Sentirte bien con tu entorno

Sentirte bien con tu entorno
By: Xuan-Lan Trinh | Apr. 12, 2016
El yoga nos ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos, pero no vivimos solos y debemos aprovechar este equilibrio personal para desarrollar una mejor relación con nuestro entorno y con los demás.
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Si te conoces y te aceptas tal y como eres, sabes respetar tu cuerpo y tus limitaciones en la práctica. En yoga cultivamos el respeto de nuestro propio cuerpo practicando sin intención de competir, sin compararnos, y con humildad. La humildad se define en el diccionario de la Real Academia Española como «virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento». Se practica yoga con humildad, como una virtud de conocerse a uno mismo para avanzar y vivir más feliz.
Pero también debemos aprender a respetar a los demás, nuestro entorno y a nuestros enemigos. El diccionario Merriam-Webster define la humildad en referencia al entorno como «calidad o estado de no pensar que eres mejor que otras personas». No podemos ser buenos yoguis o buenas personas si no convivimos de manera armoniosa con nuestro entorno.
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Durante las cuatro semanas de “Mi Diaro de Yoga” hemos aprendido distintas técnicas y conceptos de la filosofía yogui que nos ayudan a sentirnos mejor y a desarrollar una relación armoniosa con amigos, familiares y el mundo exterior en general. No podemos encerrarnos en nuestra burbuja de felicidad o de desgracia, somos parte de un mundo. Mejorar como personas y vivir felices pasa por tener un estilo de vida saludable, que respeta el planeta y a quienes nos rodean, y transmitir una energía y pensamientos positivos. La única manera de multiplicar la felicidad es compartirla.
Extracto del libro “Mi diario de yoga” de Xuan Lan Trinh, editorial Grijalbo.
Yoga en el embarazo

Cuando una mujer vive el maravilloso proceso de gestar a un hijo, también debe atravesar nueve meses caracterizados por profundos cambios, gran maduración y una fuerte inestabilidad emocional. Una persona adulta sana, nunca está sujeta a tantos cambios como durante el embarazo.
En este contexto, la práctica de yoga ayuda a la mujer a encontrar bienestar físico, mental y emocional para disfrutar del embarazo, llevar adelante una gestación saludable y conseguir un parto natural y activo. Además, se logra una mejor y más rápida recuperación posparto, lo que promueve la lactancia materna prolongada.
Si la mujer tiene la oportunidad de participar de clases grupales, el trabajo individual se enriquece con el intercambio de experiencias que se ponen en común después de clase, habilitando un espacio de encuentro para compartir información, disipar temores y calmar ansiedades. El simple acto de tomarse de las manos, ancla un presente de conexión entre las abuelas ancestrales, nuestras madres, mujeres, hermanas y la mujer que deviene en madre.
El yoga ayuda a generar conciencia profunda del cuerpo y los cambios sucedidos en él, lograr fortalecimiento y flexibilidad muscular para soportar el incremento de peso, aliviar tensiones en todo el cuerpo, especialmente en la zona lumbar, centralizar la pelvis evitando el incremento de la lordosis y otorgar conciencia de la pelvis, el útero y el canal de parto. Además promueve el contacto con otras mujeres embarazadas, lo que ayuda a disminuir la ansiedad, los miedos y dudas con respecto a las etapas del embarazo y la planificación del parto.
Finalmente, después del nacimiento, las clases para mamás con sus bebés son una excelente opción para que la mujer pueda seguir contando con ese espacio de práctica física y espiritual sin alejarse del bebé. Estas clases están orientadas a aliviar tensiones, recuperar el suelo pélvico y encontrar equilibrio emocional a través de la respiración consciente que ayuda a alejar el cansancio y promueve una pronta recuperación post parto.