Yoga para niños – Saludo al sol

Yoga para niños – Saludo al sol
By: Delia Hernández | Sep. 07, 2016
Este artículo escrito por nuestra profesora Delia Hernández, ha sido publicado en la revista Yoga Journal en el número del mes de julio. En él nos habla de una de las clases de yoga para niños que puedes hacer en Aomm.tv, una variación del Saludo al sol para hacerlo con los niños. Puedes hacer la clase en este enlace.
Yoga: Niños más sanos y más felices
Cuántas veces hemos oído decir “Los niños y niñas son el futuro”, “Debemos educar a nuestro niños/as para el futuro”, “El futuro está en manos de los niños”. Futuro, futuro… ¿y el presente? ¿Cuántas veces oímos decir los niños y niñas son el presente? ¡Lo son!
El presente es lo realmente importante. Nosotros como adultos, tenemos la posibilidad de ofrecerles las mejores herramientas, recursos y opciones de vida que les permita crecer en un entorno saludable, positivo, afectivo, bondadoso, que les ayude a crecer y desarrollarse como grandes personas, que les haga ser felices.
Vamos a pensar por un momento en el estilo de vida presente de nuestros peques… un día cualquiera en la vida de un niño/a, no está libre de un ambiente de total distracción, numerosos estímulos, estrés, multitareas… falta de emociones bien gestionadas, dificultad en el aprendizaje…
Intentemos crear y facilitar el mejor presente para nuestros niños y niñas.
El Yoga, es una de esas herramientas que puede crear un mejor presente (y futuro) para el niño o la niña. El Yoga es una gran opción que les permite a los niños/as sentir, expresar, descubrir, crear, experimentar, crecer, soñar… vivir un presente maravilloso y preparar un bonito camino para el futuro!
Ya hemos leído en numerosas ocasiones la cantidad de beneficios que el Yoga aporta en los niños y niñas, y no podemos obviarlo…
Sabemos que disminuye el estrés y la ansiedad infantil, que mejora los hábitos posturales, la flexibilidad en los músculos y articulaciones, favorece la agilidad, la coordinación y el equilibrio, estimula y fortalece nuestro organismo… y además, las clases de Yoga para niños/as:
Son un espacio de enriquecimiento y autoconocimiento que ayuda a los niños a crecer de forma consciente, dándose cuenta de qué les hace sentir bien o mal y aprendiendo desde su experiencia. Sabiendo escuchar y equilibrar su cuerpo, su mente y su corazón.
“Antes no sabía qué hacer cuando me ponía nerviosa o tenía miedo,
las clases de Yoga me ha enseñado a respirar”. Natalia, 11 años
Les hace ser mejores personas, les enseña una forma de vida y unos valores de respeto hacia él mismo y hacia los demás, de gratitud, de tolerancia, de amor, solidaridad…
Favorece estados y pensamientos positivos, hábitos saludables, equilibrio emocional y psicológico, lo que permite un mayor bienestar y mejor calidad de vida.
Todo ello siempre, a través del juego y la diversión, viviendo experiencias únicas adaptadas a su crecimiento y desarrollo. Viajando a través de su mente a bosques encantados, a selvas llenas de animales, a las profundidades del océano…, cantando, dibujando sus emociones, expresando con su cuerpo…
“Para mí el yoga es muy divertido, hacemos teatro con posturas, juegos…
me lo paso muy bien!” , Paula, 7 años
¡Los niños y niñas que practican yoga sin duda viven su presente más sanos y más felices!
¿Y… por qué no aprovechar todas las ventajas que nos ofrece el yoga, y poder vivirlas y disfrutarlas adultos y niños juntos?
El enemigo es el miedo

Vivimos una era convulsa. Se nos escapan todas las razones que algunas mañanas nos retienen en la cama con tal de no enfrentarnos al periódico. La violencia es tan penosamente familiar que ha perdido la capacidad de conmocionarnos, de hacernos saltar de la silla para cambiar las cosas. La saturación de imágenes violentas, de noticias de opresión y tiranía, de historias grotescas y a menudo desalmadas, ha llegado a convertirnos en seres pasivos e indiferentes que siguen los mismos pasos cada día hasta volver a la cama.
Ha sido así durante años, yo lo reconozco no sin pudor: puedo vivir mi vida sin luchar contra el hambre o la guerra. Sin embargo, un fantasma indeseable se ha instalado en nuestra comodidad: el fantasma del miedo al futuro. Lo más alarmante no es que no sepamos cómo echarlo de nuestra casa; es que no sabemos enfrentarnos a él porque no sabemos qué cara tiene. El miedo se impone como una herramienta de control despiadada que ataca a la verdad. Dondequiera que nos encontremos, el terrorismo acota los senderos de la libertad.
Hoy como nunca, se hace vital dotar a la palabra “yoga” de un significado más profundo que la mera práctica de Asana si se quiere trascender su importancia a la vida diaria. Quizás porque la auténtica enseñanza del yoga está fuera de la esterilla, hay que vivir con coraje y compasión. Ofreciendo la experiencia de nuestra práctica como el mejor fruto a los demás; actuando solos no podemos cambiar las cosas. Es totalmente posible resolver los problemas del mundo usando los ojos del yoga, ya que con ellos siempre veremos con discernimiento. La humanidad aspira a actuar como una familia, como un sólo ser. Por eso, cuando entro en una clase de yoga, no veo alumnos sino practicantes por la paz. Al inhalar, somos conscientes de que el amor destierra al miedo. Al exhalar, somos conscientes de que en nuestro país habita el odio y la ira. Al inhalar, recordamos que las personas que sufren son nuestro propio ser. Al exhalar, recordamos que ya hemos empezado a cambiar las cosas. Al hacerlo durante varios minutos volvemos a la realidad de nuestro cuerpo. La energía de la atención nos ayuda a reconocer la pena que hay detrás de cualquier miedo, a abrazarlo con ternura y aceptar que con independencia de las circunstancias, el ser humano viene de una sola fuente.
En este instante calmemos el miedo y la ira en nuestros corazones. Pongamos en su lugar la lucidez y la comprensión. Todos somos víctimas del miedo. La tierra es nuestro único hogar, el hogar de todos. Ahora que lo sabemos, que el miedo es el enemigo, es el momento de expresar un profundo deseo de paz y reconciliación. Ante el miedo, camina, habla y escucha en paz.