Sentirte bien contigo mismo

Sentirte bien contigo mismo
By: Xuan-Lan Trinh | Mar. 12, 2016
El autoconocimiento consiste en aprender a conocerte mejor para aceptarte tal y como eres y quererte más a ti misma. Este proceso supone observarte, escucharte, para conocer tus cualidades y tus defectos y apoyarte en las primeras y cambiar los segundos. El equilibrio personal se encuentra cuando te quieres a ti misma.
Puede parecer extraño decir que no nos conocemos muy bien. ¿Nunca te has extrañado ante una reacción viva o violenta, un miedo o una creatividad desbordante que no esperabas de ti misma? Tenemos una idea subjetiva de nosotros mismos y de nuestro cuerpo, y esta imagen no es siempre la que ven los demás.
¿Has preguntado alguna vez a tu mejor amiga, a tu pareja o a algún compañero de trabajo cuál es tu principal cualidad personal o profesional? La respuesta podría sorprenderte.
La práctica regular de yoga nos permite dedicar tiempo a nosotros mismos. Estos momentos de introspección nos ayudan a conocer mejor nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestros ritmos, y a reencontrar esa conexión con nuestro ser interior.
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Aprende a escucharte, y a reconocer lo que viene del corazón y lo que viene de la razón. Aprende a detectar las emociones peligrosas y a disfrutar las positivas. Aprende a conectar con tu propio cuerpo interpretando las señales que te manda. Aprende a vivir en el momento presente para conseguir escuchar, detectar y conectar. Si te conoces mejor y estás más atento a las señales interiores, podrás actuar en consecuencia y prevenir el estrés, la ansiedad, y reaccionar de manera adecuada para no dejarte llevar por los pensamientos negativos. El yoga te da las herramientas, pero solo tú mismo puedes conseguirlo.
Extracto del libro “Mi diario de yoga” de Xuan Lan Trinh, editorial Grijalbo.
Lumbalgia

La base de la espalda es un complejo entramado de tejidos interconectados que son muy sensibles al movimiento.
Cualquier irritación de los mismos puede derivar en distensión muscular e inflamación.
Muy posiblemente hayas experimentado alguna vez un fuerte y molesto dolor en la parte baja de la espalda, el área lumbar, durante uno o varios días; es un problema muy común y se conoce como lumbalgia, o lumbago.
Su sintomatología se puede presentar entre los 25 y los 65 años por múltiples causas y distintos matices, pudiendo ser desde una complicación transitoria a un diagnóstico crónico. Curiosamente, las personas más jóvenes son más propensas a sufrir lumbalgia por ser más activas.
- Puede ser un dolor leve que dure solo unas horas, o un día.
- Se puede sentir molestias con el contacto, apoyo, o al palpar la zona.
- Dificultad y dolor en respuesta al movimiento, desde leve a severo, impidiendo incluso que la persona camine.
- Molestias que se irradian a otras zonas, como la pierna, el glúteo, o hacia arriba en dirección al cuello.
- Dolorosos espasmos musculares localizado en la parte inferior de la espalda.
Un simple movimiento brusco puede causar distensión muscular, microrroturas de tejidos internos, músculo o ligamento, que después se inflaman. La gravedad la determina el grado de dolor y es importante detectar la causa para decidir el tratamiento a seguir, pasando por hacer correcciones posturales.
En cuanto se siente dolor hay daño y se deben tomar medidas. La primera y más evidente es parar la actividad y entrar en “modo reposo”. Los tres o cuatro días siguientes es muy recomendable suspender las rutinas físicas habituales, incluso las aparentemente más terapéuticas como el yoga, o el pilates suave. No se trata de guardar cama, sino de minimizar el impacto del movimiento para ayudar a los tejidos a bajar la inflamación.
Si tienes dudas visita a tu fisioterapeuta. Debido a la inflamación difícilmente podrá manipular, pero sí darte pautas muy claras sobre lo que debes hacer y lo que no según tus hábitos.
Aplicar frío y calor ayudará a activar la circulación de la zona y a que se recupere más rápidamente. Compresas con guisante fríos, o geles con efecto criogénico para enfriar, una manta eléctrica, o una bolsa de agua caliente para proporcionar calorcito.
Cuidado con atiborrarte de antinflamatorios. Dependiendo de la intensidad de los dolores quizá haya que recurrir a ellos como refuerzo, pero los analgésicos son una trampa, ya que pueden dar la falsa sensación de mejoría, de manera que te saltes el proceso de reposo y derive después en un empeoramiento de la dolencia.
¿Cómo ayuda el Yoga y el Pilates en la prevención de la lumbalgia? pues de dos maneras muy efectivas.
- La primera y esencial es proporcionando conciencia corporal. Ser consciente de cómo te mueves, caminas, te sientas, duermes, de tus gestos diarios influye en mejorarlos de forma que sean más sanos, gráciles y amables para el esqueleto y los músculos.
- La segunda es creando fortaleza y elasticidad. Una espalda fuerte y flexible es menos propensa a lesionarse fácilmente, y de hacerlo, se recupera con mayor rapidez.
- Otra forma de prevenir el lumbago es evitando coger cosas muy pesadas, hacer pequeños estiramientos cada tres horas si trabajas sentado, evitar el sedentarismo, mantener un peso adecuado y, ojo, no hacer hacer deporte sin haber calentado antes y no saltarte nunca los estiramientos de recuperación.
Recuerda que en Aomm.tv disponemos de un programa especial para cuidar la salud de tu espalda, 'Espalda fuerte y sana'.
Más información en: ¿Cómo funciona tu columna vertebral?