Frutos secos y semillas
Frutos secos y semillas
By: Carla Sanchez | Aug. 25, 2016
Los frutos secos y las semillas son todo un clásico a la hora de dar un buen aporte de energía a nuestro cuerpo.
Forman parte de cualquier régimen deportivo y deberían tener mucha presencia en la dieta de los niños y de las personas sometidas a gran esfuerzo mental.
Esta semana del verano Yogi se está desarrollando en la montaña, por lo que las clases requieren más trabajo, además de las actividades extra como el trekking, o la escalada, por lo que los frutos secos y las semillas son el complemento perfecto para días con mucha actividad física.
Se conservan de maravilla y aportan nutrientes fundamentales como proteínas, minerales, ácidos grasos omega 3 y oligoelementos, el plus energético está servido y además ayudamos al buen funcionamiento del tracto intestinal por la gran presencia de fibra.
Una manera muy rica y diferente de comerlos es en forma de bolitas. ¡Apunta la receta!
Bolitas energéticas de frutos y semillas
– Mete en la batidora dos puñados de almendras, dos de pipas de girasol peladas y dos puñados de pipas de calabaza.
– Tritura a intensidad baja para obtener una harina gruesa.
– Mézclala con cinco cucharadas soperas de miel y con las manos húmedas haz bolitas, o pequeñas tortitas.
– Pasa las bolitas por miel y después por almendra en láminas como si empanaras una croqueta.
– Cinco minutos de horno a 180 grados y bolitas energéticas listas para llevar a donde quieras.
Ten en cuenta que las cantidades pueden variar y siempre tienes la opción de hacerlo con tus frutos secos favoritos. ¡Feliz día!
Yoga en primavera
La primavera es época de renacer y resurgir. La naturaleza nos lo muestra en todo su esplendor; ella misma despierta del letargo invernal. La savia se mueve hacia arriba de nuevo para hacer despuntar la vida en sus brotes. Los pájaros anidan para criar a sus polluelos. Los ríos fluyen colmados de agua del deshielo. Si nos detenemos a observar seremos testigos de cómo la vida vuelve a nacer con energías renovadas.
En nosotros también ocurre el cambio, nuestro cuerpo despierta a la luz del sol después del largo invierno. Necesita movimiento para sacudirse el letargo. En primavera los parques se llenan de gente, desempolvamos las zapatillas de deporte y nos animamos a salir de nuevo a pasear, correr, montar en bicicleta… lo que sea con tal de salir al exterior y recibir los rayos y el calor del sol.
El yoga nos ayuda en esta transición entre estaciones si adecuamos nuestra práctica diaria a las necesidades que requiere nuestro cuerpo-mente.
Ahora deberemos buscar posturas que nos den calor y vitalidad. Es momento de crear una práctica estimulante que nos ayude a eliminar toxinas y activar el elemento fuego, relacionado con el plexo solar y la digestión y combustión de los alimentos.