Yoga en el embarazo

Yoga en el embarazo
By: Jennifer Jackson | Jun. 08, 2016
Cuando una mujer vive el maravilloso proceso de gestar a un hijo, también debe atravesar nueve meses caracterizados por profundos cambios, gran maduración y una fuerte inestabilidad emocional. Una persona adulta sana, nunca está sujeta a tantos cambios como durante el embarazo.
En este contexto, la práctica de yoga ayuda a la mujer a encontrar bienestar físico, mental y emocional para disfrutar del embarazo, llevar adelante una gestación saludable y conseguir un parto natural y activo. Además, se logra una mejor y más rápida recuperación posparto, lo que promueve la lactancia materna prolongada.
Si la mujer tiene la oportunidad de participar de clases grupales, el trabajo individual se enriquece con el intercambio de experiencias que se ponen en común después de clase, habilitando un espacio de encuentro para compartir información, disipar temores y calmar ansiedades. El simple acto de tomarse de las manos, ancla un presente de conexión entre las abuelas ancestrales, nuestras madres, mujeres, hermanas y la mujer que deviene en madre.
El yoga ayuda a generar conciencia profunda del cuerpo y los cambios sucedidos en él, lograr fortalecimiento y flexibilidad muscular para soportar el incremento de peso, aliviar tensiones en todo el cuerpo, especialmente en la zona lumbar, centralizar la pelvis evitando el incremento de la lordosis y otorgar conciencia de la pelvis, el útero y el canal de parto. Además promueve el contacto con otras mujeres embarazadas, lo que ayuda a disminuir la ansiedad, los miedos y dudas con respecto a las etapas del embarazo y la planificación del parto.
Finalmente, después del nacimiento, las clases para mamás con sus bebés son una excelente opción para que la mujer pueda seguir contando con ese espacio de práctica física y espiritual sin alejarse del bebé. Estas clases están orientadas a aliviar tensiones, recuperar el suelo pélvico y encontrar equilibrio emocional a través de la respiración consciente que ayuda a alejar el cansancio y promueve una pronta recuperación post parto.
Love yoga

Hoy, día 14 de febrero, es el día más amoroso del calendario, El Día de San Valentín y se conmemora en todo el planeta de la manera más diversa.
Esta maravillosa expresión de amor a tu compañero de viaje en la vida que si además tenéis la fortuna de poder compartirlo, desde aquí, os sugiero que practiquéis algo muy sencillo, que consiste en que pongáis la energía de vuestro cuarto Chakra a trabajar. Anahata Chakra, está situado en tu corazón, justo en el centro de tu pecho, donde residen nuestras emociones y nuestros sentimientos.
Para ello siéntate cómodamente frente a tu pareja en Sukasana, la que llamamos postura sencilla, lo más cerca posible el uno del otro, si necesitáis ajustar la posición podéis también colocar un cojín debajo, intentando que vuestras piernas se entrelacen. Mirándoos a los ojos, colocad vuestra mano izquierda en vuestros respectivos corazones y la mano derecha en el corazón de vuestra pareja. Respirad profundamente y sostened la mirada, escuchando latir el ritmo de vuestros corazones. Visualizad vuestro Anahata Chakra de un color verde esmeralda intenso y dejaos llevar por las sensaciones que os provoca esta manera de conectaros.
Anahata Chakra, corresponde al elemento aire, su sentido es el tacto, su Mudra es Jñana Mudra (uniendo las puntas del índice y pulgar), su glándula el timo, su piedra el cuarzo rosado y su Mantra es Yam. Este Chakra tiene la virtud de traer energía y sanar.
Las asanas que se corresponden con Anahata Chakra son las que abren tu corazón, estas son algunas de ellas si quieres activarlo o equilibrarlo:
- Anjaneyasana: Luna creciente
- Virabhadrasana I” y II: Guerreros I y II
- Ustrasana: el camello
- Ardha Matsyasana: El Señor de los Peces
- Setu Bhandasana: El Puente
- Chakrasana: La Rueda
- Matsyasana: El Pez
¡FELIZ DÍA DE SAN VALENTÍN!
Namasté