Consigue la mejor oferta del año
Obtener la oferta

Meditación y silencio

Meditación y silencio

Meditación y silencio


Por: Juan Manzanera  |  Jul. 13, 2013

Apenas sabemos lo que es el silencio. Probablemente, nunca antes en la historia de la humanidad han habido tantos sonidos y tan agolpados.

Pero, nuestro mundo interno también esta lleno de ruidos. Apenas nos damos tiempo para estar más callados, quedarnos quietos y, por ejemplo, mirar calladamente el movimiento de la gente en la calle, el vuelo de un pájaro o escuchar sin más el rumor del viento. Con frecuencia el silencio interior nos produce incomodidad y desasosiego. Muchas veces nos ponemos a leer, encendemos el televisor o hacemos una llamada telefónica para evitar escuchar nuestro interior, a veces, incluso nos inventamos un problema para no sentirnos por dentro.

Uno de nuestros mecanismos inconscientes más habituales es ponernos a elucubrar y razonar sobre cualquier cosa. Cuando aparece algún malestar, ya sea emocional o físico, solemos pensar más. Lo hacemos de una manera totalmente automática, como buscando una salida. Los momentos en que tenemos más pensamientos son aquellos en que los que nos sentimos más incómodos con la situación actual.

La capacidad de sentir está directamente relacionada con la atención y el silencio interior, y solemos pensar demasiado para anestesiar el dolor, la frustración y todo aquello que no nos gusta padecer. El problema es que así acabamos también perdiéndonos numerosos aspectos bellos de la existencia. Las palabras ocultan la realidad y la sustituyen por símbolos y conceptos, nos alejan del contacto directo con la vida y nos mecanizan. Tienen su función en la vida y en la comunicación, pero cuando ocupan todo el espacio sustituyen la percepción y la intuición, y algo se acaba escapando. Como decía el filósofo Wittgenstein en su investigación sobre el lenguaje y la realidad: “Hay ciertas cosas de las que, pasado cierto punto, no puede decirse nada y tengo que permanecer callado”.

LA FECUNDIDAD DEL SILENCIO 

El silencio es tan rico, tiene tantas posibilidades. Los místicos, los yoguis, los chamanes, los ascetas, no conciben su práctica sin el silencio. Los sabios siempre han buscado el silencio, los filósofos lo han perseguido y los religiosos también. En oriente se considera que la palabra puede tener mucho poder, lo cual está determinado por el silencio. “Habla cuando tus palabras digan más que el silencio”, reza un antiguo proverbio oriental.

Es bien conocida la costumbre de muchos ascetas que toman el voto de no hablar durante años y se dice que los sabios rishis de La India pueden hacer que se cumpla cualquier cosa que expresan con sus palabras, y esto se debe al control que tienen sobre ella, especialmente evitando decir cosas superfluas y falsedades. También en el budismo la charlatanería estéril es considerada una falta moral. Uno de los elementos fundamentales en cualquier rito espiritual es el silencio y la oración genuina también brota del mismo. Los grandes descubrimientos se hicieron en soledad y silencio. Las sanaciones requieren del silencio y las vivencias más profundas del ser humano ocurren en él.

Con frecuencia las soluciones y respuestas que buscamos las hallamos en el silencio. ¿Quién no nos hemos tomado un descanso alguna vez y en ése momento descubrir la solución a un problema sobradamente escudriñado y analizado? La mente racional es capaz de analizar, clasificar, encasillar y demás, pero el silencio permite una sabiduría más penetrante, puede revelar una imagen de la realidad mucho más detallada y realista, y de un alcance mucho más profundo.

Hay numerosos ejemplos en la historia de personajes célebres – Arquímedes, Edison o Einstein – que hicieron sus descubrimientos cuando soltaron toda racionalización y se permitieron unos momentos de quietud. No obstante, el lenguaje nos ha seducido con su colorido con lo que hemos perdido en algo la capacidad de percibir la complejidad del mundo en el que estamos y la interdependencia que lo define.

Muchos sabios nos sugieren que cuando tengamos dudas y queremos aclararlas entremos en el silencio porque ahí hallaremos la respuesta. Con el silencio podemos hacer frente a nuestra neurosis, nuestros miedos, nuestra angustia y soledad, de modo que muchas veces es tan efectivo como una buena terapia. Las respuestas vienen y algo más allá de lo conocido se manifiesta. Dentro del mundo espiritual se dice que la realización humana es inefable y que la puerta para entrar en ella viene de vivenciar el silencio. “Realiza tu trabajo en el mundo pero internamente mantente en silencio, entonces todo vendrá a ti”, dice el maestro advaita Sri Nisargadatta Maharaj.

INTIMIDAD GENUINA 

La búsqueda primordial del hombre es el encuentro con los demás y los pensamientos alimentan el sentimiento de estar separados, y nos impiden la intimidad real. Las ideas nos hacen mantener una visión fija del otro que obstruye el contacto. No hay forma más fácil de cortar la comunicación que hablar sin escuchar. Y al mismo tiempo a menudo nos espanta quedarnos en silencio ante otra persona. Nos sentimos vulnerables e indefensos, y en esos momentos podemos ver claramente cuánto nos escondemos detrás de las palabras. Por otra parte, podemos observar que conforme aumenta el acercamiento entre dos personas que se aman sus palabras se van tornando superfluas, cuando hay una verdadera comunión entre los individuos predominan los momentos de silencio en los que basta gozar con la presencia del amor.

Cuando buscamos el silencio solemos aislarnos de los demás. Pero al mismo tiempo sentimos que es muy importante encontrar momentos donde comunicarnos, ser reconocidos y apreciados por otras personas. La paradoja es que los momentos en que más a gusto nos relacionamos y nos sentimos más satisfechos son los momentos de silencio. Una vez que dejamos de estar en el discurso mental el organismo está más presente, percibe más a quien tiene delante y se considera más parte de ello. Las funciones dormidas se despiertan. Es tremendo el valor que tiene el silencio y lo importante que es recuperarlo. No hay palabras para expresar la belleza de callar con el otro, caminar en silencio con alguien y estar presentes ambos.

APRENDER A LLEGAR AL SILENCIO 

Tradicionalmente los métodos para acallar la mente buscaban agotar el intelecto o aburrirlo mediante un acto repetitivo. Por ejemplo, en el budismo tibetano es común la repetición de un ejercicio físico o de unos sonidos (los mantras) miles de veces. El maestro místico Gurdjieff usaba como técnica pedir a sus alumnos que permanecieran inmóviles interrumpiendo lo que hacían en momentos escogidos al azar, lo que les ponía en situaciones tan irracionales y absurdas que la palabrería interna no podía elaborarlo. En el Zen, se usan los conocidos koan en los que se plantea una paradoja imposible de resolver racionalmente.

Una de las claves para hallar el silencio es hacerse consciente de la experiencia actual. Cuando nos paramos un instante a observar lo que sucede en el momento presente, más allá de cualquier insatisfacción, malestar o incomodidad, empezamos a atisbar el silencio. No obstante, lo habitual es que cuando nos hacemos conscientes queremos que algo cambie y sea diferente; de aquí viene el diálogo interno, que se convierte en un modo de llenar el vacío o el descontento. Si fuéramos capaces de aceptar el instante tal como se muestra y permanecer en paz, podríamos entrar en el silencio y así permitir que algo distinto surja.

Por otra parte, la mente es un torrente de pensamientos, imágenes y emociones en constante cambio. El simple intento de frenar la inercia de esta corriente interna a la larga no funciona. La clave es la atención; el silencio no puede existir sin ella. De forma que cuando uno quiere interrumpir el discurso interno tiene que saber estar atento y escuchar. Es preciso aprender a observar con aceptación y contentamiento para silenciar la mente. Prestar atención a los demás, al entorno y al organismo; y en ese estado advertir los propios sentimientos, los deseos, las necesidades y el ser que somos.

Nosotros mismos nos estimulamos y activamos. Lo cual es sano y positivo. Sin embargo, con frecuencia lo hacemos en demasía. Elsilencio empieza a vivenciarse en el momento en que nos percatamos de este exceso y empezamos a reducir la cantidad de estímulos a los que nos sometemos. Entonces, cuando con nuestra actitud dejamos de juzgarnos y cesamos de querer cambiar lo que surge, cuando soltamos y permanecemos plenamente presentes ante todo lo que aparece en nuestro interior, la consecuencia es el silencio y una mayor satisfacción y plenitud en la vida. Podemos caminar por la calle atentos, observando sin interpretar, sin dar explicaciones ni hacer comparaciones como si fuera la primera vez que lo hacemos, aceptando lo que surja y sin rechazar nada, soltando todo lo que aparezca, sea bueno o malo y confiando en el propio ser… Entonces, desde ahí, descubrimos que la vida entraña más calidad, más armonía y mayor paz.

PRÁCTICAS DE SILENCIO Y ATENCIÓN CONSCIENTE 

Busca un rato en el que sepas que nadie te va a interrumpir y siéntate en un lugar cómodo y tranquilo.

Cierra los ojos y observa tu respiración. Tal vez empieces con mucho interés y mantengas la atención por un tiempo, pero luego inconscientemente te aburrirá que no pase nada. Puedes que aparezca insatisfacción o te hagas consciente de algún malestar que arrastras.

Procura tomar consciencia de lo que sucede y vívelo. No trates de llenarlo con conceptos ni trates de huir de él con recuerdos o fantasías.

No reprimas los pensamientos ni te dejes arrastrar por ellos. Simplemente mantén el papel de observador.

Ahora, presta más atención y enfócate en el espacio en el que surgen los pensamientos.

Descubre que todo el diálogo interior surge del silencio eterno que hay en ti.

INTIMIDAD EN EL SILENCIO 

Siéntate frente a tu pareja. Cierra los ojos y respira profundamente varias veces.

Trata de encontrar tu equilibrio interior.

Ahora abre los ojos y mírale. Mientras vuestras miradas se encuentran, toma consciencia de los conceptos que tienes sobre ella/él. Reconoce tu tendencia a tratarle como un objeto de tu vida.

Trata de estar presente con cuerpo y alma en la presencia del otro como ser humano. Suelta todas las ideas que tienes acerca de ella/él.

Siente dentro de ti: “No tengo que hacer nada. No es el momento de cumplir con obligaciones o compromisos. No tengo que cumplir sus deseos ni él/ella tiene que cumplir las mías. No tengo que darle seguridad ni él/ella a mí. No tengo que darle afecto ni él/ella a mí. No tengo que intentar comprenderle ni él/ella a mí.”

Suelta todo y vive la comunicación que surge del silencio y el espacio del ahora.

VIVIR EL SILENCIO 

Reconoce cuanta energía empleas en pensar, verbalizar, explicar y definir lo que te encuentras. Es algo muy útil, pero también supone un enorme desgaste; es como tener un grifo abierto todo el tiempo.

Identifica esta energía y bájala al organismo. Llévala a tu piel, a tu cuerpo, a tus sentidos, a la consciencia que impregna todo tu ser.

Camina por la calle y actúa desde esto. Percibe el mundo desde tu organismo, sin interpretarlo, sin juzgarlo, sin verbalizar. Permítete captar también lo que no puede ser explicado con palabras.

¿Has intentado alguna vez saborear una melodía, oler la belleza o acariciar un perfume? ¿No es posible? Tal vez para tu mente racional, pero no para tu organismo.

MANTRAS: SONIDOS PARA EL SILENCIO 

Busca un momento en que sepas que puedes estar solo un rato. Puede ser caminando, sentado, conduciendo…

Trata de sentirte integrado en tu organismo. Si eres muy mental baja la atención al centro del estómago.

Encuentra el centro de gravedad dentro de tu cuerpo e imagina que de él emana un sonido. -Escucha más atentamente e imagina las sílabas del mantra OM MA NI PE ME HUM resonando en tu interior con un constante murmullo. Estas sílabas constituyen el mantra de la compasión universal y provienen del budismo tibetano.

Quédate unos minutos susurrando las sílabas y escuchando el sonido al mismo tiempo que te conectas con el silencio de donde emergen.


 

Juan Manzanera

Formado en filosofía y meditación budistas en Asia y Europa. Fue monje de la tradición tibetana durante doce años.Licenciado en psicologia clinica y diplomado en Gestalt. Lleva mas de 25 años enseñando meditación, dirige la Escuela de Meditación en Madrid. Autor de ‘El placer de meditar’, ‘la mirada del maestro’ y ‘el hallazgo de la serenidad’.


 

Juan Manzanera es maestro de meditación en Gaia. Descubre la meditación con su la serie El placer de meditar en Gaia

 

El placer de meditar


Frecuencia 432 Hz: para qué sirve y cómo conectar con su poder

La frecuencia 432 Hz es una afinación musical utilizada desde la antigüedad por distintas culturas debido a su efecto armonizador en el cuerpo y la mente. Su sonido resuena con patrones matemáticos presentes en la naturaleza y es considerada una herramienta para el bienestar y la expansión de la conciencia. En este artículo exploramos qué es la frecuencia 432 Hz, sus aplicaciones y cómo integrarla en la vida diaria.

Tabla de Contenidos

¿Qué es la frecuencia 432 Hz?

La frecuencia 432 Hz es una afinación musical que mantiene una relación matemática con la naturaleza y el universo. Está en sintonía con la proporción áurea, presente en la estructura del cuerpo humano y en patrones como la sucesión de Fibonacci. Su sonido es más armónico y equilibrado en comparación con la afinación estándar de 440 Hz.

Diferentes civilizaciones han empleado esta frecuencia en sus prácticas espirituales y ceremoniales. En la antigua Grecia, la música pitagórica se basaba en escalas matemáticamente perfectas, mientras que en Egipto y la India se usaban sonidos específicos para inducir estados de meditación profunda. Muchos instrumentos antiguos estaban diseñados para vibrar en 432 Hz, lo que sugiere un conocimiento intuitivo de su impacto en la conciencia.

En la serie El sonido de la creación, disponible en Gaia, expertos como Gregg Braden y el Dr. Robert Gilbert exploran la relación entre el sonido, la geometría sagrada y la vibración del universo. A través de descubrimientos científicos y conocimientos ancestrales, esta serie revela cómo ciertas frecuencias pueden influir en la percepción y el bienestar humano.

¿Para qué sirve la frecuencia 432 Hz?

La frecuencia 432 Hz tiene múltiples aplicaciones en la armonización del cuerpo y la mente. Su vibración equilibrada influye en el estado emocional, la concentración y la salud energética. A continuación, algunas de sus principales funciones:

  • Relajación profunda: Disminuye el ritmo cardíaco y la actividad cerebral, reduciendo el estrés y la ansiedad. Su sonido genera un efecto calmante que facilita la meditación.
  • Mejora de la concentración: Aumenta la claridad mental y favorece el enfoque. Escuchar música en esta frecuencia durante el estudio o el trabajo mejora la retención de información.
  • Equilibrio energético: Alinea el flujo de energía en el cuerpo y armoniza los chakras. Su vibración restaura el bienestar físico y emocional.
  • Mayor conexión con la naturaleza: Resuena con la frecuencia de la Tierra, fortaleciendo la sensación de unidad con el entorno. Escucharla al aire libre potencia sus efectos beneficiosos.
  • Inducción al sueño reparador: Favorece una relajación progresiva que facilita el descanso profundo. Su uso antes de dormir ayuda a mejorar la calidad del sueño.
  • Sanación emocional: Libera tensiones acumuladas y equilibra el sistema nervioso. Su vibración actúa sobre el subconsciente, promoviendo el bienestar emocional.
  • Estimulación de la creatividad: Activa zonas del cerebro relacionadas con la inspiración y la imaginación. Es ideal para potenciar la creatividad en disciplinas artísticas y expresivas.

Diferencias entre la frecuencia 432 Hz y la 440 Hz

La frecuencia 432 Hz y la 440 Hz se utilizan para afinar instrumentos musicales, pero generan efectos distintos en quienes las escuchan. Actualmente, la afinación estándar de la mayoría de la música está en 440 Hz, una frecuencia establecida de manera oficial en el siglo XX. Sin embargo, la 432 Hz ha sido utilizada en diversas tradiciones por su sonido más armónico y su capacidad para inducir estados de relajación.

Muchas personas perciben la música en 432 Hz como más suave y equilibrada, mientras que la 440 Hz puede sentirse más tensa y estimulante. Por esta razón, la 432 Hz es preferida en prácticas de meditación, sanación y bienestar. Aunque ambas frecuencias pueden generar respuestas emocionales y físicas, la 432 Hz se ha convertido en una alternativa popular para quienes buscan una experiencia sonora más armoniosa y profunda.


Cómo utilizar la frecuencia 432 Hz en tu vida diaria

Incorporar la frecuencia 432 Hz en la rutina diaria es una forma sencilla de promover el bienestar y el equilibrio emocional. Puedes escuchar música afinada en 432 Hz durante la meditación, al despertar, mientras trabajas o antes de dormir. También es útil en sesiones de yoga, masajes o cualquier práctica de relajación, ya que su vibración favorece la concentración y la armonización energética.

  • Música 432 Hz para meditar y equilibrar la mente

La meditación con música en 432 Hz potencia la relajación y facilita la conexión con el momento presente. Su vibración genera un estado de calma mental, reduciendo el ruido interno y permitiendo una experiencia meditativa más profunda. Muchas personas la utilizan para aliviar la ansiedad, mejorar la concentración y potenciar la introspección.

Un ejemplo de esta frecuencia puedes encontrarlo en la serie Universo Fractal: Meditaciones para Elevar la Consciencia, disponible en Gaia, donde se exploran patrones de sonido y geometría que facilitan estados de meditación profunda. El primer episodio utiliza una frecuencia basada en la resonancia Schumann, relacionada con la vibración natural de la Tierra, lo que permite sincronizar la mente con un estado de equilibrio y expansión.

  • Uso de la frecuencia 432 Hz para la sanación energética

La frecuencia 432 Hz es utilizada en terapias de sonido para equilibrar la energía del cuerpo y liberar bloqueos emocionales. Se cree que su vibración armoniza los chakras y mejora el flujo de energía vital, lo que la hace efectiva en prácticas como reiki, terapia de sonido con cuencos y sesiones de sanación vibracional.

Escuchar esta frecuencia mientras se realizan ejercicios de respiración o visualización puede potenciar sus efectos. Su sonido genera una sensación de bienestar y estabilidad, ayudando a restaurar el equilibrio emocional y físico. Por esta razón, muchas personas la incorporan en su proceso de sanación y autoconocimiento.

  • Cómo escuchar música 432 Hz para dormir mejor

La música en 432 Hz es una herramienta efectiva para mejorar la calidad del sueño y reducir la ansiedad antes de dormir. Su sonido suave y envolvente desacelera la actividad mental, ayudando a que el cuerpo entre en un estado de relajación profunda. Escucharla durante unos minutos antes de acostarse puede facilitar la transición al sueño y reducir el insomnio.

Para potenciar sus efectos, es recomendable crear un ambiente tranquilo y sin distracciones. Puedes combinar la música con ejercicios de respiración lenta o con sonidos de la naturaleza en la misma frecuencia. Esta práctica ayuda a calmar el sistema nervioso y favorece un descanso más reparador.

Leer el artículo

A través de una combinación única de prácticas de yoga, meditación, transformación personal y salud alternativa, te ayudamos a mejorar todo tu ser a nivel físico, emocional y espiritual. Para que alcances tu mayor potencial junto a miles de personas que sienten como tú.


Usa la misma cuenta y suscripción de Gaia para acceder desde tu navegador, tus dispositivos celulares y tu TV. Es más, puedes descargarte el contenido de Gaia para disfrutarlo offline.

devices sp image tree v2
icon ios black
icon android black 2
icon chromcast black 2
icon roku black
icon amazon firetv black 2
Testing message will be here