Yoga en la menopausia y premenopausia
Yoga en la menopausia y premenopausia
By: Elena Ferraris | Oct. 18, 2016
Socialmente existe la creencia de que entre los 40 y los 50 años las mujeres empiezan una etapa en sus vidas en las que las dominan la inestabilidad emocional y la melancolía. Los médicos apuntan que es una etapa en la que se pasa factura por malos hábitos pasados y todo mengua. Y algo de razón hay, pero no es todo como parece.
A partir de la mediana edad, las mujeres (y los hombres) sufren un cambio en el organismo, pero quizás lo que hace más difícil este periodo son las ideas preconcebidas y las habladurías. Y es que si nos paramos a pensar y reflexionar, alrededor de los cincuenta, las mujeres se encuentran en uno de sus mejores momentos dominados por la serenidad, la intuición y la madurez.
Sí, las hormonas también sufren un cambio, pero de igual modo que lo hicieron cuando el cuerpo y la mente pasó de ser niña a mujer, el embarazo, el postparto, la crianza, etc. Hoy en día todo está bajo el punto de mira de médicos y psicólogos, por no hablar de la medicación, cuando lo que hay que entender es que a todo cambio le precede una transición y que este proceso, como los demás, no son una enfermedad sino un proceso natural. En esta nueva etapa ganaremos cosas que necesitaremos para la siguiente etapa y nos desvaneceremos de otras que ya no necesitamos.
BENEFICIOS DEL YOGA DURANTE LA PREMENOPAUSIA Y LA MENOPAUSIA
El yoga, como en muchas de las etapas y cambios durante toda nuestra vida, puede ofrecer mejoras y grandes beneficios ofreciéndonos una transición consciente tanto en cuerpo, como en mente y emoción. El yoga es una herramienta maravillosa para marcar nuestro propio ritmo, crear la conexión entre cuerpo y mente, mantener los índices de vitalidad altos y reducir el riesgo de padecer enfermedades.
Se trata de realizar una actividad física centrado en el movimiento fluido y la precisión en la alineación, trabajando la fuerza con el propio peso, desarrollando una mayor flexibilidad, incluyendo la columna, manteniendo la movilidad en las articulaciones y minimizando el riesgo de lesiones.
Con el Yoga se ejercitan partes del cuerpo que no se tratan en otras disciplinas ayudándonos a reducir los dolores asociados a la menopausia al reducir los síntomas de las fluctuaciones hormonales.
En Elena Ferraris Yoga disponen de clases especificas de yoga para la menopausia. En Aomm.tv encontrarás clases de yoga guiadas por Elena Ferraris.
Posturas de yoga: La extensión
Este es el segundo post sobre familias de posturas en yoga y me gustaría profundizar en las extensiones, asanas que considero indispensables en los tiempos que corren.
¿Qué es una extensión? Es el movimiento en el que la espalda se arquea hacia atrás y el tórax se abre en expansión. En estas posiciones la columna vertebral realiza el arco de la extensión fortaleciendo la espalda y vitalizando el sistema nervioso central.
En la vida diaria realizamos extensiones de forma natural en muchas situaciones, por ejemplo, cuando nos desperezamos al despertar, estirando mucho los brazos y abriendo el pecho. También extendemos la columna cuando llevamos muchas horas sentados en el trabajo o estudiando, la tendencia es a expandir el tórax para cargar de energía. Digamos que estos movimientos son revitalizantes, positivos y se ejecutan intuitivamente.
También podemos identificar extensiones no tan saludables, por ejemplo la “hiperlordosis”, una curvatura muy marcada en las áreas lumbar y cervical de la espina dorsal, cuya causa puede ser tanto fisiológica, como postural, y puede dar lugar a intensos dolores de espalda.
El propósito de las posturas de yoga de extensión en yoga es estimular y cargar el cuerpo de energía renovada, la diferencia reside en una ejecución más precisa, consciente y mantenida de las distintas posiciones.
En el aspecto más sutil esa apertura se relaciona con dos órganos, el corazón y los pulmones. Podríamos hablar de expandir el corazón y nuestro espacio emocional a la vez que lo inyectamos de vitalidad. Y los pulmones, los órganos que nos permiten respirar, se agrandan para que el prana, el flujo de vida, nutra el cuerpo y la mente rejuveneciéndolos.
Físicamente nos ayudan a abrir el pecho, a fortalecer la musculatura de la espalda, especialmente en la zona lumbar. En paralelo se ejercitan los brazos y los hombros, además de trabajar el rango de movimiento de la columna hacia atrás. Las funciones respiratorias también mejoran y aumenta la capacidad pulmonar. La sangre fluye oxigenando las células y vitalizando los tejidos. Las extensiones activan, fortalecen y rejuvenecen.
Otro de sus grandes efectos es que estimulan el sistema nervioso central, por lo tanto nuestra capacidad para gestionar el estrés y las emociones negativas aumenta, son posturas fantásticas para combatir el cansancio nervioso y físico.
Para abrirnos emocionalmente, para ayudarnos a ser más abiertos, sociables y generosos, necesitamos ejercitar la extensión. Estas asanas vigorizantes mejorarán además nuestra conducta postural global manteniendo la columna flexible, pero hay que tener presente que son posturas exigentes y, que si no se aprende a ejecutarlas correctamente, pueden generar molestias de espalda, sobre todo en zona lumbar y el cuello.