Yoga en primavera

Yoga en primavera
Por: Gaia | 25 de abril de 2017
La primavera es época de renacer y resurgir. La naturaleza nos lo muestra en todo su esplendor; ella misma despierta del letargo invernal. La savia se mueve hacia arriba de nuevo para hacer despuntar la vida en sus brotes. Los pájaros anidan para criar a sus polluelos. Los ríos fluyen colmados de agua del deshielo. Si nos detenemos a observar seremos testigos de cómo la vida vuelve a nacer con energías renovadas.
En nosotros también ocurre el cambio, nuestro cuerpo despierta a la luz del sol después del largo invierno. Necesita movimiento para sacudirse el letargo. En primavera los parques se llenan de gente, desempolvamos las zapatillas de deporte y nos animamos a salir de nuevo a pasear, correr, montar en bicicleta… lo que sea con tal de salir al exterior y recibir los rayos y el calor del sol.
El yoga nos ayuda en esta transición entre estaciones si adecuamos nuestra práctica diaria a las necesidades que requiere nuestro cuerpo-mente.
Ahora deberemos buscar posturas que nos den calor y vitalidad. Es momento de crear una práctica estimulante que nos ayude a eliminar toxinas y activar el elemento fuego, relacionado con el plexo solar y la digestión y combustión de los alimentos.
Puedes comenzar tu sadhana con varias secuencias de Suryanamaskar. Comienza lentamente, dando tiempo a tu cuerpo a estirarse suavemente y ve aumentando progresivamente la velocidad y la respiración.
Las torsiones devuelven la movilidad y elasticidad a la columna vertebral y masajean los órganos abdominales. Concretamente el hígado y la vesícula cuando el cuerpo gira hacia la derecha. Estos son los órganos que están asociados a la primavera y deberemos cuidarlos especialmente.
Posturas de equilibrio y de fuerza que requieren mayor gasto energético para ejecutarlas, como "los guerreros, Purvottanasana", o posturas de equilibrio.
Es el momento de intentar posturas nuevas, aquellas que representan un reto para ti, los equilibrios sobre cabeza y manos“ son especialmente retadores…
Practica más aperturas (“Ustrasana“, Dhanurasana, Bhujangasana) te darán más energía y mayor atención mental. Además mejoran el funcionamiento del aparato urinario y te ayudará a eliminar toxinas por ese medio.
Posturas que activan: Manipura chakra, Adho Mukha Svanasana, Setu Bandhasana, Paschimottanasana…
La primavera es buena época para hacer una práctica más intensa y activa. Kundalini, Ashtanga o Vinyasa son distintos estilos de yoga que integran los aspectos dinámicos propios de la primavera.
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Si quieres probar a practicar este estilo de yoga: Vinyasa Krama, en Gaia disponemos de un amplio catálogo de clases guiadas, encuentra tu clase y empieza a practicar.
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Claves para hacer Matsyasana

Esta postura honra a ‘Matsya’, encarnación del dios hindú ‘Vishnu’ como pez. Como veíamos en este artículo la postura del pez encierra enormes beneficios para nuestro cuerpo y mente, sin embargo, es una de esas poses que da respeto y cierto temor poner en práctica. Posiblemente, la extensión cervical que se realiza, sea lo que más miedos genere y en personas con algún tipo de patología en el área cervical debe tener cuidado, pero no por ello dejar de hacerla.
Es por ello que nos hemos animado a comunicar en este artículo todas las claves para hacer Matsyasana, con sus variantes y de forma segura.
1º Para prepararla: podemos hacer antes el Camello (Ustrasana), la Cobra (Bhujangasana) o el Puente (Setu Bandhasana) para ir abriendo el cuerpo
2º La mirada: irá dirigida hacia el tercer ojo o punto del entrecejo.
3º Para facilitarlo:
-No dejamos caer la cabeza hacia atrás.
-Empezamos a trabajar en posición sentado: desde la postura del Bastón (Dandasana) nos inclinamos hacia atrás sobre las manos o los codos mientras elevamos el pecho para recrear la curvatura de la espalda de la curvatura del pez.
4º Esta postura requiere de concentración, de estar muy presentes en lo que hacemos, ya que si no lo hacemos podemos sobrecargar el peso sobre la cabeza haciendo así daño sobre el cuello, cuando realmente la postura se sostiene desde los codos y antebrazos.
5º El tiempo recomendable para mantener esta postura y beneficiarse de sus poderosos efectos estaría en torno a 5 respiraciones en adelante, siempre y cuando nos sintamos bien y NO HAYA DOLOR.
6º Es importante recordar que una vez dentro de la postura nuestra mente ha de estar encauzada en las sensaciones corporales, y con nuestra motivación podemos ayudar a que estas sensaciones sean más intensas si vamos investigando sobre nuestros propios límites, observando cómo reacciona nuestra mente cuando nos acercamos a ellos.
7º También debemos recordar, una vez dentro, de sentir como si el corazón saliese del pecho, incrementando el arco desde el hueso púbico hasta la garganta.
8º Las contraposturas más adecuadas para compensar los efectos de Matsyasana son: abrazo a las rodillas en el pecho y balancearse de lado a lado, todos los ejercicios de relajación de cuello, la postura de la Tabla (Kumbhakasana) o la postura de la Guirnalda (Malasana).
Seguro que con estos sencillos consejos la próxima vez que realicemos la postura del pez veremos notables diferencias. Si queréis comprobarlo, os proponemos esta clase guiada por nuestra profesora María Paula Quintana “El Sabor del Yoga” ¡Os esperamos en Aomm.tv!