Ahimsa – Sensibilidad

Ahimsa – Sensibilidad

Ahimsa – Sensibilidad


By: Cristina Cubedo  |  May. 21, 2015

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Lo primero que quiero transmitir en las clases es este principio. Ahimsa, el principio de no violencia.

Necesitamos desarrollar sensibilidad hacia nuestras propias sensaciones internas, el “ruido” exterior y mental es demasiado fuerte y evidente. No estamos entrenad@s para ello, sino todo lo contrario. Las sensaciones internas son sutiles y fácilmente imperceptibles si no prestamos atención ejercitada y deliberada hacia ellas. Simplemente no nos han enseñado a observarlas.

La mente racional, los pensamientos, son una de las principales distracciones frente a las sensaciones sutiles del cuerpo. La mente a veces confunde, distorsiona, dispersa. Las sensaciones te traen al momento presente, al aquí y ahora, y nunca mienten.

No competimos con l@s demás ni con nosotr@s mism@s, sólo, indagamos donde están nuestros límites y aprendemos a respetarlos. Nos esforzamos, saliendo de nuestra zona de confort, buscamos el desafío pero nunca sobrepasamos nuestros límites, sean los que sean, para algo están ahí.

Esos límites son la disponibilidad cambiante del cuerpo en cada momento, y son las sensaciones las que nos ayudan a conocerlos.

Competir implica que uno gana y otro pierde, o que un día ganas y otro pierdes, separación, escasez. Mejor nos desapegamos del resultado y disfrutamos del camino. No se trata de llegar a hacer las posturas perfectas para colgarlas en las redes sociales. Se trata de aprender a escuchar tu propia voz, afinar tu percepción, aprender a respetar nuestros límites personales, aprender a aceptar lo que es, lo inevitable, a querernos sin que eso quiera decir que no queramos mejorar y evolucionar. Pero siempre desde el amor y el respeto a un@ mism@.

Por experiencia propia y como profesora, veo que esto es una de las cosas que más nos cuesta de asimilar.

Encuentra el punto intermedio entre acomodarte y sobrepasar tus límites, y mantente ahí esforzándote, creciendo, siendo amable contigo mism@.

Yoga debe ser un proceso suave y progresivo, sin sensaciones fuertes ni agresivas. El cuerpo necesita su tiempo para ir progresando lentamente y con seguridad, no quieras llegar rápido, deshazte de la intención de llegar a ningún sitio y disfruta el camino, enfocándote en el momento en el que estás.

Las posturas deben ser estables y relajadas, una relajación activa, buscando el equilibrio entre firmeza y suavidad, en todas y cada una. Si hay sensaciones fuertes, tensión o dolor, si se entrecorta la respiración, son señales claras que no estás siendo amable con tu cuerpo, no estás respetando tus límites y no estás haciendo yoga, sino simples posturas sin mayor beneficio que el estiramiento muscular. Yoga va mucho más allá.

Debemos notar el estiramiento, pero es una sensación agradable, un estiramiento amable, a diferencia de cuando sentimos tensión, dolor agudo o sensaciones desagradables.


 

Cristina Cubedo

Autora del libro 40 DÍAS DE YOGA. Practicante de yoga desde los 18 años. Se formó en Hatha yoga y después en Yoga dinámico por el método de Godfrey Devereux. Más tarde realizó una formación intensiva de Yin yoga. Da clases desde el año 2009. Complementa su formación con el curso de cocina macrobiótica y medicina oriental. Desde el año 2013 dirige una tienda online de productos ecológicos. Realiza un intensivo de meditación Vipassana en Barcelona en 2009, practicando desde entonces.


 



La importancia de una buena esterilla de yoga

 

La esterilla o Mat de yoga, su nombre en inglés, es la herramienta principal que requieres para favorecer una práctica plena, agradable y segura. Cuando no se conoce la materia es fácil caer en el pensamiento de que cualquier antideslizante servirá y esto puede ser un verdadero desacierto. Aspectos como el grosor y la textura marcan la diferencia con respecto a otras colchonetas empleadas en el ejercicio físico pero, además de sus cualidades técnicas, es mucho más que un simple utensilio funcional.

No hay nada más simbólico en la práctica contemporánea del yoga que el mat en sí. Tu experiencia sobre la esterilla es una metáfora de tu aprendizaje en la vida representada como un espacio personal, íntimo y único donde se escenifican las vivencias mentales y emocionales a través de la oportunidad que la práctica ofrece de deshacer la tensión, el estrés, y caos que envuelve nuestra existencia humana. La esterilla te invita a estar en “ el ahora” sin importar los sucesos pasados, o lo que ocurrirá después, sobre ella solo sucede el momento presente en el que estás tú, con tu respiración, tu ritmo, tus límites y tu intención.

Los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de escoger una esterilla de yoga son:

Tamaño – grosor – tracción

Tamaño

La esterilla estándar mide entre 60 cm de ancho por 173cm de largo , hay un margen mínimo de variación según la marca. Aunque pueda parecer pequeña y estrecha lo cierto es que no se necesita mucho más espacio, la práctica de yoga también está vinculada con el contacto con la tierra y es interesante explorar el movimiento en este marco.

Grosor

La comodidad de un mat es fundamental. Sentir el suelo duro y frío es desagradable, así que por un lado debe ser aislante y por otro tener un grosor que brinde apoyos amables en las distintas posturas.

Los hay de 2, 4 y 6 milímetros, dependerá de tus gustos y la sensibilidad a la dureza que tengas. Hay personas que prefieren esterillas muy finas porque son más estables; yo por ejemplo me inclino a la de 6 mm porque el contacto de rodillas o codos con el suelo me resulta molesto cuando hay poca densidad, sin embargo, ese grosor suele parecerme inestable en ciertos equilibrios y prefiero hacerlos directamente fuera de ella para tener una base más firme.

Dependiendo del material será más ligera o pesada, valora en función de tu estilo de vida si ésto será molesto a la hora de desplazarte con ella, o si merece la pena. Hay quien practica siempre en casa por lo que el peso no es un problema; en los estudios de yoga suelen dar lo opción de dejarla allí para mayor comodidad. Si eres una persona que viaja mucho te conviene un modelo más ligero y adaptable para no añadir más carga a la maleta.

Tracción

Resbalar en una esterilla de mala calidad es un clásico y, lejos de ayudar, dificulta la ejecución de asanas. La tracción está relacionada también con la seguridad, cuanto más estable es el material más seguro te sentirás a la hora de avanzar en las posturas.

Mi recomendación es que pruebes el mat antes de comprarlo. Hay texturas muy diferentes, cerciórate de que tus manos no se resbalan y tienes buena adherencia. Algunas personas sudan mucho en pies y manos, si es tu caso consulta en la tienda, hay materiales pensados para compensar ese problema.

Si tienes en cuenta estas recomendaciones podrás adquirir una esterilla buena, duradera y que hará de tu práctica una experiencia muy gratificante. Que el bolsillo no te frene, el precio medio de un mat de calidad oscila entre los 40 y los 80 euros, dinero que vale la pena invertir, porque rentabilizarás la compra con creces.

Por último, te animo a hacerte con una esterilla de materiales ecológicos. Ser respetuosos con el medio ambiente sintoniza con la filosofía del yoga y es un gesto de conciencia.

¡Feliz compra! Namaste.

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