4 Posturas para piernas cansadas
4 Posturas para piernas cansadas
By: Gaia Staff | Dec. 26, 2014
La sensación de pesadez, hormigueo, cosquilleo o calambres en las piernas, son síntomas de mala circulación, bien por pasar demasiadas horas sentado, bien por lo contrario, por estar demasiado tiempo de pie y en actividad.
De una manera u otra, el caso es que en el yoga encontramos la herramienta perfecta para encontrar ese punto de equilibrio y reajustar todas las compensaciones que hace el cuerpo ante las situaciones de estrés, sea físico o emocional.
Hoy queremos compartir con vosotros cuatro posturas excelentes para aliviar estos síntomas de piernas cansadas y recuperar la ligereza en ellas.
1-. UTTHITA PARSVAKONASANA (Postura del ángulo lateral extendido)
En esta postura de pie separamos las piernas ampliamente, permitiendo que todo el peso del cuerpo descanse sobre el talón trasero y mantenemos esta pierna activa y firme. La rodilla delantera vigilamos que quede a 90º (*para facilitarlo: podemos apoyarnos en un bloque con esta mano y dejar la otra en la cadera).
= Se fortalecen las piernas y se logra una profunda activación sanguínea en los pies y tobillos, eliminando todo ‘abotargamiento’; además, favorece la digestión y la eliminación de gases.
2-. SUPTA PADANGUSTHASANA (Postura tendida del pulgar del pie)
Mantenemos la pierna firme y estirada bien pegada al suelo, pudiendo colocar la mano del mismo lado sobre el muslo para asegurarnos que la cadera no se levanta. Con la otra mano cogemos el dedo gordo del pie, pero si no somos muy flexibles, podemos usar un cinturón y sujetarlo con ambas manos para que la pierna quede completamente estirada.
= Relajamos la articulación de la cadera, tonificamos la columna, calmamos la rigidez lumbar y de la parte posterior de las piernas, además de favorecer el retorno venoso de las piernas hacia el corazón.
3-. SIRSASANA (Postura sobre la cabeza)
Como en todas las posturas invertidas, se favorece la circulación y descongestión de las piernas, gracias a la estimulación del torrente sanguíneo hacia el cerebro. En este post te damos todas las claves para hacer Sirsasana correctamente.
= Favorece el sistema nervioso y tonifica la región cervical. Visualizaremos las “piernas de tadasana”, pero invertidas.
4-. VIPARITA KARANI (Postura de inversión sencilla)
Esta postura es fabulosa para aliviar los calambres en las piernas. Tan solo tumbándonos en el suelo sobre una manta bajo las caderas, pegamos las nalgas a la pared y dejamos las piernas apoyadas sobre la misma, empezaremos a percibir las bondades de este asana en los primeros instantes.
Si quieres practicar estas y otras posturas para favorecer la circulación de las piernas, te proponemos esta clase guiada por nuestra profesora Isabel Ward “Para piernas cansadas”. Únete a Aomm.tv
Posturas de yoga: Torsiones
La familia de las torsiones es una de mis favoritas. Son posturas muy agradables en todas sus versiones y tienen un efecto compensatorio; encajan a la perfección casi en cualquier punto de la práctica, lubricando la columna, desestresando el organismo y tonificando los órganos abdominales.
También torsionamos en numerosas situaciones del día a día. Cuando alguien nos llama por la calle y giramos espontáneamente el tronco para mirar quién es se produce una torsión, principalmente cervical y de la parte alta del tórax; o tumbados en la cama al desperezarnos, giramos las piernas hacia un lado y el tronco hacia otro buscando activar y empezar a movernos tras muchas horas durmiendo.
Entonces ¿qué aporta la torsión en el yoga? Por encima de todo, te da conciencia en la postura y conciencia de sus efectos a nivel físico, energético y emocional.
Las torsiones nacen en la pelvis y ascienden por la columna vertebral siendo más acentuadas en la zona dorsal y cervical. Estiran la musculatura que sujeta las vértebras, fibras que organizan la posición de los discos, que están relacionadas con el equilibrio, y se exponen a debilitarse por la adaptación del esqueleto a las superficies planas de las ciudades, las malas posiciones que adoptamos con frecuencia, la falta de ejercicio y el paso de los años.
Sus beneficios más notables son:
– Torsionar comprime el abdomen y los órganos pélvicos estimulando el flujo sanguíneo.
– Flexibilizan y rejuvenecen la espina dorsal favoreciendo el riego sanguíneo en el sistema nervioso.
– La flexibilidad del diafragma aumenta mejorando la capacidad respiratoria.
– Ayudan a flexibilizar las caderas y a relajar las ingles.
– Alivian dolores de espalda y diversos trastornos de la columna vertebral.
– Los órganos internos se tonifican y el tracto intestinal mejora.
– Favorecen la eliminación de toxinas acumuladas en el hígado y el bazo.
– Son posturas que aumentan los niveles de energía y a la vez generan calma mental.
En el aspecto más sutil, las torsiones tienen un claro impacto equilibrante en nuestras emociones. Es como si al girar la columna estrujásemos el sistema nervioso, una vez que las vértebras vuelven a su lugar se produce un flujo de sangre intenso en dos direcciones, hacia el cerebro y hacia las piernas. Este flujo es también energético y le da una sana sacudida a nuestro estado anímico ayudando a desatascar emociones estancadas y a darles salida. Puede suceder que tras una práctica con muchas torsiones te sientas algo revuelto durante el día, e incluso al día siguiente, con necesidad de llorar y de soltar. Si sucede no le pongas freno ya que estás “limpiando”.
Te animo a poner más atención a las torsiones y a explorarlas desde el conocimiento de sus beneficios. Te ayudarán a deshacer tensiones profundas, tanto físicas como emocionales; dale profundidad a la respiración, permite que el estrés abandone tu cuerpo y disfruta del regreso a la posición natural y al equilibrio interno.
Namaste.