¿Qué ocurre cuando te olvidas de ti?

¿Qué ocurre cuando te olvidas de ti?
By: Noelia Quiroga | May. 06, 2016
Recuerdo varias ocasiones en mi vida en las que me olvidé de ser yo. Cambié mi piel y mi alma de Noelia por la piel y el alma de una desconocida. Ocurre de a poco y, sin embargo, hay síntomas que no podemos dejar de advertir:
1) Leve malestar indefinido que cada día acrecienta su intensidad y late intermitente en distintas partes de cuerpo y alma.
2) Pérdida de brillo. El polvo mágico de tus sueños se desprende a tu paso y se convierte en simple polvo gris a tus pies.
3) Cambios en la música de tu corazón: si latía al ritmo de jazz ahora baila bachata y si iba al ritmo de rock & roll entra en ópera sin previo aviso desajustando tu armonía interior.
4) Dudas. Tu mirada está empañada por sueños y pensamientos de otros y cuando sientes, piensas, hablas y actúas no sabes quién está realmente ahí detrás.
5) Nostalgia. Momentos de breve inspiración y luminosidad en los que recuerdas quién eres de verdad, qué te gusta a rabiar, qué te arranca una sincera sonrisa y te hace vibrar.
6) Resistencia: patalearás, llorarás, te enfadarás y tratarás de mostrárselo a los demás: “¡eh! Esta persona soy yo ¿la ves?” Lamentablemente los otros no siempre comprenderán lo que quieres decir…O nunca vieron a esa persona que tratas de mostrarles o, si la vieron, ya no la recuerdan.
7) El color del mundo. Aparece primero en el espejo, luego en tu calle, los árboles, la gente, tu casa…Hasta que te olvidas de que existen más colores que ese apagado gris.
8) Depresión, melancolía, la terrible certidumbre de qué algo no funciona, muerte en vida, sinsentido y pérdida definitiva y terrible de tu identidad.
Ecntonces ¿qué puedo hacer?
Si te has escuchado atentamente, has reconocido los síntomas y comienzas a ser consciente de que tu increíble y maravillosa persona está desapareciendo ¡enhorabuena! Estás en el camino…
Las preguntas son poderosas y algunas pueden ayudarte a ampliar tu visión y facilitarte el reencuentro contigo:
¿Qué es lo que realmente te hace feliz y en qué medida sigue presente en tu vida?¿Por qué cosas lo has sustituido?¿Cómo te hacen sentir esas nuevas cosas? ¿Para qué o para quién has dejado de ser, sentir, hablar y actuar como realmente te gustaría?¿Qué cosas te dices a ti mismo que te limitan?, etc.
Y… ¡Acción!
Ayúdate de papel y lápiz para responder a tus auto-preguntas de redescubrimiento, luego elabora un plan de acción ¿Qué cosas puedes hacer que te acerquen de nuevo al bienestar de vivir acorde a tu ser? Haz una lista con todas ellas y recuerda que el camino más largo empieza con un primer paso.
Gran abrazo de osa y ¡sonríe!
Apasiónate por el cambio
Hace un año mi vida cambió.
Lo hizo en el buen sentido. Llegó a mi vida un cambio dulce y tierno como bizcocho recién salido del horno, un bocado que la vida pone ante ti para que lo saborees y no dejes ni una miga.
Mi cambio, en forma de príncipe color carne con gafas de pasta azul, llegó revolucionando mi estudiada rutina de mujer armada con la coraza de “tengo-ya-muchas-cicatrices-en-el-corazón”.
Los príncipes de cuento, como el mío, son de los que no te cuentan cuentos. Te quieren y punto. Y además saben hacerlo de tal manera que las corazas se derriten, (por mucho que te esfuerces en meterlas en la nevera).
Sin embargo, por magnífico que sea el cambio, raro es no resistirse al mismo. Aferrad@s a nuestra rutina, instalad@s en el sillón de nuestra conocida vida, salir de la zona de confort requiere muchas patadas mentales en nuestras reales posaderas y, en ocasiones, agarrad@s al ” más vale malo conocido que bueno por conocer” renunciamos antes de haber saboreado ni un bocado del nuevo pastel.
Mis 4 palabras claves para el cambio
Paciencia: primero contigo mism@. Acéptate, sé indulgente, comprende que los cambios cada un@ los asume a un ritmo diferente. Aprende a respetar el tuyo y baila a su compás. Paciencia también en la parte que no depende de ti. Si el cambio va más lento o más rápido de lo que te gustaría acéptalo como perfecto y enfócate en lo positivo de su “tempo”.
Imaginación: trae a tu mente una imagen detallada de tu nueva vida tras ese cambio, visualiza las ventajas que traerá, incluso si “a priori” no las ves. Encuentra lo positivo de la situación y del aprendizaje que supone salir de lo conocido. Imagínate como la persona flexible, fuerte y sabia que nacerá tras ese cambio.
Curiosidad: recupera esa parte innata que nos acompaña durante la infancia y deja que la vida te sorprenda con un nuevo amor, un nuevo trabajo, un nuevo lugar, una nueva manera de hacer las cosas e, incluso, un acontecimiento inesperado. Has venido a este mundo para crecer y aprender, la vida es cambio y movimiento. Fomenta tu curiosidad y activa tus recursos como el/la mejor héroe/heroína de tu propia vida. Tu autoestima se verá recompensada.
Confianza: en ti mismo, en los demás, en la vida… Cuando te abres a este término en lo más profundo de su significado una sensación de liberación y descanso se instala para siempre en ti.
En mi caso abrirme al cambio hizo surgir otro magnífico… A 14 semanas de conocer a nuestra pequeña Adriana, ¿cuánto me hubiera perdido si me quedo en mi zona de confort?
Gran abrazo de osa y SONRÍE
