El enemigo es el miedo
El enemigo es el miedo
By: María Marco | Dec. 08, 2015
Vivimos una era convulsa. Se nos escapan todas las razones que algunas mañanas nos retienen en la cama con tal de no enfrentarnos al periódico. La violencia es tan penosamente familiar que ha perdido la capacidad de conmocionarnos, de hacernos saltar de la silla para cambiar las cosas. La saturación de imágenes violentas, de noticias de opresión y tiranía, de historias grotescas y a menudo desalmadas, ha llegado a convertirnos en seres pasivos e indiferentes que siguen los mismos pasos cada día hasta volver a la cama.
Ha sido así durante años, yo lo reconozco no sin pudor: puedo vivir mi vida sin luchar contra el hambre o la guerra. Sin embargo, un fantasma indeseable se ha instalado en nuestra comodidad: el fantasma del miedo al futuro. Lo más alarmante no es que no sepamos cómo echarlo de nuestra casa; es que no sabemos enfrentarnos a él porque no sabemos qué cara tiene. El miedo se impone como una herramienta de control despiadada que ataca a la verdad. Dondequiera que nos encontremos, el terrorismo acota los senderos de la libertad.
Hoy como nunca, se hace vital dotar a la palabra “yoga” de un significado más profundo que la mera práctica de Asana si se quiere trascender su importancia a la vida diaria. Quizás porque la auténtica enseñanza del yoga está fuera de la esterilla, hay que vivir con coraje y compasión. Ofreciendo la experiencia de nuestra práctica como el mejor fruto a los demás; actuando solos no podemos cambiar las cosas. Es totalmente posible resolver los problemas del mundo usando los ojos del yoga, ya que con ellos siempre veremos con discernimiento. La humanidad aspira a actuar como una familia, como un sólo ser. Por eso, cuando entro en una clase de yoga, no veo alumnos sino practicantes por la paz. Al inhalar, somos conscientes de que el amor destierra al miedo. Al exhalar, somos conscientes de que en nuestro país habita el odio y la ira. Al inhalar, recordamos que las personas que sufren son nuestro propio ser. Al exhalar, recordamos que ya hemos empezado a cambiar las cosas. Al hacerlo durante varios minutos volvemos a la realidad de nuestro cuerpo. La energía de la atención nos ayuda a reconocer la pena que hay detrás de cualquier miedo, a abrazarlo con ternura y aceptar que con independencia de las circunstancias, el ser humano viene de una sola fuente.
En este instante calmemos el miedo y la ira en nuestros corazones. Pongamos en su lugar la lucidez y la comprensión. Todos somos víctimas del miedo. La tierra es nuestro único hogar, el hogar de todos. Ahora que lo sabemos, que el miedo es el enemigo, es el momento de expresar un profundo deseo de paz y reconciliación. Ante el miedo, camina, habla y escucha en paz.
Sraddha - Reconoce tu potencial
Cuando preparo una nueva tanda de clases para Gaia.com busco un hilo conductor que las dote de sentido y significado. Unas veces es más físico y se basan en aspectos técnicos de la práctica y otras es más inspiracional, matiz que siempre está de fondo como motor interno.
Me gusta que mis clases aporten algo más a pesar de la distancia evidente del video, por eso, esta vez me he centrado en la faceta más filosófica del yoga con el deseo de ayudarte a profundizar en tus posturas, tu presencia sobre la esterilla y tu sensibilidad.
Una de las grandes enseñanzas que me ha dado esta disciplina es que mi práctica es pura actitud y según sea esa actitud tendré una experiencia más o menos satisfactoria, y más o menos consciente. Pisar el mat con los pies descalzos es el comienzo de un viaje interno con un objetivo del que “Sraddha” se vuelve impulsor.
Conocí hace poco el significado de este concepto y sentí una profunda afinidad con él. Es una palabra sánscrita de origen budista que plantea una mirada sobre la vida con la que me siento muy identificada.
Reconocer cualidades como la belleza, la compasión, la amabilidad y la honestidad son parte de la ideología que encierra este término, por lo tanto, podría traducirse como: el talento de apreciar esas virtudes en uno mismo y en los demás, teniendo fe en ellas.
Si lo trasladamos a un plano menos trascendental, vendría a ser algo así como la disposición a “confiar en tus capacidades y aptitudes creyendo firmemente en ellas”.