La respiración, ejercicios para niños

La respiración, ejercicios para niños

La respiración, ejercicios para niños


By: Delia Hernández  |  Dec. 15, 2016

 

¿Por qué mucha gente no le da valor a algo que siempre va con nosotros, que es tan importante y tan sencillo cómo saber respirar?, hacerlo de forma consciente, de manera voluntaria, dándote cuenta de ello, respirar para sentirnos bien, respirar para vivir más feliz.

Sinceramente, de muchos y grandes aprietos me ha sacado mi gran y mejor amiga, La Respiración. Tengo mucho que agradecer al Yoga y la meditación que fueron los que me enseñaron a respirar y a conocer su importancia, tanto en la práctica cómo fuera de ella.

La respiración nos ayuda a calmarnos, centrarnos, ser conscientes, superar miedos, ansiedad, nos ayuda a gestionar emociones, nos permite conectar con nuestro interior, con nuestra parte más intima, facilita el autoconocimiento, la mejora personal…

Si todo esto es tan importante para nosotros los adultos, mucho más para los niños y niñas. Imaginaros que desde pequeños nos enseñarán a respirar, a saber utilizar esta herramienta tan valiosa durante nuestro desarrollo, crecimiento y aprendizaje…

Pero… para muchos niños y niñas es complicado entender el concepto de ser consciente de su respiración. Como ellos dicen…, “Ya estamos respirando, si no, nos morimos”, claro, y tienen toda la razón. Pero, cuando llegan a entenderlo y a interiorizarlo, sienten a la respiración como “una mejor amiga” como dice Sofía, una amiga que siempre está cuando la necesitas.

¿Cómo podemos enseñar a los niños y niñas a saber usar su respiración, hacerlo de forma intencionada y buscando un objetivo?
Siempre a través del juego, la diversión, el movimiento y su experiencia…
El niño/a aprende en función de lo que experimenta. Nosotros podemos decirles que es bueno saber respirar, que tiene que calmarse o relajarse, controlar una rabieta, etc… pero si nunca han experimentado lo que supone llegar a respirar conscientemente, a estar tranquilos de forma voluntaria, si no saben lo que es sentir esto, nunca podrán aprenderlo y mucho menos aplicarlo a su vida.

Podemos hacer que el niño/a lo viva y lo experimente con ejemplos de prácticas como… enseñarle a inhalar y a exhalar a través de un juego, una canción, un cuento…, o que empiece a saber ubicar la respiración en un lugar de su cuerpo con ayuda de un juguete, o aprender a relacionar y coordinar su respiración con diferentes movimientos, como al caminar, al practicar Yoga, al bailar… o experimentar la respiración cuando siente miedo, nervios o dolor y darse cuenta que hacerlo le ayuda a sentirse mejor…
Solo mediante este tipo de vivencias el niño empieza a asimilarlo y sentirlo en su propia piel, de esta forma el niño puede elegir volver a vivirlo cuando lo necesite.

Enseñemos algo tan bonito y tan útil a nuestros pequeños, crecerán mucho más felices!

Puedes experimentar junto con tus hijos todo esto que cuento en la clase 'Aprendiendo a respirar'. Además puedes optar al sorteo de una de las Cajas mágicas de la calma, si entras aquí y rellenas tus datos, sólo hasta el 22 de diciembre.
Delia Hernández
Hippy Kids Yoga


 

Delia Hernández

Empecé a practicar yoga hace muchos años y poco a poco me fui introduciendo en el mundo del desarrollo y el crecimiento personal que tanto me había interesado desde muy joven. La formación de Yoga para Niños me dio otra perspectiva de vida respecto a la educación infantil, al crecimiento y su relación con el yoga. Decidí que tenía que compartirlo con el mundo infantil.


 



El Yoga del comer

El Yoga del comer

Comemos al menos tres veces al día o más, pero ¿lo hacemos correctamente? El ritmo de vida que llevamos nos conduce con frecuencia a automatizar las comidas, a llevarnos cualquier cosa a la boca por las prisas, o incluso a renunciar a más de un almuerzo.

El yoga del comer, además de implicar la práctica de algunas asanas que mejoran el funcionamiento del aparato digestivo, es sobre todo una propuesta sencilla de cambio de hábitos a la hora de sentarte frente al plato y echar gasolina al cuerpo.

El yoga induce a hacer un ejercicio de observación consciente y constante a todos los niveles, y lo que comes no queda excluido. Prestar atención a tus costumbres te ayudará a mejorar la dieta y tus digestiones. Ahí van cuatro consejos muy sencillos que te servirán de guía para empezar:

– Comer es un placer, sé consciente de ello y concédele el tiempo que requiere. Puedes hacer algunas respiraciones antes de coger el tenedor para relajarte y disfrutar.

– Cada estación te invita a variar la dieta. Ahora que empieza el calor es momento de aligerar, toma más ensaladas, más pescado que carne y frutas ricas en agua.

Come frutas y verduras de temporada en la medida de lo posible; energéticamente es más equilibrado, contribuyes al cultivo sostenible y es más barato para el bolsillo.

– Con sentirte saciado basta. Trata de evitar la sensación de pesadez de tripa, indica que estás comiendo más de lo que necesitas y por lo tanto fuerzas el aparato digestivo.

La postura influye mucho. No es lo mismo comer sentado y sin la presión del reloj, que andar por la calle zampando un bocadillo mientras hablas por el móvil; a veces no hay más remedio, pero lo ideal sería dedicar a la comida el espacio que requiere.

Cuando comes de pie tu cuerpo está en tensión y listo para ponerse en movimiento. La zona abdominal está activada de forma natural y no favorece las funciones digestivas, para eso debes aflojar la musculatura tomando asiento.

Siéntate, pero hazlo bien, con la espalda derecha y los hombros suaves, el estómago largo, distendido y con los pulmones abiertos para respirar mejor cuando masticas y tragas.

Masticar despacio ayuda a digerir y a asimilar la energía de los alimentos. Si estás acompañado este proceso suele verse algo interrumpido por la conversación, aún así puedes mejorarlo. Si estás solo es un buen momento para “rumiar” el menú un poco más, saborearlo al máximo y, de paso, echar un cable a los jugos digestivos.

Pasadas tres horas tras la comida es momento de pasar la acción física y practicar posturas de torsión para favorecer la eliminación de los desechos y otras toxinas. Si quieres saber más sobre torsiones te animo a leer mi post sobre esta familia de asanas en este enlace.

Recuerda: “ El prana es el primer alimento que recibe el cuerpo, el aire, la energía vital. Aharah es el alimento físico, el fruto. No olvides que ambos mantienen la vida y son parte de ti”.

¿A qué esperas para practicar el Yoga del comer?

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