Descubre el poder del Acroyoga

Descubre el poder del Acroyoga
By: Arianne Traverso | Jun. 29, 2016
Este artículo sobre Acroyoga escrito por nuestra profesora Arianne Traverso se publicó en la revista Yoga Journal en julio del 2014, dentro de la sección ‘Yoga Vivo’ en la que Aomm.tv colabora mensualmente con la revista especializada en yoga.
En la práctica de este mes te invitamos a descubrir las bases del Acroyoga, un estilo de yoga en pareja cada vez más practicado en el que se trabajan la confianza, el equilibrio, la concentración y la comunicación con el otro. Es importante que al practicar esta sesión cuentes con una tercera persona que os ayude a ti y tu compañero en caso de que se produzca una caída.
Puedes ver la práctica completa en este enlace
¿Quieres saber más sobre el Acroyoga?
El acroyoga combina tres disciplinas muy distintas que hasta ahora, poco tenían que ver: yoga, masaje tailandés y acrobacia. Los creadores de esta novedosa fusión son los californianos Jason Nemer y Jenny Sauer-Klein.
Es una práctica interpersonal en la que los alumnos salen de su propia esterilla y comparten con los demás. Probablemente la principal diferencia entre acroyoga y el yoga más tradicional es que no se puede hacer acroyoga en soledad. Es, por excelencia, una práctica que cultiva interconexión y comunidad. El acroyoga se suele practicar en grupos de tres para la seguridad y el apoyo: la persona de apoyo (base), la persona en el aire (flyer o volador) y el cuidador (spotter).
Tiene como objetivo desarrollar confianza en el otro, trabajar el equilibrio, la concentración y la comunicación. Uno de los grandes beneficios del acroyoga es la posibilidad de desafiar los límites propios y de vencer los temores.
En acroyoga los niveles de riesgo crecen y la necesidad de confianza en el otro es mucho mayor. En el proceso de armar la postura en el aire, sostenido por tu compañero, lo que se le denomina “vuelo” se utiliza la gravedad para liberar y abrir la columna vertebral. Aquí, el volador recibe todos los beneficios de una inversión sin ninguno de los esfuerzos.
Aunque no todas las clases son iguales, suelen mantener esta estructura:
• Ceremonia en círculo. En el círculo, se aprende a establecer las bases de un contacto respetuoso y abierto.
• Asanas. Con la práctica de las asanas, el alumno se prepara física y energéticamente para interactuar con armonía con el otro. Permiten aumentar la fuerza y flexibilidad de una forma segura.
• Partner Flow. Significa “fluir en pareja” y se trata de una secuencia creativa de estiramientos beneficiosos para ambos.
• Inversiones con cuidador. El spotter o cuidador debe aprender a escuchar para servir a los compañeros con todo aquello que necesiten para ser libres. Las posturas invertidas ponen nuestro mundo del revés, no sólo en el plano físico. Los practicantes aprenden a confiar en los cuidadores y construyen los pilares para abordar habilidades acrobáticas en pareja.
• Acrobacia en dúo. Es la expresión más dinámica de esta disciplina y la más conocida. Requiere el aprendizaje de las habilidades y técnica necesarias.
• Vuelo terapéutico. Sus creadores la llaman “terapia de estiramiento espinal antigravitacional”. Utiliza la gravedad y el metta (“amabilidad amorosa”) para liberar y abrir la espina dorsal del volador mientras se enraíza y energiza la base.
• Masaje tailandés. Es un arte curativo que restablece el equilibrio del cuerpo. Se utilizan estiramientos pasivos del yoga para abrir líneas de energía en el receptor.
Esperamos que la práctica que te ofrecemos te ayude a inspirarte e iniciarte en esta hermosa práctica compartida.
Los Malas: El alma de una joya

Un mensaje de compasión por la humanidad, un recordatorio de la conciencia más elevada de nuestro interior, una filosofía, un sentimiento, y quizás un estilo de vida para muchos. Rebosando lo que conocemos como lo “material” y ahondando en un significado, un mensaje.
Así comenzaríamos a hablar de los Malas; acariciando su alma y propósito, y desbordando el horizonte de una “joya”.
Etimológicamente procedente del sánscrito “Japa Mala” (rosario de repetición), los Malas eran usados desde hace 6000 años como objetos de poder en la práctica del yoga y la meditación japa, teniendo sus raíces en el hinduismo con unos primeros collares de 108 cuentas de Rudraksha, que más adelante fueron adaptados al budismo. Su voluntad: la capacidad de proporcionar una sensación de equilibrio y armonía para cada individuo y para la sociedad en su conjunto. Un todo personal generoso que trasciende a una naturaleza global.
Con ellos, se lleva el registro de las recitaciones de mantras que se repiten 108 veces para llegar a un estado de calma y serenidad, sosteniendo habitualmente el Mala en la mano derecha con los dedos pulgar y anular, y moviendo las cuentas con el dedo corazón mientras se pronuncia el mantra.
Pero, ¿qué hace de especial a un Mala? La respuesta es sencilla: Nosotros. Existe un sentimiento de desconexión, de desvanecimiento del vínculo tan especial cuerpo-mente-espíritu que representa nuestra esencia. Reviven cada día más de esta forma las ancestrales prácticas del yoga y meditación con este propósito, y los Malas son “su medio”.
Piezas con un número espiritual concreto de cuentas y hebras de hilo que no son capricho, marcadas por el “108” y medidas aritméticas desencadenantes de él. De elaboración artesanal y anudado manual entre cuenta y cuenta, que no sólo caracterizan un trabajo de manos expertas, sino de además profundo conocimiento y respeto por la tradición de estas piezas para plasmar todo el amor que personalizan.
Y un material noble natural aún desconocido en occidente de gran leyenda. Hablamos de la Rudraksha, semillas que brotan de un árbol de crecimiento en las llanuras del río Ganges hasta las estribaciones del Himalaya, de dentellado único como nuestras huellas dactilares, cuya peculiar composición las dota de una vida de hasta 8 generaciones y se cree están capacitadas para proporcionar cualidades electromagnéticas en contacto con nuestra piel.
Un mensaje para ser más conscientes de nosotros mismos y de aquello que nos rodea. Un recordatorio simple que nos acompaña tangibilizando el por qué de su propósito, manteniéndonos en el camino. Y ello es precisamente lo que desde Mukhas Collection queremos acercar, siempre desde el respeto a esta maravillosa cultura de la que tanto nos queda por comprender, a la naturaleza y a las personas, con piezas que esperamos no sean únicamente contempladas desde su presencia, sino desde su significado más profundo e inspirador.