Meditación en la compasión
Vivir conlleva diversos sufrimientos, pero más del ochenta por ciento los creamos nosotros mismos. Ejercitar la compasión es erradicar de la vida todo sufrimiento añadido innecesario.
Antes que nada es preciso entender que en el contexto de la meditación budista, la compasión tiene un significado diferente al habitual. En el diccionario de la Real Academia la compasión se define como un sentimiento de conmiseración y lástima que se tiene hacia quienes sufren penalidades o desgracias. Pero la compasión a la que nos referimos y sobre la que meditamos es algo bien diferente.
Aquí compasión se refiere a un sentimiento de empatía, a estar en conexión con el otro y a tomar algún tipo de responsabilidad por aliviar su sufrimiento. De manera que sólo captar lo que el otro está sintiendo no es compasión, sólo estar cerca del otro tampoco es compasión, y simplemente hacer cualquier cosa por otra persona no es compasión. La compasión contiene los tres aspectos, conexión, empatía y responsabilidad.
Para meditar en la compasión avanzamos a lo largo de cuatro grados de intensidad que se definen con las siguientes expresiones: El primer nivel, es pensar que sería bueno que no existiera el sufrimiento. El segundo se expresa pensando que sería fabuloso que todos los seres estuvieran libres del sufrimiento y de las causas del sufrimiento. El tercero es un vivo deseo de que ojalá todos los seres estén libres del sufrimiento y de sus causas. El último, es la compasión plena y se manifiesta como la intención y el compromiso de hacer lo posible para que todos los seres estén libres del sufrimiento y de sus causas.
Meditación de la Compasión
Prepárate para meditar como lo haces con cualquier otra meditación. Esto es, busca una postura en que sientas el cuerpo suelto y despierto, relaja el cuerpo y la mente, observa unos minutos el entrar y salir del aire que respiras por las fosas nasales. Cuando notes un cierto equilibrio físico y mental, comienza la meditación.
Contempla primero todos los infortunios y sufrimientos de tu vida. No te enredes en ellos, tan sólo obsérvalos un momento. Luego, reconoce cuánto sufrimiento has visto padecer en los demás a lo largo de tu vida, cuánto estas viendo ahora a tu alrededor, cuánto te queda por ver. Piensa en este mismo momento cuántos seres experimentando sufrimiento. Por ejemplo, los tanatorios llenos de personas que han perdido seres queridos, los hospitales saturados de personas enfermas, los geriátricos con miles de personas sufriendo las consecuencias del envejecimiento…, la lista sería interminable.
Puedes reflexionar del siguiente modo:
Sin todas las personas que me he encontrado en la vida no soy nada, incluidos los que me dieron el cuerpo, muchos han facilitado que pueda seguir vivo, hay cientos de personas que me han aportado algo a lo largo de mi vida. Todos estos seres de los que he recibido, están experimentando infelicidad, enfermedades, dolencias, problemas familiares, psicológicos, emocionales… Todos estos de los que he recibido están experimentando dolor. Sin poderlo evitar, exactamente igual que yo, están experimentando sufrimiento. Hay tantos seres de los que he recibido algo: el cuerpo, habilidades, recursos, alimento, ropa, comodidades, apoyo,… cuánto les queda por sufrir. A todos los seres, cuánto les queda por sufrir. Igual que a mí.“Sería bueno que no existiera el sufrimiento. Sería bueno que todos los seres estuvieran libres del sufrimiento”. Deja que este pensamiento emerja en tu mente. Permanece unos minutos con esto: “Qué bueno si desapareciera el sufrimiento”.
A continuación, sigue utilizando diferentes ideas que te ayuden a incrementar el sentimiento. Por ejemplo puedes pensar así:
Cuánto esfuerzo llevo haciendo durante toda mi vida para evitar el sufrimiento, sin que apenas me quede tiempo para ser feliz. Todo ese esfuerzo para eludir la infelicidad y aún no lo he conseguido. A los demás les sucede lo mismo que a mí. Nos esperan multitud de problemas emocionales y experiencias de dolor. Frustraciones, insatisfacción, incertidumbre, inseguridad, pérdidas… sufrimiento; son inevitables.
Los que ahora son niños, cuando tengan mi edad, cuánto sufrimiento habrán tenido que padecer. Uno no se espera que la vida fuera a ser así. Cuando tenía la edad de esos niños de ahora, no suponía lo que me iba a venir. Solo este año cuando sufrimiento he conocido, y cuanto sufrimiento queda en mi vida, y en todos los seres que conozco. Incluso después de mi muerte, seguirán sufriendo, generación tras generación. Hay tantas historias de sufrimiento, no sólo decenas, no sólo cientos, miles de historias. En cada familia miles de experiencias.
“Sería magnífico que no existiera el sufrimiento”. “Sería fabuloso que todos los seres estuvieran libres del sufrimiento y de las causas del sufrimiento”. De nuevo, quédate unos minutos sintiendo esto. Déjate entrar en el sentimiento de lo maravilloso que sería que nadie sufriera, ni tus amigos ni tu familia, ni nadie. Permite que el sentimiento sea algo físico, y que algo empiece a resonar en tu cuerpo.
Para desarrollar tu sentimiento puedes utilizar algunos pensamientos más como los siguientes:
Muchos de los problemas que he padecido a lo largo de mi vida ya no los tengo, ya son pasado para mí. Sin embargo, eso que para mí ya es pasado, ahora forma parte de miles de historias de sufrimiento. En este momento hay cientos de personas que están sufriendo aquello que viví y fue tan duro. Ese sufrimiento, aunque no sea yo quien lo experimenta, todavía existe.
Pensando de este modo, permite que en el fondo de tu pecho emerja el deseo de que acabe, “Ojalá acabe”, “Deseo que acabe el sufrimiento, se lo deseo a cada ser”. Busca situarte en un lugar profundo, anterior a ti mismo, y siente que desde ahí surge el deseo de que nadie experimente sufrimiento. Siente como si tu voz silenciosa y callada llegara al corazón de todos los seres: “Que estés bien, que no sufras, que tengas paz”. Piensa que cada ser escucha en su corazón tu voz y deseo: “quiero que dejes de sufrir, te deseo que no sufras”. Siente que está ocurriendo ahora y no es sólo tu imaginación. Es como un bálsamo que llega a los demás, a tu familia, a tus amigos, los seres desvalidos y solos, a quienes sufren… y les ayuda a manejar y trascender el dolor. Piensa que todos los seres oyen tu voz silenciosa: “Quiero que dejes de sufrir”. Siente firmemente que a pesar del maltrato, la violencia, los infiernos en que están sumidos… al oír tu voz, en su mente encuentran paz. Siente que verdaderamente está sucediendo ahora.
Permanece unos minutos en este sentimiento: “Ojalá que todos los seres lleguen a estar libres del sufrimiento y de sus causas”. Déjate impregnar por el deseo y piensa que el deseo tiene poder. Quédate contemplando antes de seguir.
Deja que se despierte en ti el deseo de hacer algo para que termine el sufrimiento, para que cesen los estados emocionales destructivos, el miedo, el dolor, la angustia de la pérdida, la enfermedad…, tantas cosas. “Voy a hacer lo posible para aliviar el sufrimiento, voy a hacer lo que pueda. Voy a desarrollar mis capacidades, voy a aprender para saber ayudar. Voy a hacer lo posible para que todos los seres estén libres del sufrimiento”.
Siente que asumes la tarea de hacer que haya menos sufrimiento a tu alrededor. Ahora, la compasión queda firmemente sellada en tu corazón, de forma irreversible, más allá del espacio y del tiempo, más allá de la vida y de la muerte. “Mientras haya seres sufriendo, voy a ayudar, voy a hacer algo”. Experimenta el compromiso de hacer todo lo que puedas. Esta compasión queda grabada, irreversible, indestructible. Piensa que ahora formas parte de la familia de quienes ejercitan la compasión.
Ahora quédate tanto como puedas en esta conciencia. Permanece en silencio, deja que el organismo sienta y se impregne de compasión.
Ahora puedes meditar en la compasión guiado por Juan Manzanera. Entra en Gaia y únete, te llevará sólo un minuto!
Juan Manzanera” es maestro de meditación en Gaia.com
Qué es la respiración consciente y cuáles son sus beneficios
¿Es posible que algo tan simple como respirar sea la clave para mejorar nuestro bienestar físico y mental? La respiración consciente, una técnica simple pero poderosa, permite conectarnos profundamente con nuestro cuerpo, reduciendo el estrés y promoviendo la calma. En este artículo exploramos qué es la respiración consciente, cuáles son sus beneficios y cómo empezar a practicarla.
Tabla de Contenidos
- ¿Qué es la respiración consciente?
- Beneficios de una práctica continua de respiración consciente
- Cómo practicar la respiración consciente
- Técnicas sencillas para empezar a respirar conscientemente
- Cómo integrar la respiración consciente en tu vida diaria
¿Qué es la respiración consciente?
La respiración consciente es una técnica que consiste en prestar atención plena al proceso de inhalar y exhalar. A diferencia de la respiración automática, se trata de hacer cada respiración de manera intencionada, focalizándose en el ritmo, la profundidad y el flujo del aire en el cuerpo. Esta práctica permite conectar con el momento presente, lo que ayuda a reducir el estrés y promover un estado de calma mental.
Además de los beneficios psicológicos, la respiración consciente tiene un impacto directo en el sistema nervioso. A través de técnicas como la respiración diafragmática, el cuerpo activa el sistema nervioso parasimpático, responsable de inducir estados de relajación. Esto no solo mejora el bienestar emocional, sino que también ayuda a regular funciones corporales como la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
Esta técnica se convierte en una herramienta poderosa para influir en la fisiología del cuerpo. Respirar de forma consciente y profunda aumenta la oxigenación de la sangre, optimizando el funcionamiento celular. A largo plazo, integrar esta práctica fomenta una conexión más profunda entre cuerpo y mente, promoviendo un bienestar integral.
Beneficios de una práctica continua de respiración consciente
Practicar la respiración consciente de manera continua ofrece múltiples beneficios tanto para la salud física como mental. Algunos de estos beneficios son:
- Reducción del estrés: La respiración consciente activa el sistema nervioso parasimpático, lo que ayuda a contrarrestar la respuesta al estrés y promueve un estado de relajación y calma.
- Mejora del enfoque mental: Al focalizarse en la respiración, la mente se entrena para permanecer presente, facilitando una mayor concentración y claridad mental en las actividades diarias.
- Regulación emocional: Esta práctica facilita el manejo de las emociones, al calmar la mente y permitir respuestas más equilibradas ante situaciones desafiantes.
- Aumento de la oxigenación: Respirar profundamente permite que los pulmones se llenen completamente, mejorando la oxigenación de la sangre y optimizando el funcionamiento celular.
- Mejora del sueño: La respiración consciente ayuda a reducir la ansiedad, lo que facilita un descanso más profundo y reparador, mejorando la calidad del sueño.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico: Estudios sugieren que la práctica regular de técnicas de respiración consciente puede equilibrar el sistema inmunológico, contribuyendo a la reducción de la inflamación.
- Incremento de la energía vital: Al mejorar la eficiencia de la respiración, se incrementa la energía disponible para el cuerpo, lo que favorece una mayor vitalidad a lo largo del día.
Cómo practicar la respiración consciente
Para empezar a practicar la respiración consciente, es fundamental encontrar un lugar tranquilo donde se pueda estar en una posición cómoda, preferiblemente con la espalda recta. El primer paso es cerrar los ojos y llevar la atención al proceso natural de la respiración, sin intentar controlarla en un principio. A medida que se observa el flujo del aire que entra y sale del cuerpo, se comienza a desarrollar una mayor consciencia del presente, dejando atrás las distracciones externas.
Una vez que la mente esté enfocada en la respiración, se puede proceder a realizar respiraciones profundas y lentas. Se recomienda inhalar por la nariz, permitiendo que el aire llene el abdomen, y luego exhalar lentamente por la boca. Este proceso, repetido de manera regular, ayuda a reducir la tensión física y mental, y con el tiempo, permite prolongar las inhalaciones y exhalaciones, fomentando una relajación más profunda.
En la serie Open Minds, disponible en Gaia, Regina Meredith entrevista a Anders Olsson, quien explica cómo la respiración es fundamental para la calidad de vida y presenta técnicas de respiración que pueden ayudar a reducir el estrés mientras incrementan la energía y la armonía interior.
Técnicas sencillas para empezar a respirar conscientemente
Existen diversas técnicas que facilitan la práctica de la respiración consciente, y muchas de ellas se pueden realizar en cualquier momento del día. Estas técnicas son accesibles, no requieren de equipos especiales y permiten experimentar los beneficios de la respiración consciente de manera sencilla y eficaz.
Técnica de respiración abdominal
La respiración abdominal consiste en enfocar la respiración en el abdomen, permitiendo que el aire llene esta zona en lugar del pecho. Para practicarla, es recomendable sentarse o acostarse con una mano sobre el abdomen y otra sobre el pecho. Al inhalar profundamente, se debe notar cómo el abdomen se expande mientras el pecho permanece relativamente inmóvil. Al exhalar, el abdomen desciende suavemente. Esta técnica es especialmente útil para reducir el estrés y promover una sensación de calma.
Respiración 4-7-8 para la relajación
La técnica de respiración 4-7-8 es ideal para inducir un estado de relajación profunda en momentos de ansiedad o antes de dormir. Se inicia inhalando por la nariz durante 4 segundos, reteniendo la respiración por 7 segundos, y luego exhalando lentamente por la boca durante 8 segundos. Este ciclo se repite varias veces y es muy efectivo para tranquilizar la mente y el cuerpo en situaciones estresantes.
Técnica de respiración alterna
La respiración alterna o Nadi Shodhana es una técnica de origen yogui que busca equilibrar los hemisferios cerebrales y calmar la mente. Para practicarla, se debe tapar una fosa nasal mientras se inhala profundamente por la otra, luego cerrar esa fosa nasal y exhalar por la opuesta. Este proceso de alternar la respiración entre ambas fosas nasales se repite varias veces, proporcionando un equilibrio energético y mental.
Cómo integrar la respiración consciente en tu vida diaria
Integrar la respiración consciente en la vida diaria es un proceso sencillo que solo requiere pequeños ajustes en la rutina. Uno de los mejores momentos para practicarla es al comenzar o finalizar el día, dedicando unos minutos a respirar profundamente. Esta práctica ayuda a iniciar la jornada con mayor claridad mental o a relajarse por completo antes de dormir.
Otra manera efectiva de incluir la respiración consciente es aprovechar los momentos de pausa a lo largo del día, como cuando se espera en una fila o se toma un descanso. Estos breves espacios permiten reconectar con el presente y reducir el estrés acumulado.
- Al despertar: Practicar respiraciones profundas al levantarse ayuda a preparar el cuerpo y la mente para el día que comienza. Esto establece una base de calma desde el primer momento.
- Antes de dormir: Incluir la respiración consciente en la rutina nocturna reduce la tensión y favorece un sueño más profundo. Es ideal para calmar la mente tras un día agitado.
- Durante las pausas en el trabajo: Realizar respiraciones conscientes entre tareas puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la concentración. Solo toma unos minutos y puede tener un gran impacto en la productividad.
- Mientras se camina: Coordinar el ritmo de los pasos con la respiración consciente mejora tanto la concentración como el bienestar general. Además, es una forma sencilla de practicar mindfulness durante el ejercicio físico.
- Al comer: Respirar conscientemente antes de una comida promueve la calma y mejora la digestión. Esta práctica también fomenta una mayor consciencia del acto de comer.