración, reciclar, motivarme y también a descansar la mente.

Internet se ha convertido en un poderoso instrumento de divulgación y te ofrece la oportunidad de llevar a tu salón, dormitorio de hotel, trabajo, o donde quiera que estés las clases de cientos de profesores maravillosos, que tanto tienen que enseñar y cuyas clases presenciales quedan, en muchos casos, a varios aeropuertos de distancia. ¿No es una gran noticia poder disfrutar de esas clases a través de tu portátil? A mí me es de gran ayuda y me inspira cuando más lo necesito.

Si he logrado despertar tu curiosidad, te invito a realizar una de mis clases abiertas favoritas en el canal de Aomm.tv en youtube. Pincha aquí.

Me encantaría estar un poco más cerca de ti a través de mis clases, darte nuevas ideas y abrir un poco más el espectro de tu práctica de yoga. ¡Disfrútala y nos vemos en las redes sociales!


 

Carla Sanchez

Profesora de yoga en aomm.tv y actriz. Practica yoga desde niña. El entusiasmo por la expresión y la conexión con el cuerpo son característica de su carácter. Recibe formación en Hatha yoga en la ‘Escuela Internacional’, y en Vinyasa Flow en Nueva York con ‘Evolation’


 



Claves para hacer Matsyasana

Esta postura honra aMatsya’, encarnación del dios hindú Vishnu como pez. Como veíamos en este artículo  la postura del pez encierra enormes beneficios para nuestro cuerpo y mente, sin embargo, es una de esas poses que da respeto y cierto temor poner en práctica. Posiblemente, la extensión cervical que se realiza, sea lo que más miedos genere y en personas con algún tipo de patología en el área cervical debe tener cuidado, pero no por ello dejar de hacerla.

Es por ello que nos hemos animado a comunicar en este artículo todas las claves para hacer Matsyasana, con sus variantes y de forma segura.

Para prepararla: podemos hacer antes el Camello (Ustrasana), la Cobra (Bhujangasana) o el Puente (Setu Bandhasana) para ir abriendo el cuerpo

La mirada: irá dirigida hacia el tercer ojo o punto del entrecejo.

Para facilitarlo:

-No dejamos caer la cabeza hacia atrás.

-Empezamos a trabajar en posición sentado: desde la postura del Bastón (Dandasana) nos inclinamos hacia atrás sobre las manos o los codos mientras elevamos el pecho para recrear la curvatura de la espalda de la curvatura del pez.

Esta postura requiere de concentración, de estar muy presentes en lo que hacemos, ya que si no lo hacemos  podemos sobrecargar el peso sobre la cabeza haciendo así daño sobre el cuello, cuando realmente la postura se sostiene desde los codos y antebrazos.

El tiempo recomendable para mantener esta postura y beneficiarse de sus poderosos efectos estaría en torno a 5 respiraciones en adelante, siempre y cuando nos sintamos bien y NO HAYA DOLOR.

Es importante recordar que una vez dentro de la postura nuestra mente ha de estar encauzada en las sensaciones corporales, y con nuestra motivación podemos ayudar a que estas sensaciones sean más intensas si vamos investigando sobre nuestros propios límites, observando cómo reacciona nuestra mente cuando nos acercamos a ellos.

También debemos recordar, una vez dentro, de sentir como si el corazón saliese del pecho, incrementando el arco desde el hueso púbico hasta la garganta.

Las contraposturas más adecuadas para compensar los efectos de Matsyasana son: abrazo a las rodillas en el pecho y balancearse de lado a lado, todos los ejercicios de relajación de cuello, la postura de la Tabla (Kumbhakasana) o la postura de la Guirnalda (Malasana).

Seguro que con estos sencillos consejos la próxima vez que realicemos la postura del pez veremos notables diferencias. Si queréis comprobarlo, os proponemos esta clase guiada por nuestra profesora María Paula Quintana “El Sabor del Yoga” ¡Os esperamos en Aomm.tv!

Leer el artículo

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