En dehors o rotación externa
En dehors o rotación externa
By: Marta Arcos | Apr. 29, 2016
El ballet clásico se basa en la técnica de la rotación externa de las extremidades inferiores o ‘en dehors’.
El “en dehors” es un elemento estético indispensable y es la posición base de la danza clásica. Traducido por los anglosajones como “Turn out,” se define como la rotación externa de cadera, rodilla y tobillo a 90º. Este movimiento externo de la cadera continúa a lo largo de cada una de las articulaciones de las extremidades inferiores, para que los pies lleguen a formar 180º ente sí. Esto, origina un gran estrés en todas las articulaciones implicadas, llegando a ser el origen de multitud de lesiones.
Para evitar estas lesiones es necesario fortalecer y flexibilizar la zona con ejercicios en el aire y no con empuje sobre el suelo. Pasando por todas las posiciones: boca arriba, boca abajo, de lado, cuadrupedia, sentados y de pie.
Durante la práctica que te proponemos realizarás ejercicios basados en ballet “ barra al suelo” combinados con ejercicios básicos de Pilates.
Si no practicas ballet los ejercicios de “en dehors” te ayudarán a fortalecer la cintura pélvica que incluye el abdominal transverso y el suelo pélvico. Ya que estás poniendo mayor conciencia sobre la zona. Al principio puede que te resulte complicado, pero sus resultados son tan efectivos que te motivará a seguir adelante. Los abductores juegan un papel importante en estos ejercicios haciendo más cómodos todos los ejercicios que impliquen apertura de piernas lateral. Hace que el fémur se encaje correctamente sobre las cadera y eso permite que el trocánter vaya adquiriendo fuerza.
Los ejercicios de rotación externa de cadera no están aconsejados si sufres de dolores continuos o puntuales sobre la zona lumbar baja o en tu nervio ciático. Si durante la práctica notas molestia no fuerces el movimiento y dale tiempo a tu cuerpo para que se acostumbre a este nuevo trabajo.
Si eres bailarín te aconsejamos realizar estos ejercicios antes de tu clase de ballet. Te ayudarán a reconocer tu apertura real y a no ejercer tanta presión sobre los tobillos y las rodillas.
A nivel energético el trabajo de “abrir hacia afuera” nos sirve para mostrar a los demás nuestra creatividad, ya que estamos movilizando los dos primeros chakras.
Pilates lo llamaba el “Power House”, o casa de poder. Si esa zona está controlada estabilizamos mejor y repartimos mejor la energía por todo el cuerpo.
Disfruta de la apertura externa y Feliz día Internacional de la Danza!!
¿Qué estás sintiendo ahora?
El primer paso para que transformes la sensación interna de lucha, y puedas conectar con el amor y la confianza en tu día a día, pasa por que te hagas consciente de lo que estás sintiendo ahora.
Esta escucha forma parte fundamental de la práctica de Mindfulness (Atención Plena), pero es fácil malentender en qué consiste. No se trata de analizar las emociones que predominan en tu vida, ni de elaborar una valoración mental sobre si eres o no feliz. Por el contrario, la práctica consiste en que salgas de la mente para poder percibir momento a momento: ¿qué estoy sintiendo?
La sociedad moderna no nos ayuda en esta labor, y desde luego el ego tampoco. Vivimos sumidos en la ilusión del tiempo, convencidos de que cuando seamos capaces de alcanzar una circunstancia externa, ya sea laboral o sentimental, sentiremos al fin ese alivio que hoy nos elude. Estamos tan pendientes de alcanzar esa meta, y sobretodo tan convencidos de que seremos felices entonces (en ese futuro inexistente que solo es un ahora mental), que no prestamos atención a lo que estamos sintiendo en este momento. Vivimos desconectados del sentir, en una carrera hacia un bienestar que supeditamos al futuro.
A medida que empieces a ser más consciente de lo que estás sintiendo, y a detenerte para conectar con tus emociones y tu cuerpo varias veces al día, te irás dando cuenta de cómo funciona tu mente. Es precisamente ese “querer llegar a”, esa treta del ego que te dice que tu felicidad está “allí”, lo que te desconecta de tu presencia, lo que genera tu malestar y agotamiento. Suelta el esfuerzo, deja de pensar y siéntete, aunque sea unos minutos al día.
Si lo haces, poco a poco te harás consciente de que esa carrera, el deseo de huir de tus circunstancias actuales, guarda relación con tu valoración sobre ellas. Constantemente juzgamos las situaciones como negativas, por eso nos resistimos a ellas. La mente nos dice que debemos cambiarlas porque son erróneas, y nos sitúa en una cárcel ilusoria que nos impide vivir plenamente. No sabemos, nadie puede controlar, en qué va a consistir este baile de la vida, pero sí tenemos el poder de transformar lo que sentimos.
Las circunstancias de la vida no dependen de nosotros, pero sí podemos mejorar nuestra relación con ellas.
A medida que abandones los juicios sobre tu realidad y sobre quién eres, sueltes un poco el control y salgas del “tengo que”, empezarás a conectar con el presente y a aceptar lo que la vida te ofrece. En resumidas cuentas, dejarás de luchar. Poco a poco notarás que tu felicidad y paz internas se incrementan, incluso si sientes dolor en ciertos momentos. No entiendas el dolor como algo de lo que hay que librarse: en cuanto lo abrazamos, ¡se diluye!