Posturas de yoga: La extensión

Posturas de yoga: La extensión
By: Carla Sanchez | Mar. 22, 2016
Este es el segundo post sobre familias de posturas en yoga y me gustaría profundizar en las extensiones, asanas que considero indispensables en los tiempos que corren.
¿Qué es una extensión? Es el movimiento en el que la espalda se arquea hacia atrás y el tórax se abre en expansión. En estas posiciones la columna vertebral realiza el arco de la extensión fortaleciendo la espalda y vitalizando el sistema nervioso central.
En la vida diaria realizamos extensiones de forma natural en muchas situaciones, por ejemplo, cuando nos desperezamos al despertar, estirando mucho los brazos y abriendo el pecho. También extendemos la columna cuando llevamos muchas horas sentados en el trabajo o estudiando, la tendencia es a expandir el tórax para cargar de energía. Digamos que estos movimientos son revitalizantes, positivos y se ejecutan intuitivamente.
También podemos identificar extensiones no tan saludables, por ejemplo la “hiperlordosis”, una curvatura muy marcada en las áreas lumbar y cervical de la espina dorsal, cuya causa puede ser tanto fisiológica, como postural, y puede dar lugar a intensos dolores de espalda.
El propósito de las posturas de yoga de extensión en yoga es estimular y cargar el cuerpo de energía renovada, la diferencia reside en una ejecución más precisa, consciente y mantenida de las distintas posiciones.
En el aspecto más sutil esa apertura se relaciona con dos órganos, el corazón y los pulmones. Podríamos hablar de expandir el corazón y nuestro espacio emocional a la vez que lo inyectamos de vitalidad. Y los pulmones, los órganos que nos permiten respirar, se agrandan para que el prana, el flujo de vida, nutra el cuerpo y la mente rejuveneciéndolos.
Físicamente nos ayudan a abrir el pecho, a fortalecer la musculatura de la espalda, especialmente en la zona lumbar. En paralelo se ejercitan los brazos y los hombros, además de trabajar el rango de movimiento de la columna hacia atrás. Las funciones respiratorias también mejoran y aumenta la capacidad pulmonar. La sangre fluye oxigenando las células y vitalizando los tejidos. Las extensiones activan, fortalecen y rejuvenecen.
Otro de sus grandes efectos es que estimulan el sistema nervioso central, por lo tanto nuestra capacidad para gestionar el estrés y las emociones negativas aumenta, son posturas fantásticas para combatir el cansancio nervioso y físico.
Para abrirnos emocionalmente, para ayudarnos a ser más abiertos, sociables y generosos, necesitamos ejercitar la extensión. Estas asanas vigorizantes mejorarán además nuestra conducta postural global manteniendo la columna flexible, pero hay que tener presente que son posturas exigentes y, que si no se aprende a ejecutarlas correctamente, pueden generar molestias de espalda, sobre todo en zona lumbar y el cuello.
Secretos que solo conoce el que hace el Cien

El cien (The hundred) es uno de los primeros ejercicios de la secuencia original del Método Pilates y uno de los más exigentes e intensos. Habitualmente se practica en el calentamiento para:
- Activar todo el cuerpo y, especialmente, los abdominales.
- Estimular la circulación de la sangre.
- Es un excelente ejercicio para los principiantes porque les ayudará a desarrollar la coordinación entre la respiración y los movimientos, uno de los puntos clave de pilates.
Pero las sensaciones, pensamientos y emociones que provoca hacer el cien, solo lo sabe el ‘pilatero’ veterano que practica habitualmente:
1-Cuando te colocas para empezar el ejercicio: con la mirada en el ombligo, el cuello largo, los brazos firmes y estirados a lo largo de los costados, las piernas en ‘table top’ (a 90º), la espalda bien apoyada en el MAT… te reencuentras con tu powerhouse y confías en que no te abandone a mitad del ejercicio.
2-Al empezar a bombear con los brazos y realizar la primera respiración, dudas de tus posibilidades para terminar el ejercicio sin hiperventilar y salir airoso de, lo que parece, un viaje sin retorno.
3-Tras los primeros ciclos respiratorios y el “miedo” inicial, tomas conciencia de lo que estás haciendo y por fin puedes sentir cada parte de tu cuerpo trabajando en equipo, sabiendo que es tu powerhouse quién se encarga de mantener esa cohesión.
4-Si el “power” está contigo no hay de qué preocuparse, porque será esa excelente faja interior quién estabilice la postura, mientras sigues bombeando al ritmo de tu respiración, y mantenga el control y la concentración de los movimientos.
5-Pero acercándonos a los últimos ciclos, culminando casi el cien y el calor que emana de nuestro cuerpo es como el de un volcán que entra en erupción, el “power” nos puede fallar y venirse abajo agotado, momento en el que nos abandonamos, literalmente, y las partes más débiles, como el cuello o la región lumbar, empiezan a sobrecargarse y a molestar.
6-Llegamos a la última vuelta, el último ciclo, parecía que no llegaba nunca, pero ahí estás, entero y con la fabulosa sensación del trabajo bien hecho. Puede que hayas tenido que bajar la cabeza porque sentías sobrecargado el cuello, pero aun así, a pesar del esfuerzo, sabes que la próxima vez mejorarás y corregirás los errores que hayas podido tener.
¡Enhorabuena pilatero!
Si quieres practicar el cien y otros ejercicios que desarrollen tu coordinación entre la respiración y el movimiento a través del centro, mira nuestro programa de pilates para principiantes.
Únete a Aomm.tv, te esperamos.