Ejercicio de pilates: Círculos con una pierna

Ejercicio de pilates: Círculos con una pierna

Ejercicio de pilates: Círculos con una pierna


By: Gaia Staff  |  Jul. 24, 2014

Esta semana os ofrecemos un nuevo ejercicio del Método Pilates: The one leg circle o ‘Círculo con una pierna’. Es sencillo en su ejecución pero requiere de práctica para dominarlo por completo.

A través de este ejercicio se mejora la estabilidad de la pelvis y el tronco, desarrollando el control sobre los flexores de la cadera. Fortalece la musculatura abdominal, principalmente los oblicuos, así como toda la pierna a la altura de la cadera, ayudando a estirar el tensor de la fascia lata, en la cara externa del muslo.

Asegúrate antes de hacer este ejercicio de que puedes estirar la pierna hacia el techo, formando un ángulo de 90º con el cuerpo. Las personas poco flexibles, con la musculatura isquiotibial acortada (zona posterior del muslo), tendrán que hacerlo con sumo cuidado y dejando la pierna contraria flexionada en el suelo.

PREPARACIÓN

– Tumbado boca arriba, con la espalda en contacto con el suelo, los brazos estirados a lo largo de los costados y los hombros relajados, alejados de las orejas.

– Al inhalar se flexiona la pierna que va a hacer los círculos a 90º y al exhalar se estira completamente hacia el techo (*Recuerda: si tenemos acortamiento en los isquiotibiales podemos dejar la pierna del suelo flexionada)

¿CÓMO SE HACE?

-Inhala: abre la pierna que está estirada hacia el techo, manteniendo la pelvis estable en el suelo.

-Exhala: cierra el círculo por el interior conectando el powerhouse.

Se trata de mover la pierna estirada en círculos hacia fuera y luego hacia dentro, manteniendo la espalda apoyada en la colchoneta y estable -sin movimiento- con el control absoluto del centro. Se realizan 5 círculos en un sentido, y otros 5, en sentido contrario.

UNOS CONSEJOS ÚTILES

– Lo ideal es empezar con círculos pequeños porque ayuda a controlar que ni la espalda ni la cadera se muevan y poco a poco ir aumentando la amplitud del círculo. Los círculos pequeños son más precisos y sencillos de controlar, pero a medida que avanza la práctica los círculos se irán haciendo más grandes y se notará más estiramiento.

– Presiona ligeramente la colchoneta con las palmas de las manos para mejorar el equilibrio, pero sin crear tensión en los hombros.

– Mantén activo el centro y no sentirás ninguna presión en la espalda lumbar, ni en las caderas ni en los flexores.

– Sostén la cabeza bien alineada para que no se vaya hacia atrás.

Si quieres seguir practicando pilates y estar en forma, puedes hacerlo con Gaia.

 



Claves para hacer Matsyasana

Esta postura honra aMatsya’, encarnación del dios hindú Vishnu como pez. Como veíamos en este artículo  la postura del pez encierra enormes beneficios para nuestro cuerpo y mente, sin embargo, es una de esas poses que da respeto y cierto temor poner en práctica. Posiblemente, la extensión cervical que se realiza, sea lo que más miedos genere y en personas con algún tipo de patología en el área cervical debe tener cuidado, pero no por ello dejar de hacerla.

Es por ello que nos hemos animado a comunicar en este artículo todas las claves para hacer Matsyasana, con sus variantes y de forma segura.

Para prepararla: podemos hacer antes el Camello (Ustrasana), la Cobra (Bhujangasana) o el Puente (Setu Bandhasana) para ir abriendo el cuerpo

La mirada: irá dirigida hacia el tercer ojo o punto del entrecejo.

Para facilitarlo:

-No dejamos caer la cabeza hacia atrás.

-Empezamos a trabajar en posición sentado: desde la postura del Bastón (Dandasana) nos inclinamos hacia atrás sobre las manos o los codos mientras elevamos el pecho para recrear la curvatura de la espalda de la curvatura del pez.

Esta postura requiere de concentración, de estar muy presentes en lo que hacemos, ya que si no lo hacemos  podemos sobrecargar el peso sobre la cabeza haciendo así daño sobre el cuello, cuando realmente la postura se sostiene desde los codos y antebrazos.

El tiempo recomendable para mantener esta postura y beneficiarse de sus poderosos efectos estaría en torno a 5 respiraciones en adelante, siempre y cuando nos sintamos bien y NO HAYA DOLOR.

Es importante recordar que una vez dentro de la postura nuestra mente ha de estar encauzada en las sensaciones corporales, y con nuestra motivación podemos ayudar a que estas sensaciones sean más intensas si vamos investigando sobre nuestros propios límites, observando cómo reacciona nuestra mente cuando nos acercamos a ellos.

También debemos recordar, una vez dentro, de sentir como si el corazón saliese del pecho, incrementando el arco desde el hueso púbico hasta la garganta.

Las contraposturas más adecuadas para compensar los efectos de Matsyasana son: abrazo a las rodillas en el pecho y balancearse de lado a lado, todos los ejercicios de relajación de cuello, la postura de la Tabla (Kumbhakasana) o la postura de la Guirnalda (Malasana).

Seguro que con estos sencillos consejos la próxima vez que realicemos la postura del pez veremos notables diferencias. Si queréis comprobarlo, os proponemos esta clase guiada por nuestra profesora María Paula Quintana “El Sabor del Yoga” ¡Os esperamos en Aomm.tv!

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