Las ramas del árbol del yoga
A través de los siglos se han ido creando distintos tipos de yoga, cada uno de ellos acorde al temperamento de quienes lo practicaban. Así nacieron sus principales ramas: el Bhakti Yoga, el Jñana Yoga, el Karma Yoga, el Mantra Yoga, el Hatha Yoga, el Raja Yoga y el Purma Yoga, entre otras. En los últimos años han surgido otras variantes como, el Laya Yoga, el Kundalini Yoga, el Agni Yoga, el Ashtanga Yoga. A continuación presentaremos algunas de las principales características de estas diferentes ramas del Yoga.
Bhakti Yoga
El Bhakti es el Yoga del amor y la devoción, y constituye el camino más directo y natural para alcanzar el gran fin divino que se propone en el yoga. La práctica del Bhakti yoga nos hace ver lo divino en cualquier persona y cualquier cosa. Esto nos lleva a desarrollar amor, tolerancia y aceptación por cualquier persona.Su gran desventaja radica en que, en sus formas inferiores, algunas veces puede degenerar en un peligroso fanatismo: el mismo hombre que es bueno, honesto y afectuoso hacia los que comparten su opinión, puede volverse agresivo con quienes no comparten sus ideas. Sin embargo, cuando el Bhakti ha pasado a una etapa superior llamada suprema, su alma está tan cerca de Dios y plena de amor, que ya no puede convertirse en un instrumento para la difusión del odio. Este tipo de Yoga se encuentra muy difundido en la India y en todo Oriente, pero su práctica no es muy frecuente en Occidente.
Jñana Yoga
Esta rama del Yoga es la del conocimiento y la sabiduría –vijnana- que avanza, paso a paso, hacia la aprehensión total de la verdadera realidad, es decir, del Ser absoluto. También se le llama el yoga de la mente. El sendero del conocimiento le exige al practicante un discernimiento continuo y una renuncia progresiva hacia todo lo considerado como apariencia o relatividad. Como ejemplo de Jñana Yoga, cabe mencionar al internacionalmente reconocido filósofo hindú Krishnamurti, quien dedicó su vida a alcanzar la realidad última a través del conocimiento intelectual.
Karma Yoga
El Karma yoga se basa en que tu situación actual depende de tus acciones pasadas. Karma es “acción” y el Karma Yoga es el Yoga de la acción desinteresada, de la acción consciente que se realiza sin esperar nada a cambio, aquélla que se desarrolla como un instrumento de la autorrealización. El yogui realiza la acción tan atenta y perfectamente como le es posible y se despreocupa de los resultados pues, si éstos han de llegar, vendrán por añadidura. La acción en sí misma adquiere todo su valor.
A Mataji Indra Devi le gustaba dar como ejemplos de Karma Yoguis a la Madre Teresa de Calcuta y a Mahatma Gandhi.
Mantra Yoga
Mantras son sílabas, palabras o frases sánscritas que, cuando se repiten en la meditación, llevan al individuo a un cierto estado de conciencia. Toda la creación no es más que una vibración sonora.
Los yoguis se preocupan también por los efectos mentales y espirituales del sonido, a tal punto que elaboraron un Yoga especial de los sonidos llamado Mantra Yoga. Los Mantras se basan en ciertas combinaciones de vocales que se cantan de una manera particular a fin de producir un efecto vibratorio en todo nuestro sistema: en nuestros nervios, en nuestras glándulas y en nuestro cerebro. La invocación de las vocales, por ejemplo, produce una sensación de tranquilidad y de relajación.
OM es el mantra original, la raíz de todos los sonidos y las letras y, por ende, de todo el lenguaje y los pensamientos. La “o” se genera en lo profundo del cuerpo y es llevada lentamente hacia arriba, hasta que se junta con la “m” que resuena entonces, en toda la cabeza. El om atraviesa todos los chakras del cuerpo.
Hatha Yoga
Es el Yoga del bienestar físico. Hatha es la unión de ha que significa “Sol” y tha, que quiere decir “Luna”. Su traducción exacta sería entonces, Yoga solar y lunar, ya que se refiere a las cualidades solares y lunares de la respiración y del Prana.
No es una mera cultura física, de acuerdo con nuestro concepto occidental, sino que apunta a la preparación del cuerpo para que éste pueda soportar posteriores pruebas espirituales. De esta manera, el Hatha Yoga es como una escalera hacia el Raja Yoga, la forma más elevada de todas las ramas de esta antiquísima disciplina de la India. Y si bien no constituye su objetivo principal, le brinda a quien lo practica salud, juventud y longevidad.
Raja Yoga
Durante miles de años, las enseñanzas del Yoga fueron transmitidas de maestros a discípulos por medio de la tradición oral.
Aproximadamente en el año 200 a.C., Patanjali recoge y ordena, por primera vez, estos antiguos conocimientos volcándolos por escrito en sus célebres “Yoga- Sutras”. En ellos, denomina a esta escuela con el nombre general de Yoga. Posteriormente fue llamado Raja Yoga para diferenciarlo de otras ramas ya existentes.
Raja significa “real, del rey”, es decir que el Raja Yoga es el Yoga Real, la coronación de todos los Yogas. Otro de los nombres que se le da es Ash -ocho- y Anga -pasos-, porque Patanjali plantea que son ocho los pasos o peldaños para acceder a la meta final:
1. YAMA: Control de uno mismo en relación a los demás (código ético moral)
2. NIYAMA: Control íntimo (reglas de observancia personales como la higiene, el control del placer, el desapego, etc)
3. ASANAS: Posturas yóguicas
4. PRANAYAMA: Control de la energía vital o Prana, a través de la respiración
5. PRATIAHARA: Retiro de los sentidos hacia el mundo interior
6. DHARANA: Concentración
7. DHIANA: Meditación
8. SHAMADI: Iluminación – Experiencia del Ser – Estado de supraconciencia (trascendencia de la dualidad) – Realización Sublime del ser humano.
PurnaYoga
Sri Aurobindo Ghose, uno de los grandes maestros, creó este Yoga Integral; un novedoso método que es a la vez, crítica y síntesis de los sistemas tradicionales de este milenario “arte y ciencia de vida”; un sendero distinto que se aparta drásticamente de los antiguos y trillados caminos. El Yoga Integral afirma que el individuo en sí no existe solo, sino en colectividad y, por lo tanto, la liberación y la perfección individuales no pueden ser el sentido total de la intención de Dios en el mundo. El libre uso de nuestra libertad incluye, asimismo, la liberación de los demás y de la humanidad. El Hatha Yoga se encuentra incorporado en esta disciplina, aunque se lo considera incompleto porque, según las palabras del propio Sri Aurobindo Ghose, “los resultados físicos, la vitalidad incrementada, la juventud prolongada, la salud y la longevidad son de poco provecho si debemos tenerlos como parias, aparte de la vida común, no utilizados ni lanzados dentro de la suma de actividades mundanas de todos los días”.
También el Raja Yoga es considerado beneficioso pero incompleto, porque la debilidad de este sistema estriba en apoyarse excesivamente sobre los estados anormales de trance, despreciando la vida física y las relaciones sociales.
Bhakti, Jñana y Karma Yoga son otros de los métodos integrados al Purna Yoga bajo la denominación de “Triple sendero de la devoción, del conocimiento y de las obras”.
Qué es Namasté y cuál es su significado espiritual
Namasté es un saludo ancestral proveniente del sánscrito que se ha integrado en prácticas espirituales, filosóficas y de bienestar en todo el mundo. Aunque suele usarse como una expresión cotidiana en clases de yoga o meditación, encierra un significado mucho más profundo vinculado a la conexión humana y la conciencia espiritual. En este artículo exploramos los distintos matices del término Namasté, su origen, sus implicaciones espirituales y su relevancia en diferentes contextos de la vida.
Tabla de Contenidos
- ¿Qué significa Namasté?
- El papel de Namasté en la práctica del yoga
- ¿Qué idioma es Namasté?
- Namasté o Namaste: cómo se escribe correctamente
- La simbología de las manos en el saludo Namasté
- ¿Cómo responder cuando alguien te dice Namasté?
¿Qué significa Namasté?
Namasté es una palabra compuesta que proviene del sánscrito: “namas” significa ‘reverencia, saludo o inclinación’, y “te” se traduce como ‘a ti’. Por tanto, su significado literal es “me inclino ante ti”, una forma de saludo que expresa respeto profundo y reconocimiento hacia el otro.
Más allá de una traducción literal, Namasté simboliza la idea de que todos compartimos una esencia común. Usar esta palabra es una manera de reconocer esa igualdad espiritual, más allá de la apariencia externa o el ego individual. Su uso implica una actitud de humildad, gratitud y respeto hacia la vida y los demás.
Significado espiritual de Namasté
Desde una perspectiva espiritual, Namasté expresa la idea de que cada persona contiene dentro de sí una chispa divina o esencia sagrada. Al pronunciar este saludo, uno reconoce y honra esa presencia espiritual en el otro, reforzando la noción de unidad entre todos los seres.
Este reconocimiento mutuo no es solo simbólico; también promueve la disolución del ego y fomenta una visión más compasiva de la existencia. Namasté actúa como recordatorio de que, en lo esencial, todos estamos conectados a través de una conciencia superior o energía universal.
Significado de Namasté en el amor
En el contexto del amor, Namasté representa una forma de ver y honrar a la pareja desde lo más auténtico del ser. No se trata solo de afecto o atracción, sino de un reconocimiento espiritual que trasciende lo emocional, valorando la luz y la verdad en el otro.
Este tipo de conexión refuerza el vínculo afectivo desde una dimensión más profunda. Usar Namasté en una relación amorosa es afirmar que lo espiritual y lo emocional están entrelazados, y que amar también implica reverenciar la esencia del otro con humildad y respeto.
Significado de Namasté en español
En español, Namasté se interpreta como “me inclino ante ti”, reflejando un gesto de respeto, reconocimiento y conexión. Esta traducción transmite el valor simbólico del saludo, donde cada persona es vista como portadora de una dignidad que merece ser honrada.
El papel de Namasté en la práctica del yoga
En el yoga, Namasté se utiliza comúnmente al inicio o al final de una sesión como un acto de gratitud y conexión. Cuando el instructor y los practicantes unen las palmas frente al corazón e inclinan ligeramente la cabeza, se establece un espacio de respeto mutuo y apertura espiritual. Este gesto refuerza la intención consciente de la práctica, y crea un ambiente propicio para la introspección y el crecimiento personal.
Namasté también tiene un rol importante en la disolución del ego dentro de la práctica. Al pronunciar esta palabra, se reconoce que el yoga no es una competencia ni una exhibición, sino una vía de autoconocimiento y transformación. Esta humildad permite que la práctica sea más auténtica, profunda y centrada en la experiencia interna, más allá del rendimiento físico.
Además, Namasté simboliza la unión del cuerpo, la mente y el espíritu, que es uno de los principios fundamentales del yoga. La postura del saludo, conocida como Anjali Mudra, alinea esa intención mediante el gesto físico, conectando al practicante con su interior y con los demás. Este acto sencillo tiene el poder de cerrar la práctica con conciencia plena y respeto hacia todo lo compartido en ese espacio.

¿Qué idioma es Namasté?
Namasté proviene del sánscrito, una lengua clásica del subcontinente indio considerada sagrada en muchas tradiciones espirituales. Esta palabra está compuesta por “namas” (reverencia) y “te” (a ti), y forma parte del léxico espiritual utilizado en textos védicos, filosóficos y rituales. Aunque su origen está en el hinduismo, su uso ha trascendido religiones y culturas, convirtiéndose en una expresión universal de respeto y conexión espiritual.
Namasté o Namaste: cómo se escribe correctamente
La forma correcta y más fiel a la pronunciación original del sánscrito es “Namasté”, con tilde en la última “e”, ya que en español se acentúan las palabras agudas terminadas en vocal. Sin embargo, en muchos contextos internacionales o digitales es común ver la palabra escrita como “Namaste”, sin tilde, especialmente en países donde no se utilizan tildes en su escritura. Ambas formas son entendidas, pero “Namasté” es preferible cuando se escribe en español para respetar la fonética original.
La simbología de las manos en el saludo Namasté
El gesto que acompaña a Namasté se conoce como Anjali Mudra y consiste en unir las palmas de las manos frente al pecho, con los dedos apuntando hacia arriba. Este gesto simboliza la unión entre dos energías: la del corazón y la de la mente, o también lo espiritual y lo terrenal. Colocar las manos en esta posición frente al corazón refuerza el carácter sincero y compasivo del saludo.
En el hinduismo y otras tradiciones espirituales, la mano derecha representa lo sagrado y lo divino, mientras que la izquierda simboliza el plano material. Al juntar ambas manos, se manifiesta la armonía entre estas dos dimensiones, invitando al equilibrio interior y al reconocimiento del otro como un igual. Este gesto, acompañado de una leve inclinación de cabeza, refuerza el mensaje de humildad, respeto y conexión espiritual que transmite Namasté.
¿Cómo responder cuando alguien te dice Namasté?
La forma más adecuada y respetuosa de responder a un saludo Namasté es repitiendo el mismo gesto: unir las palmas frente al pecho e inclinar ligeramente la cabeza. Esta respuesta no solo reconoce la intención del otro, sino que también reafirma el vínculo de respeto mutuo y la conciencia compartida en ese momento.
En contextos de meditación o yoga, responder con Namasté también puede ser una oportunidad para hacer una breve pausa interior. Este pequeño momento de presencia permite integrar el sentido del saludo, reconociendo tanto al otro como a uno mismo desde un lugar más profundo y consciente.
