El cuello en las posturas de yoga
El cuello en las posturas de yoga
By: Carla Sanchez | Dec. 02, 2016
El cuello es como el termómetro del cuerpo. Gran parte de la tensión física y nerviosa tiende a acumularse ahí; me atrevería a decir que se puede medir cómo está una persona observando esta zona.
Prácticamente todo pasa a través de él concentrando funciones físicas y emociones: es atravesado por el sistema nervioso, el aire, el alimento, es donde se genera la voz…
Son muchos los factores que generan presión cervical, prácticas deportivas, mala postura durmiendo y gestos cotidianos incorrectos de los que en general no somos conscientes. Como resultado la curva natural del cuello puede llegar a disminuir, e incluso perderse y se refleja después en irritaciones nerviosas y dolores.
Las vértebras cervicales son muy frágiles y tienen una movilidad excepcional, es el área más vulnerable de la columna ya que sujeta el peso de la cabeza, mientras permite una rotación muy amplia de la misma. Entre las piezas vertebrales pasan todos los nervios que recorren el hombro y el brazo hasta la mano, cualquier desplazamiento cervical puede provocar dolor o incapacidad funcional en estas partes.
En la práctica del Yoga debemos poner especial atención en el cuidado del área cervical, tanto en las posturas de inversión como en las extensiones de columna hacia atrás, las que más lesiones pueden ocasionar a largo plazo.
Asanas Invertidas: Sarvangasana, Halasana, Sirsasana.
La inversión ejerce una fuerte presión en los discos intervertebrales, especialmente en las cervicales y las lumbares, donde se localizan con frecuencia los problemas de hernia discal. Para ser capaces de gestionar correctamente la fuerza de la gravedad y evitar sus posibles consecuencias negativas se necesita una buena actividad muscular, trabajar el concepto de “alineamiento” creando conciencia del eje central del cuerpo, eliminando así los pesos inútiles de la postura y presiones incorrectas. Esto se traduce en brazos y abdomen fuertes para crear espacios y simetría en los empujes, creciendo hacia la verticalidad en lugar de comprimir los discos.
Si no tienes el tono muscular idóneo, o padeces alguna dolencia, entonces usaremos soportes como mantas o la ayuda de la pared, la intención es “descargar”.
Extensiones: todas las posturas que implican apertura de pecho.
La tendencia de practicantes de todos los niveles, e incluso profesores, es a perder la alineación del cuello en estas asanas. La espalda se arquea hacia atrás buscando una placentera expansión del tórax y solemos mirar hacia arriba para potenciar la sensación.
Sin embargo, ese gesto rompe por completo el espacio entre la base del cuello y la base del cráneo creando muchísima presión en los discos a la vez que reducimos alargamiento. Hay que aclarar que una extensión correcta se concentra en la zona dorsal y no en la cervical; es mejor mantener la mirada siempre hacia adelante y que la cabeza acompañe sin perder nunca la conexión con los hombros para no hacernos daño.
El concepto de espacio es fundamental. Crear espacios entre hombros y cuello es una instrucción que no solo se aplica a la ejecución del asana, sino a las posturas que adoptamos diariamente.
Pautas sencillas como tratar de aflojar los hombros, hacer giros suaves con la cabeza para movilizar las articulaciones y hacer estiramientos básicos de esa musculatura pueden mejorar la salud del cuello, es tan sencillo como dedicarle cinco minutos al día en tu lugar de trabajo, en el gimnasio, o donde estés.
Observar y tomar conciencia de aquellos hábitos que van poniendo tensión de más y prestar atención al efecto que puede tener una corrección precisa se traducirá en menos carga, fortalecimiento y menos molestias.
El Sabor del Yoga
El siguiente artículo escrito por nuestra profesora Maria Paula Quintana apareció publicado en la revista Yoga Journal en el mes de enero de este año, se encuadra dentro de la colaboración mensual que Aomm.tv hace mensualmente con esta revista especializada en yoga. Ahora lo puedes leer en nuestro blog.
En la práctica que te proponemos este mes te invitamos a recuperar la esencia de cada postura con una clase de Hatha Yoga creada y guiada por Maria Paula Quintana. Muévete, estírate y respira con esta práctica completa que pasa por todo el espectro de asanas clásicas como: aperturas de corazón, caderas, balances, flexiones hacia adelante que te dejaran satisfecho, balanceado y con la energía necesaria para continuar tu día.
Puedes ver la clase en este enlace.
En los comienzos de año siempre nos llenamos de buenas intenciones y propósitos para mejorar nuestras vidas. Los comienzos de año traen energía nueva y deseos de cambio para dejar atrás la rutina. Es el tiempo cuando muchas personas empiezan alguna dieta o deciden cambiar su rutina de ejercicio y hacerla mas novedosa.
El Yoga es una disciplina que practicada regularmente ofrece maravillosos efectos para la salud y la mente y por eso cada vez más gente la practica . Pero así como cualquier actividad que repetimos día a día, semana tras semana o año tras año, también con el yoga podemos sentir que hemos caído en la rutina o que nos hemos quedado estancados.
Cada clase, ya sea Hatha o Vinyasa tiene una secuencia y un orden de posturas que se pueden combinar para lograr un objetivo específico que puede ser enfocado en diferentes resultados, por ejemplo trabajar alguna parte del cuerpo como las caderas o simplemente dar más energía para empezar el día o relajar y prepararse para descansar.
“El sabor del Yoga: Recupera la esencia de cada postura” es una clase completa y dinámica que nos reta en movernos con nuestra respiración y a sentir nuestro cuerpo a través de todo el espectro de posturas clásicas así como de divertirnos con creativas variaciones de las posturas.
En esta clase nos enfocamos en buscar más espacio en el cuerpo, en encontrar la esencia de las posturas para fluir más con ellas. La clase empieza con Balasana para ayudar a la concentración. Las flexiones hacia adelante nos ayudan a llevar la energía, la atención e intención hacia dentro y son recomendadas cuando necesitas concentración al empezar la practica, para aquietar la mente o para descansar. A este grupo pertenecen Balasana, Uttanasana y Prasarita Padottanasana. La postura del gato y la vaca y las variaciones de Shalabasana y la esfinge nos sirven para calentar la columna y los músculos alrededor de ella. Las aperturas de caderas liberan la espalda baja , contrarrestan los efectos de una mala postura así como también ayudan a mejorar la circulación alrededor de los órganos vitales. Las posturas de pie se consideran la base de la práctica y enraízan la energía cuando estamos demasiado en la mente y al igual que los saludos del sol, suben el nivel de energía en el cuerpo. Las posturas de balance en brazos o balances en las piernas nos ayudan a crear foco mental y concentración. Las aperturas de corazón nos ayudan a controlar la ansiedad y el estrés y a superar el miedo así como las torsiones también ayudan a mantener una columna saludable.
Aprovecha esta época del año para probar algo nuevo en tu práctica o en cualquiera que sea tu actividad física. Y aunque lo importante después de comenzar es continuar para que no se quede solo en buenas intenciones, se necesita esa primera fuerza o energía de cambio y renovación! ¡Feliz 2016!