Pilates: Relajación y concentración
Pilates: Relajación y concentración
By: Marta Reguero | Oct. 13, 2016
Muchos alumnos se sorprenden al descubrir que las clases de Pilates no son pasivas ni necesariamente “suaves”. El Método Pilates trabaja la fuerza y el tono muscular y puede implicar un esfuerzo intenso, sin embargo, entre sus beneficios se encuentra la capacidad para relajarnos y eliminar el estrés. ¿Quieres saber por qué?
Con frecuencia, antes de practicar Pilates, muchos alumnos tienen una idea preconcebida de lo que es y de los beneficios que aporta. En general, suelen creer que es una clase de estiramientos, o ejercicios de relajación. Me encanta tirar por tierra estos mitos y mostrarles que el Pilates es, ante todo, un trabajo de fuerza, pero orientado de tal manera que se trabaja sobre el tono de base del músculo y en elongación. Sin embargo, tienen razón cuando se acercan al Pilates buscando una herramienta para huir del estrés y la falta de concentración, de manera que, sí, podemos decir que el método Pilates resulta relajante. Pero… ¿Por qué exactamente? Si es un trabajo activo, con un movimiento exigente, con uso de nuestro propio peso como carga… ¿Es esto relajante?
Sí. Este entrenamiento produce un importante efecto sobre nuestro sistema emocional y nuestro estado mental porque requiere concentración. Se trata de una disciplina en la que va a desarrollarse especialmente la ‘propiocepción’: la capacidad de identificar el estado, movimiento, y actividad del propio cuerpo; por este motivo, nuestra mente va a tener que hacer un importante esfuerzo para focalizar y dirigir su atención completa al movimiento y las implicaciones que tiene sobre nuestra postura, nuestras sensaciones y nuestra respuesta muscular. De este modo, en la sesión de Pilates vamos a tener que dirigir nuestra atención a aspectos que se encuentran muy localizados ‘aquí y ahora’. Es un estupendo ejercicio para dejar la inercia de la multitarea y trabajar nuestra atención plena. Por eso el cuerpo se beneficia de un trabajo completo y consciente, mientras que nuestra mente se ocupa de acompañarlo para dirigir el movimiento y perfeccionarlo.
El movimiento, en Pilates, se centra especialmente en el control: se busca un movimiento eficiente que tenga su eje y su máxima estabilidad en la zona central o ‘core’ (faja abdominal). Los músculos de esta zona no se activan tanto con el movimiento sino con sensaciones y con desequilibrios (ya que son músculos estabilizadores). Por este motivo, las primeras lecciones de Pilates van orientadas a tomar conciencia de esta musculatura para saber incorporarla a nuestros ejercicios. Este descubrimiento de unos músculos que actúan de manera diferente y esta búsqueda de sensaciones para obtener estabilidad y control ocupan nuestra mente en un trabajo de atención que entrena nuestro cerebro para lograr esa concentración máxima con la que obtenemos, además, la relajación que buscamos.
Bloque o ladrillo de yoga
Los soportes en la disciplina del yoga son un complemento que no debería faltar en ninguna escuela, gimnasio o estudio. Los más importantes son: bloques, mantas, bolsters, cinturones, sillas y la propia pared. Es centros del estilo Iyengar la gama de accesorios es más amplia e incluye correas que cuelgan de paredes y techo. Su función es ayudar al alumno en su práctica, hacerla más accesible y profundizar en el conocimiento del cuerpo.
Y es que cada persona es un mundo. Cada uno de nosotros tiene una anatomía única, una condición articular determinada, un grado de flexibilidad base y unas aptitudes naturales para según qué cosas. El uso de soportes convierte esa máxima que no me canso de repetir en una realidad tangible: “el yoga se adapta a ti”.
No existe un requisito específico para el empleo de soportes. Ya seas principiante, o tengas un nivel avanzado, servirte de estos sencillos instrumentos en ciertas posturas puede llevarte a descubrir sensaciones nuevas, te ayudará a profundizar y a darle un sentido diferente a tus rutinas de yoga.
Si en el centro al que vas habitualmente no los hay puedes hacerte con tu propio kit, también para utilizarlo en casa, o cuando vas de viaje. Pesan poco en la mochila y no ocuparán mucho espacio; merece la pena hacerse al menos con un cinturón y un bloque.
Para aprender a utilizarlos correctamente es necesario tener orientación, por lo que voy a dedicar un post completo a cada uno de ellos esperando que te sirva de guía inicial.