Sánscrito y yoga

Sánscrito y yoga
By: Carla Sanchez | Apr. 14, 2016
El sánscrito se ha introducido en nuestras vidas a través del yoga y también como fenómeno comercial, vemos con más frecuencia que nunca “namaste” escrito en camisetas”, bonitos estampados en letras sánscritas y muchos nombres de centros de yoga y spas que aluden a este lenguaje milenario equiparable en antigüedad e importancia a lenguas como el griego y el latín clásico.
El significado literal de sánscrito es “perfectamente, completamente hecho, o ejecutado”. En la actualidad forma parte del amplísimo abanico de idiomas que se hablan en India y está relacionado con el hinduismo, el jainismo y el budismo, doctrinas practicadas en toda Asia.
Se relaciona con los textos sagrados y las liturgias manteniendo un marcado carácter religioso, y es también el lenguaje que enmarca el yoga.
Todo yogi, sea cual sea su nivel, se ha ido familiarizando progresivamente con ciertos términos sánscritos de una u otra forma. Dependiendo del estilo del profesor y la línea de yoga que enseñe, mencionará con más frecuencia los nombres reales de las posturas, o recurrirá al alias occidental, o traducción, para hacérselo más fácil a los alumnos.
Memorizar estos nombres y conocer lo que significan es interesante y un plus cultural. A veces son simplemente palabras compuestas, como por ejemplo el nombre de un animal más la palabra asana, que significa postura. Otras veces a esa vocablo compuesto se le añade uno más, un prefijo, que indica una variación determinada en la postura.
Navasana: Nava (barca) + asana (postura) = postura de la barca
Parivrtta Trikonasana: Parivrtta (torsión) + triko (triángulo) + asana (postura) = postura de la torsión en triángulo.
A continuación te invito a explorar un glosario básico de términos sánscritos de yoga para ampliar tus conocimientos. ¡Espero que te sea muy útil!
Adho: tumbado boca abajo; ejemplo Adho Mukha Svanasana, traducido como “postura del perro boca abajo.”
Baddha: cierre, atado; ejemplo Baddha Konasana, traducido como “postura del cierre completo”.
Parivrtta: giro, torsión; ejemplo Parivrtta Sirsasana, traducido como “giro en la postura de la cabeza”.
Parivartana: dar vueltas, rodar; ejemplo Jathara Parivartanasana, traducido como “torsión de columna”.
Paschima: Oeste, zona posterior del cuerpo, ejemplo Paschimottanasana, traducido como “postura de estiramiento del Oeste”.
Purva: Este, parte anterior del cuerpo; ejemplo Purvottanasana, traducido como “postura de estiramiento del Este”.
Parsva: estiramiento lateral, de lado; ejemplo Parsvakonasana, traducido como “postura del ángulo lateral”.
Prasarita: extender, alargar; ejemplo Prasarita Padottanasana, traducido como “pinza de pie con piernas separadas”.
Supta: acostado, tumbado en el suelo; ejemplo Supta Virasana, traducido como ·postura del héroe tumbado”.
Urdhva: elevado, hacia arriba; ejemplo Urdhva Mukha Svanasana, traducido como “postura del perro boca arriba, o hacia arriba”.
Upavistha: sentado; ejemplo Upavistha Konasana, traducido como “postura de la flexión sentado hacia adelante”.
Utthita: en extensión, o equilibrio; ejemplo Utthita Trikonasana, traducido como “postura del triángulo extendido”.
Salamba: con apoyo, ejemplo Salamba Sarvangasana, traducido como postura de apoyo sobre los hombros”.
Paripurna: completo, entero; ejemplo Paripurna Navasana, traducido como la “postura de la barca completa”.
Viparita: invertido, al revés, contrario; ejemplo Viparita Karani, traducido como “postura de las piernas invertidas”.
Sama: igual, idéntico, simetría; ejemplo Samakonasana, traducido como “postura del ángulo recto o idéntico.”
La esencia del movimiento

El estilo Vinyasa se ha convertido en los últimos años en uno de los más populares, tanto en los centros de yoga como en las redes sociales, como Instagram o Youtube. Por todas partes podemos ver espectaculares vídeos y secuencias de yoga que muchas veces imitamos en casa sin la supervisión de un profesor.
Sin duda, es uno de los estilos más estéticos visualmente y su práctica, junto con la de Power Yoga o Asthanga, muy física y dinámica, tal vez conecta más con la idea del ejercicio que tenemos en Occidente.
Pero esto conlleva un riesgo: alejarnos de la esencia del yoga en cualquiera de sus estilos. De esa imprescindible y necesaria conexión entre cuerpo y mente, de esa ausencia de competición o ego que a veces nos lleva, tanto a profesores como alumnos, a querer hacer las clases más exigentes o complejas, o las posiciones más bonitas o estéticas, convirtiendo las clases, más en ejercicios gimnásticos o acrobáticos, que en verdaderas prácticas de yoga adecuadas a nuestras posibilidades y necesidades.
Como os decía, esto ocurre sobre todo cuando practicamos estilos como Vinyasa flow o Power yoga, donde la rapidez o la exigencia física nos pueden llevar no sólo a descuidar la técnica sino a desconectarnos de la respiración y hasta de nosotros mismos. ¿Qué queda entonces? Puro ejercicio físico, prácticas que pueden llevarnos a la extenuación física, a las lesiones y a la frustración, a pensar incluso que el yoga no es algo apto para nosotros. Y es una pena, porque de esa unión entre cuerpo, mente y espíritu que busca el yoga es de donde surgen precisamente todos sus beneficios.
Por eso en la práctica “Vuelve a la esencia del movimiento” os propongo parar, sentir, conectar en todo momento con la respiración y, sobre todo, disfrutar. De vuestro cuerpo, de las sensaciones y de vuestra práctica, sea cual sea. A través de esta secuencia os invito a estar conscientes de vuestra postura y especialmente de vuestra respiración para poder acompasarla con el movimiento, porque eso es realmente vinyasa.
En esta práctica y en cualquier otra que realices, tómatelo con calma, céntrate en lo que sientes en cada momento, muévete al ritmo que tú necesites, párate a hacer los ajustes necesarios en cada postura y escucha a tu cuerpo. Sólo así podrás viajar hacia tu parte más espiritual y descubrir los enormes beneficios mentales y emocionales que te aporta la práctica del yoga.