¿Proteína o carbohidrato?

¿Proteína o carbohidrato?
By: Gaia Staff | Oct. 09, 2014
Con el título de hoy no pretendemos poner al lector en la tesitura de elegir entre comer un sabroso bistec o un delicioso plato de pasta, sino señalar la importancia de separar la ingestión de dichos alimentos en las comidas.
O comemos carne o pasta, pero no espaguetis con salsa boloñesa. Es un hecho comprobado científicamente que para digerir cualquier proteína de origen animal, el estómago debe secretar una enzima digestiva llamada pepsina, la cual solo puede funcionar eficientemente en un medio ácido, y esto es necesario durante varias horas, hasta que el alimento ha sido digerido completamente, y el bolo alimenticio ha abandonado el estómago, siguiendo su camino hacia el intestino.
También está demostrado que para digerir cualquier hidrato de carbono o fécula, se necesita todo lo contrario, es decir un medio alcalino. De hecho, la digestión de los carbohidratos comienza en la boca, cuando las glándulas salivales segregan otra enzima, ptialina y otros jugos alcalinos.
Cuando la comida llega al estómago, es necesario que la alcalinidad continúe para completar la digestión. Es fácil comprender el desastre que ocurre cuando se ingieren proteína e hidratos de carbono en la misma comida.
El estómago debe segregar simultáneamente jugos ácidos y alcalinos que se neutralizan entre sí y no puede digerir correctamente ni una cosa, ni la otra. En consecuencia, las proteínas se pudren, y las féculas fermentan.
La putrefacción y la fermentación son las causas principales de todo tipo de problemas digestivos, como gases, ardor, hinchazón, estreñimiento, colitis, etc. Muchas alergias son también consecuencia de la mala combinación de alimentos.
Para protegerse de la irritación tóxica crónica causada por las comidas mal combinadas, el colon segrega grandes cantidades de mucosidad para envolver las partículas tóxicas antes de que dañen su sensible mucosa.
Cuando esto sucede en todas las comidas, de manera habitual, como es el caso de la dieta moderna occidental, el intestino grueso acaba segregando un flujo constante de moco, que se acumula y se incrusta en las paredes del colon, produciendo una bolsa que se hincha hacia el exterior, provocando lo que se llama una diverticulosis.
Las siguientes etapas del deterioro del colon son la colitis y el cáncer. Si se desea combinar proteínas animales con otro alimento, la mejor elección son verduras y hortalizas, y el mejor modo de consumirlos es frescos en forma de una abundante ensalada.
La mejor combinación para los hidratos de carbono, (preferible que sean cereales integrales) son las frutas no ácidas y verduras frescas crudas o ligeramente cocidas. Las proteínas concentradas de origen animal no deberían entrar en más de una comida al día. Igual ocurre con los hidratos de carbono. Además, lo ideal para asegurarse una correcta digestión y asimilación de todos los nutrientes, es separar la ingestión de proteínas y féculas por un mínimo de 10 horas.
Por ejemplo, puedes hacer el desayuno a base de cereales: unas tostadas de pan integral con un poco de aceite de oliva, o un paté vegetal. Nada de zumo de naranja ni leche de vaca. Sustitúyelo por una infusión, te o café, solo o con leche de cereales.
Las proteínas las tomarás por la noche, te recomendamos el pescado azul como fuente de omega3, acompañado de una suculenta ensalada a base de hortalizas frescas o una guarnición de verduras.
¡Olvídate de las patatas fritas o el pan para empujar!.
Una última recomendación para disfrutar de una digestión más ligera y saludable es no tomar bebidas frías o con hielo. Al llegar al estómago inhiben la secreción de los jugos gástricos, con lo que interrumpen la digestión y desencadenan la putrefacción y fermentación del alimento en el estómago. Lo cierto es que cualquier bebida tomada en grandes cantidades con la comida, diluye los jugos gástricos y dificulta la digestión. En algunos países orientales es habitual acompañar la comida con un te o infusión caliente. El agua a temperatura ambiente es una magnífica opción. También lo son el vino y la cerveza, siempre que no estén fríos, ya que son bebidas fermentadas que tomadas con moderación facilitan la digestión.
Somos conscientes de que los hábitos alimenticios son muy difíciles de cambiar. Al principio puede resultar duro renunciar a una tortilla de patatas, arroz con pollo, o un buen bocadillo de jamón serrano. Pero cuando se convierte en lo habitual y comenzamos a sentir los beneficios en nuestro cuerpo, nos damos cuenta de que el esfuerzo ha valido la pena. Además un huevo frito con una buena ensalada también resulta delicioso.
¡Haz la prueba!
Atención plena en tu alimento

El alimento es energía, es medicina.
Lo que llevas a tu boca determina como estás. Somos lo que comemos.
Pero además de elegir conscientemente tu alimento, de conectar con proveedores naturales, conocer cuáles son las mejores combinaciones para que tu cuerpo esté bien nutrido a través de alimentos cercanos a la tierra, es muy importante que prestes atención a COMO COMES.
¿A qué me refiero? A que comiences a activar tus 5 sentidos, que puedas generarte un ritual en al menos una o dos de tus comidas diarias.
Tómate tu tiempo (que no son más de 20 minutos) para sentarte y disfrutar de tu comida. Entre comer bien y mal existe muy poco espacio de diferencia y te aseguro que para tu organismo no es lo mismo. Comer rápido y nervioso/a en tu oficina al lado del computador no es una buena opción, pero sucede a diario, y el tiempo que te toma es el mismo que si te sentaras fuera de tu box y tomaras un tiempo de relax y conexión con tu alimento.
No es creencia, es experiencia. Todo lo que te cuento pruébalo, experimentalo y saca tus propias conclusiones, pero date el espacio para poder vivirlo.
Presta atención si estás ingiriendo el alimento en un estado emocional desequilibrado, de ansiedad, de ira, de estrés. Cuando reconozcas la emoción sería bueno que no ingieras el alimento en ese estado, respira profundo, libera la emoción y luego dale paso a tu alimento-medicina.
Por esta razón es que permanentemente te recuerdo la palabra CONSCIENTE.
Porque es transversal a todas las áreas de tu vida, cuando decides transitarla en forma consciente, empoderándote, haciéndote cargo, ya no hay vuelta atrás…
Si estás atento/a, si escuchas a tu cuerpo, si percibes como se encuentra tu mente, tus emociones, estarás más disponible para que este proceso de alimentarte en forma natural sea fluído y placentero.
Tu cuerpo es sabio, solo resta que puedas estar presente en su totalidad.
Como ejercicio te invito a que tomes algún alimento y que te conectes con todos los sentidos, observándolo, oliéndolo, tocándolo, sintiendo su gusto, masticándolo, tragándolo y percibiendo qué sucede cuando ingresa a tu organismo, como se siente con este nivel de registro y consciencia.
Personalmente me gusta agradecer cada vez que me siento a la mesa, intencionar con amor ese alimento que será la energía que me representará en el día a día.