Sentirte bien con tu entorno

Sentirte bien con tu entorno
By: Xuan-Lan Trinh | Apr. 12, 2016
El yoga nos ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos, pero no vivimos solos y debemos aprovechar este equilibrio personal para desarrollar una mejor relación con nuestro entorno y con los demás.
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Si te conoces y te aceptas tal y como eres, sabes respetar tu cuerpo y tus limitaciones en la práctica. En yoga cultivamos el respeto de nuestro propio cuerpo practicando sin intención de competir, sin compararnos, y con humildad. La humildad se define en el diccionario de la Real Academia Española como «virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento». Se practica yoga con humildad, como una virtud de conocerse a uno mismo para avanzar y vivir más feliz.
Pero también debemos aprender a respetar a los demás, nuestro entorno y a nuestros enemigos. El diccionario Merriam-Webster define la humildad en referencia al entorno como «calidad o estado de no pensar que eres mejor que otras personas». No podemos ser buenos yoguis o buenas personas si no convivimos de manera armoniosa con nuestro entorno.
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Durante las cuatro semanas de “Mi Diaro de Yoga” hemos aprendido distintas técnicas y conceptos de la filosofía yogui que nos ayudan a sentirnos mejor y a desarrollar una relación armoniosa con amigos, familiares y el mundo exterior en general. No podemos encerrarnos en nuestra burbuja de felicidad o de desgracia, somos parte de un mundo. Mejorar como personas y vivir felices pasa por tener un estilo de vida saludable, que respeta el planeta y a quienes nos rodean, y transmitir una energía y pensamientos positivos. La única manera de multiplicar la felicidad es compartirla.
Extracto del libro “Mi diario de yoga” de Xuan Lan Trinh, editorial Grijalbo.
Mis 5 píldoras para ser más feliz
1) Sonríe: el mero hecho de curvar los labios en una sonrisa produce un aporte de endorfinas y serotonina que te ayuda a mantener un estado de ánimo positivo. Nos cuesta mantener la tristeza con una sonrisa en la cara y además es contagiosa, ¡sé el espejo en el que a los demás les gustaría mirarse y los demás te devolverán el espejo en el que te gustaría mirarte a ti!
2) Mímate: cada pequeño gesto de amor hacia ti es en realidad un gesto de amor hacia toda la humanidad. Las personas que se cuidan mucho y que prestan atención a sus deseos obtienen de forma automática el “carnet oficial de buenos cuidadores de los demás”. Cuando sentimos que todas nuestras necesidades están cubiertas es mucho más fácil dar amor a los otros de una manera sana.
3) Da sin esperar nada a cambio: hazlo continuamente sintiendo que lo que das es lo que “quieres dar” y no lo que “debes” dar. A veces coincidirá con lo que los demás te piden y otras no…Evitar obligaciones es la única manera de ser realmente generoso. Y sobre todo ¡no esperes recibir de cada persona a la que das! Ten la certeza de que toda buena acción regresará a ti, aunque desconozcas el cauce por el que volverá. Quítale el peso de la devolución a la otra persona y quítate el peso de la frustración a ti.
4) Desarrolla tu talento: todos somos especialmente buenos en algo y disfrutamos especialmente haciéndolo. La felicidad está en esos momentos en los que sientes que fluyes y que el tiempo se detiene. No mates a tu “duende” bajo el peso del día a día. Busca momentos diarios para desarrollar tu máximo potencial… ¿Dibujas?, ¿cocinas?, ¿haces excelentes masajes de pies?, ¿lo tuyo es el baloncesto, las manualidades, organizar fiestas, escribir, bailar o hacer el pino puente? Sea lo que sea poténcialo y ¡no dejes de hacerlo jamás!
5) Camina con los ojos abiertos: vive aquí y ahora para no perderte esa mirada, el sol, el placer de estirarte entre las sábanas, esa conversación, las flores al borde del camino, los besos, cada bocado dulce o salado en tu boca, la risa, los niños que juegan, esos pájaros, esa persona que aún no conoces, esa persona que ya conoces, bebida caliente con manta y sofá, ese susurro, ese gesto, el viaje soñado y el realizado, la rutina y la aventura, las nuevas rutas, los pies descalzos sobre la arena, la música, las sorpresas, las oportunidades, el crujido de las hojas secas…
¡No te pierdas la vida y la vida no dejará que tú te pierdas!
Gran abrazo de osa y recuerda siempre sonreír
