Yoga para el insomnio
![Yoga para el insomnio](/wp-content/uploads/article-migration-image-yoga-insomnio-1-768x432.jpg)
Yoga para el insomnio
Por: Cristina Herrero Puig | May. 07, 2013
Dormir es sin duda una necesidad y una actividad vital. La privación total de sueño termina con la vida de una persona en muy poco tiempo.
¿Qué ocurre cuando dormimos? Durante el sueño la persona se retira del exterior, para enfocar toda su actividad biológica a los procesos de construcción de las células y sus tejidos. Mientras dormimos, existe un predominio del sistema nervioso parasimpático sobre el simpático.
El insomnio es la incapacidad para dormir o permanecer dormido lo suficiente para sentirse descansado. Puede estar causado por diferentes factores, como cambios hormonales, acidez de estómago, depresión, estrés “síndrome de las piernas inquietas”, trastornos del ritmo circadiano ( en personas que trabajan por la noche o cambian los turnos), jet lag…Otras causas del mal dormir son los cambios importantes en la vida, la muerte de un ser querido, la llegada de un bebé, cambio o pérdida de trabajo. Lo que bebemos y comemos también repercute en nuestro sueño, siendo el consumo de alcohol, cafeína y otros excitantes los que más afectan al sueño reparador.
Muchos estudios han demostrado que la meditación y la práctica de yoga y pranayama ayudan a dormir mejor, esto es, dormirse antes, dormir más tiempo, y levantarse más descansado.
¿Pero de qué manera nos ayuda el yoga a la hora de dormir?
El insomnio suele afectar a personas cuyo sistema nervioso está excitado permanentemente. En este sentido, la desconexión del simpático y la activación del parasimpático que proporciona la práctica de yoga es un argumento de peso a la hora de recomendar el yoga a personas insomnes. La práctica de algún deporte se recomienda para que el cuerpo esté lo suficientemente cansado a la hora de meterse en la cama como para dormirse rápidamente. El yoga es especialmente efectivo a la hora de reducir la tensión muscular, lo cual puede afectar a la capacidad de quedarse dormido.
Por otro lado, a veces un exceso de cansancio físico y tensón muscular nos impide conciliar el sueño. El yoga enseña y promueve la respiración lenta y profunda, lo cual puede elevar los niveles de dióxido de carbono, un sedante natural que ayuda a dormir. Cuando la respiración es rápida y poco profunda, se pierde CO2 y resulta más difícil dormirse.
La práctica de yoga también hace aumentar los niveles de melatonina, una hormona que segrega la glándula pineal y ayuda a regular el reloj interno. Los niveles de melatonina suben de manera natural durante la noche y bajan durante el día, debido a que su secreción se inhibe con la luz. Una herramienta fundamental que nos proporciona el yoga es la capacidad de auto-observación, una consciencia más despierta y escucha a nuestro cuerpo. La manera en que nos ayudan dichas capacidades es a la hora de realizar conexiones entre la calidad de nuestro sueño y lo que hemos cenado, el café que tomamos a media tarde, la película que vimos anoche o la discusión que tuvimos antes de acostarnos. Observar de cerca la experiencia directa, y en función de lo que nos diga, actuar.
CONSEJOS PARA DORMIR BIEN
No tomar excitantes por la tarde.
Tomar una infusión caliente con miel antes de acostarse.
Darse un baño caliente.
Un suave masaje con aceite de lavanda tal vez te ayude a dormir.
No te eches la siesta, aunque tengas sueño.
Durante la hora anterior a acostarse no realizar ninguna actividad que estimule nuestro interés, lectura o película interesante, discusión apasionada, estudiar, etc.
Meditar justo antes de irse a la cama.
Evitar pensar en las preocupaciones. Es mejor dejarlas para mañana, cuando hayamos descansado.
Ya en la cama, hacer unas respiraciones profundas y lentas.
Las posturas invertidas son particularmente buenas para inducir el sueño.
Las posturas de flexión hacia delante también están indicadas para favorecer el sueño. La postura del niño o Balasana resulta especialmente relajante. Puedes apoyar el cuerpo y la cara sobre un almohadón.
Respira despacio, concentrándote en alargar un poco la exhalación. Puedes comenzar inhalando en 4 tiempos y exhalando en 4. después de unas cuantas respiraciones, pasa a exhalar en 6 tiempos, después en 8. pero no fuerces la exhalación, debe resultarte cómodo o activarás tu sistema nervioso simpático.
Puedes hacer una relajación guiada o una visualización que te ayude a relajar el cuerpo y la mente, y te leve a un estado de relajación desde el que te resultará más fácil dormir.
Evita realizar otras actividades en la cama distintas de dormir. Nada de leer ni ver televisión en la cama. Únicamente está permitido el sexo.
Si no consigues dormir, sal de la cama, y practica alguna de las posturas propuestas o siéntate a meditar. De esta forma la cama pasa de ser una tortura donde es imposible conciliar el sueño y nos ponemos nerviosos, debe ser nuestro lugar de descanso y restablecimiento.
Diseña una rutina para la última hora del día e intenta no salirte del plan. Puedes cenar temprano algo ligero y caliente, como una sopa o verduras cocidas; después dedicar un tiempo a alguna actividad relajante, pintar, escuchar música tranquila, dar un breve paseo; luego toma un baño caliente y date un masaje con aceite, si estás solo y debes hacerlo tú mismo, resulta muy agradable y sencillo dar un masaje en los pies.
Por último, siéntate en silencio y en penumbra a meditar 15 o 20 minutos antes de acostarte.
¡Buenas noches y que duermas bien!
Yoga y natación: estírate después de nadar
![Yoga y natación: estírate después de nadar](/wp-content/uploads/yoga-y-natacion-768x432.jpg)
Yoga y natación forman un tándem perfecto, ya que las dos son disciplinas relajantes, que fortalecen el cuerpo y a la vez resultan suaves para las articulaciones.
Sin embargo, como ocurre en todos los deportes, la natación tiende a sobrecargar algunos grupos musculares olvidando los antagónicos. Aquí te proponemos 4 posturas de yoga para estirar después de nadar que te ayudarán a corregir estos desequilibrios.
Siddhasana. Siéntate en el suelo, dobla una pierna y acerca el talón a la pelvis. Dobla la otra pierna y déjala por delante de la primera. Deja que desciendan las rodillas hacia el suelo. Estira tu espalda hacia arriba, y lleva los hombros hacia abajo y atrás. Apoya las manos en los muslos y vuelve las palmas hacia arriba.
Gomukasana. Siéntate con las piernas estiradas, dobla la derecha y lleva el pie cerca de la cadera izquierda. Ahora dobla la pierna izquierda, pon la rodilla encima de la derecha y lleva el pie al lado de la cadera derecha. Estira el brazo derecho hacia el cielo, dobla el codo de manera que puedas tocarte la nuca con la mano. Lleva el brazo izquierdo hacia abajo pegado a tu costado, dobla el codo y orienta la mano hacia arriba por detrás de tu espalda. Intenta coger los dedos de una mano con la otra mano. Si no llegas puedes ayudarte con la toalla o un cinturón. Después repite con los brazos y las piernas cambiadas.