Postura de yoga: Ardha chandrasana
Postura de yoga: Ardha chandrasana
By: Gaia Staff | Mar. 03, 2015
Ardha = “media”, chandra = “luna”. Ardha Chandrasana – Postura de la media luna es un ejercicio de equilibrio de pie, que requiere de fuerza y elegancia. Aprovechemos nuestra perfecta concentración mental al practicar esta postura.
TÉCNICA DE LA POSTURA ARDHA CHANDRASANA
- Separamos bien las piernas y las alineamos con las caderas.
- Levantamos los brazos en cruz hasta que queden en línea con los hombros.
- Extendemos las rodillas sin levantar los muslos.
- Colocamos el coxis en la línea vertical.
- Movemos el pie derecho 90º hacia fuera y el pie izquierdo ligeramente hacia dentro.
- Mantenemos el torso y las caderas firmes pero sin tensión.
- Al mismo tiempo que flexionamos la rodilla derecha, desplazamos el torso hacia delante y apoyamos la mano derecha en el suelo.
- Levantamos la pierna izquierda a 90º mientras que la pierna derecha queda bien estirada pero sin bloquear la rodilla.
- Subimos el brazo izquierdo y dirigimos nuestra mirada hacia la mano elevada, siempre que el cuello no moleste.
- Mantenemos la postura unos 10-15 segundos y repetimos con el otro lado.
RECOMENDACIONES PARA LA POSTURA ARDHA CHANDRASANA
- Debemos mantener el pecho y las caderas bien alineados.
- Mantener la pierna elevada al menos a 90º y no dejar que caiga.
- Para facilitar la postura ardha chandrasana, podemos apoyar la mano de base en un bloque o realizarla contra la pared para mantener mejor el equilibrio.
- Se puede preparar con Trikonasana (el triángulo) o Vrkasana (el árbol)
BENEFICIOS DE LA POSTURA ARDHA CHANDRASANA
- La postura ardha chandrasana combate el cansancio.
- Reduce las pérdidas excesivas durante la menstruación.
- Alivia las náuseas matinales.
- Fortalece el abdomen, los tobillos, los muslos, las nalgas y la columna vertebral.
- Estira las ingles, los isquiotibiales y pantorrillas, los hombros, el pecho y la columna vertebral.
- Mejora la coordinación y el sentido del equilibrio.
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Posturas de yoga: Torsiones
La familia de las torsiones es una de mis favoritas. Son posturas muy agradables en todas sus versiones y tienen un efecto compensatorio; encajan a la perfección casi en cualquier punto de la práctica, lubricando la columna, desestresando el organismo y tonificando los órganos abdominales.
También torsionamos en numerosas situaciones del día a día. Cuando alguien nos llama por la calle y giramos espontáneamente el tronco para mirar quién es se produce una torsión, principalmente cervical y de la parte alta del tórax; o tumbados en la cama al desperezarnos, giramos las piernas hacia un lado y el tronco hacia otro buscando activar y empezar a movernos tras muchas horas durmiendo.
Entonces ¿qué aporta la torsión en el yoga? Por encima de todo, te da conciencia en la postura y conciencia de sus efectos a nivel físico, energético y emocional.
Las torsiones nacen en la pelvis y ascienden por la columna vertebral siendo más acentuadas en la zona dorsal y cervical. Estiran la musculatura que sujeta las vértebras, fibras que organizan la posición de los discos, que están relacionadas con el equilibrio, y se exponen a debilitarse por la adaptación del esqueleto a las superficies planas de las ciudades, las malas posiciones que adoptamos con frecuencia, la falta de ejercicio y el paso de los años.
Sus beneficios más notables son:
– Torsionar comprime el abdomen y los órganos pélvicos estimulando el flujo sanguíneo.
– Flexibilizan y rejuvenecen la espina dorsal favoreciendo el riego sanguíneo en el sistema nervioso.
– La flexibilidad del diafragma aumenta mejorando la capacidad respiratoria.
– Ayudan a flexibilizar las caderas y a relajar las ingles.
– Alivian dolores de espalda y diversos trastornos de la columna vertebral.
– Los órganos internos se tonifican y el tracto intestinal mejora.
– Favorecen la eliminación de toxinas acumuladas en el hígado y el bazo.
– Son posturas que aumentan los niveles de energía y a la vez generan calma mental.
En el aspecto más sutil, las torsiones tienen un claro impacto equilibrante en nuestras emociones. Es como si al girar la columna estrujásemos el sistema nervioso, una vez que las vértebras vuelven a su lugar se produce un flujo de sangre intenso en dos direcciones, hacia el cerebro y hacia las piernas. Este flujo es también energético y le da una sana sacudida a nuestro estado anímico ayudando a desatascar emociones estancadas y a darles salida. Puede suceder que tras una práctica con muchas torsiones te sientas algo revuelto durante el día, e incluso al día siguiente, con necesidad de llorar y de soltar. Si sucede no le pongas freno ya que estás “limpiando”.
Te animo a poner más atención a las torsiones y a explorarlas desde el conocimiento de sus beneficios. Te ayudarán a deshacer tensiones profundas, tanto físicas como emocionales; dale profundidad a la respiración, permite que el estrés abandone tu cuerpo y disfruta del regreso a la posición natural y al equilibrio interno.
Namaste.