Posturas de yoga: Padmasana

Posturas de yoga: Padmasana
Por: Gaia | Jul. 18, 2013
Padmasana es una de las posturas más conocidas y representativas del yoga, aunque no es fácil lograr llegar a ella. Es la postura por excelencia para la meditación y los ejercicios de pranayama, además de formar parte de algunas variantes avanzadas de otras posturas como sirsasana o sarvangasana. De hecho, Buda es tradicionalmente representado en esta postura en actitud meditativa.
TÉCNICA DE LA POSTURA PADMASANA
- Siéntate en el suelo con las piernas extendidas hacia el frente. Opcionalmente, puedes sentarte sobre un cojín no muy grueso.
- Dobla la rodilla derecha y coloca el pie sobre el muslo izquierdo, cerca de la ingle. El talón debe quedar muy cerca del abdomen y la planta del pie orientada hacia arriba. Ayúdate de las manos para conseguir esta posición del pie.
- Ahora flexiona la pierna izquierda y ayudándote de tus manos, lleva el pie sobre el muslo derecho. Igualmente, el talón debe quedar cerca del abdomen y la planta del pie hacia arriba.
- La espalda debe permanecer erguida.
- Apoya las manos sobre las rodillas con las palmas vueltas hacia arriba. Une las puntas de los dedos índice y pulgar de cada mano. Mantén los demás dedos extendidos.
RECOMENDACIONES PARA LA POSTURA PADMASANA
Ante la rigidez en las rodillas y tobillos que muchas personas poseen, resulta muy difícil y dolorosa la ejecución de padmasana. Por eso, para llegar a ella recomendamos paciencia y perseverancia, además de realizar una serie de ejercicios para aumentar la elasticidad en las articulaciones implicadas en esta postura tan hechizante.
- Mariposa: Siéntate con las piernas flexionadas y junta las plantas de los pies. Entrelaza los dedos de las manos, que servirán de sostén y sujeción para los dedos de los pies. Ahora realiza ligeros movimientos de las rodillas hacia arriba y abajo, manteniendo la espalda erguida y las ingles relajadas.
- Empuja las rodillas hacia el suelo: En esta misma postura, separa los pies de la pelvis unos 50 cm. Coge los tobillos con tus manos y apoya los antebrazos y los codos en las piernas. Tendrás que inclinarte ligeramente hacia delante para conseguirlo. Haz pequeños y suaves empujes con los codos hacia abajo. Se trata de hacer descender las rodillas hacia el suelo. Después repite estos empujes de las rodillas pero ejerciendo la presión directamente con las manos.
- Un pie sobre el muslo contrario: Siéntate con las piernas estiradas hacia delante y la espalda erguida. Flexiona la rodilla derecha y coloca el pie sobre el muslo izquierdo, cerca de la ingle y con la planta del pie hacia arriba. Con la mano izquierda sostén levemente el tobillo, que queda en el aire y con la mano derecha empuja la rodilla hacia el suelo suavemente. Realiza el ejercicio con la otra pierna.
- Postura de medio loto: Esta es una postura excelente para los ejercicios de pranayama y meditación, que perfectamente puede sustituir a padmasana. Sentado con las piernas extendidas hacia delante, dobla la pierna izquierda y coloca el pie en el suelo por delante de ti, cerca de la pelvis, el talón debe quedar estar en contacto con el pubis. Después flexiona la pierna derecha y coloca el pie derecho sobre el muslo izquierdo. El talón debe quedar cerca del abdomen y la planta del pie orientada hacia arriba. Te aconsejamos que hagas esta postura cambiando la posición de las piernas, es decir, la derecha debajo y la izquierda encima. De este modo. Las dos piernas se desarrollarán de igual modo, y con el tiempo, alcanzarán la flexibilidad necesaria para sentarte en padmasana. Aconsejamos suavidad y prudencia en la ejecución de estos ejercicios previos a padmasana, ya que son altamente efectivos para conseguir elasticidad en las piernas y en sus articulaciones, pero efectuados con brusquedad y sin la atención adecuada pueden causar daños o desgarros en las fibras musculares.
BENEFICIOS DE LA POSTURA PADMASANA
- Aumenta la elasticidad en las articulaciones de las piernas.
- Aumenta la irrigación sanguínea en la pelvis, el abdomen y la región lumbar.
- Debido a este aumento de sangre, los órganos genitales y los sistemas de excreción son altamente beneficiados.
- Mantiene el tronco erguido y la mente atenta y alerta.
Más información sobre la postura Padmasana y otras posturas de yoga en Gaia.
Posturas de yoga: La extensión

Este es el segundo post sobre familias de posturas en yoga y me gustaría profundizar en las extensiones, asanas que considero indispensables en los tiempos que corren.
¿Qué es una extensión? Es el movimiento en el que la espalda se arquea hacia atrás y el tórax se abre en expansión. En estas posiciones la columna vertebral realiza el arco de la extensión fortaleciendo la espalda y vitalizando el sistema nervioso central.
En la vida diaria realizamos extensiones de forma natural en muchas situaciones, por ejemplo, cuando nos desperezamos al despertar, estirando mucho los brazos y abriendo el pecho. También extendemos la columna cuando llevamos muchas horas sentados en el trabajo o estudiando, la tendencia es a expandir el tórax para cargar de energía. Digamos que estos movimientos son revitalizantes, positivos y se ejecutan intuitivamente.
También podemos identificar extensiones no tan saludables, por ejemplo la “hiperlordosis”, una curvatura muy marcada en las áreas lumbar y cervical de la espina dorsal, cuya causa puede ser tanto fisiológica, como postural, y puede dar lugar a intensos dolores de espalda.
El propósito de las posturas de yoga de extensión en yoga es estimular y cargar el cuerpo de energía renovada, la diferencia reside en una ejecución más precisa, consciente y mantenida de las distintas posiciones.
En el aspecto más sutil esa apertura se relaciona con dos órganos, el corazón y los pulmones. Podríamos hablar de expandir el corazón y nuestro espacio emocional a la vez que lo inyectamos de vitalidad. Y los pulmones, los órganos que nos permiten respirar, se agrandan para que el prana, el flujo de vida, nutra el cuerpo y la mente rejuveneciéndolos.
Físicamente nos ayudan a abrir el pecho, a fortalecer la musculatura de la espalda, especialmente en la zona lumbar. En paralelo se ejercitan los brazos y los hombros, además de trabajar el rango de movimiento de la columna hacia atrás. Las funciones respiratorias también mejoran y aumenta la capacidad pulmonar. La sangre fluye oxigenando las células y vitalizando los tejidos. Las extensiones activan, fortalecen y rejuvenecen.
Otro de sus grandes efectos es que estimulan el sistema nervioso central, por lo tanto nuestra capacidad para gestionar el estrés y las emociones negativas aumenta, son posturas fantásticas para combatir el cansancio nervioso y físico.
Para abrirnos emocionalmente, para ayudarnos a ser más abiertos, sociables y generosos, necesitamos ejercitar la extensión. Estas asanas vigorizantes mejorarán además nuestra conducta postural global manteniendo la columna flexible, pero hay que tener presente que son posturas exigentes y, que si no se aprende a ejecutarlas correctamente, pueden generar molestias de espalda, sobre todo en zona lumbar y el cuello.