Posturas de yoga: Virabhadrasana II
Posturas de yoga: Virabhadrasana II
Por: Gaia | Jul. 05, 2013
TÉCNICA
De pie, separa las piernas lateralmente entre un metro y un metro y medio. Tanto como puedas sin llegar a sentirte incómodo.
Orienta los dedos del pie derecho hacia la derecha. Gira también un poco hacia dentro el pie izquierdo, manteniendo las rodillas bien extendidas.
Inhalando, levanta los brazos lentamente hacia los lados hasta que queden en línea, paralelos al suelo. Aquí es importante observar que los hombros estén relajados y llevarlos hacia abajo, lejos de las orejas, y alejar las manos entre sí, como si dos personas estuviesen tirando de nuestras manos en sentidos opuestos.
Mantén las palmas de las manos hacia abajo, los dedos bien extendidos. No los dejes caer hacia el suelo.
Exhalando, flexiona la rodilla derecha y gira la cabeza hacia la derecha, mirando por encima de la mano derecha.
En la postura final, la pierna flexionada debe formar un ángulo recto entre el muslo y la espinilla. La rodilla no debe sobrepasar el pie.
El talón de la pierna izquierda debe estar anclado a la tierra. Y esta pierna completamente estrada.
Permanece en la postura respirando profundamente entre medio y dos minutos.
Deshaz la postura lentamente, estirando la pierna, bajando los brazos, etc.
Repite todo el procedimiento, esta vez hacia el otro lado.
RECOMENDACIONES
Mantén el pecho bien abierto, el tronco debe mirar hacia el frente, y no girar hacia la derecha.
En esta postura es habitual que el brazo de atrás tienda a caer ligeramente. Esfuérzate en mantenerlo en línea con el otro.
Procura que no haya tensión en los músculos del cuello cuando gires la cabeza.
Intenta que la rodilla flexionada no se oriente hacia dentro. Mantén la rodilla firme en línea sobre el pie.
No sobrecargues la zona lumbar. Orienta el coxis hacia el suelo. Si además retienes las ganas de orinar, estarás fortaleciendo el suelo pélvico.
BENEFICIOS
Fortalece toda la musculatura de las piernas y la espalda, aportando también flexibilidad a las caderas.
Se produce una gran apertura en el pecho, lo que produce una mejora en la función respiratoria.
Se tonifican los órganos abdominales.
Aporta fortaleza y estabilidad a la cintura escapular.
Mejora el equilibrio y a estabilidad tanto física como emocional.
Desarrolla la voluntad y la fortaleza para enfrentar la vida con valor.
Consulta este artículo para ver la Posturas de yoga: Virabhadrasana I
Si quieres hacer esta postura, te recomendamos esta clase de yoga flow guiada por nuestra profesora Rina Jakubowicz.
Claves para hacer Matsyasana
Esta postura honra a ‘Matsya’, encarnación del dios hindú ‘Vishnu’ como pez. Como veíamos en este artículo la postura del pez encierra enormes beneficios para nuestro cuerpo y mente, sin embargo, es una de esas poses que da respeto y cierto temor poner en práctica. Posiblemente, la extensión cervical que se realiza, sea lo que más miedos genere y en personas con algún tipo de patología en el área cervical debe tener cuidado, pero no por ello dejar de hacerla.
Es por ello que nos hemos animado a comunicar en este artículo todas las claves para hacer Matsyasana, con sus variantes y de forma segura.
1º Para prepararla: podemos hacer antes el Camello (Ustrasana), la Cobra (Bhujangasana) o el Puente (Setu Bandhasana) para ir abriendo el cuerpo
2º La mirada: irá dirigida hacia el tercer ojo o punto del entrecejo.
3º Para facilitarlo:
-No dejamos caer la cabeza hacia atrás.
-Empezamos a trabajar en posición sentado: desde la postura del Bastón (Dandasana) nos inclinamos hacia atrás sobre las manos o los codos mientras elevamos el pecho para recrear la curvatura de la espalda de la curvatura del pez.
4º Esta postura requiere de concentración, de estar muy presentes en lo que hacemos, ya que si no lo hacemos podemos sobrecargar el peso sobre la cabeza haciendo así daño sobre el cuello, cuando realmente la postura se sostiene desde los codos y antebrazos.
5º El tiempo recomendable para mantener esta postura y beneficiarse de sus poderosos efectos estaría en torno a 5 respiraciones en adelante, siempre y cuando nos sintamos bien y NO HAYA DOLOR.
6º Es importante recordar que una vez dentro de la postura nuestra mente ha de estar encauzada en las sensaciones corporales, y con nuestra motivación podemos ayudar a que estas sensaciones sean más intensas si vamos investigando sobre nuestros propios límites, observando cómo reacciona nuestra mente cuando nos acercamos a ellos.
7º También debemos recordar, una vez dentro, de sentir como si el corazón saliese del pecho, incrementando el arco desde el hueso púbico hasta la garganta.
8º Las contraposturas más adecuadas para compensar los efectos de Matsyasana son: abrazo a las rodillas en el pecho y balancearse de lado a lado, todos los ejercicios de relajación de cuello, la postura de la Tabla (Kumbhakasana) o la postura de la Guirnalda (Malasana).
Seguro que con estos sencillos consejos la próxima vez que realicemos la postura del pez veremos notables diferencias. Si queréis comprobarlo, os proponemos esta clase guiada por nuestra profesora María Paula Quintana “El Sabor del Yoga” ¡Os esperamos en Aomm.tv!