Yoga y escalada

Yoga y escalada
Por: Gaia | Mar. 04, 2014
Puede que al principio no seamos capaces de ver las semejanzas, pero lo cierto es que Yoga y escalada tienen muchos puntos en común.
Para empezar, ambas disciplinas pueden ser tomadas como simple deporte o acondicionamiento físico; a quien profundice un poco más le servirá también como método para entrenar la mente, aquietar el fluir de pensamientos y mejorar la capacidad de concentración; y también está quien lo toma como una forma de vida, una vía de realización y superación, gracias a ello, a los resultados antes citados se suman el autoconocimiento, la observación de los propios procesos y la conquista del ego, entre otros.
Tomadas como estilo de vida, ambas disciplinas requieren constancia, paciencia, escucha activa y atención mental. Curiosamente, estas mismas aptitudes son potenciadas con la misma práctica.
Otro nexo de unión entre Yoga y escalada es la importancia de la respiración. La respiración es el medio por el cual mantenemos nuestra mente en el aquí y ahora, sin dejarnos arrastrar por el flujo de pensamientos que pasan por ella. Para el escalador esto es de suma importancia. Mantener una mente libre de distracciones le permite fusionar su voluntad con la pared misma y encontrar el camino para llegar a la cima.
Al acompasar el movimiento con la respiración se favorece el mayor estiramiento de los músculos y movilidad en las articulaciones. Mantener una respiración fluida, sin que se produzcan bloqueos en los momentos de máxima tensión, resulta de gran ayuda para mantenerse en una postura determinada: a la vez que los músculos son oxigenados correctamente, estamos ejerciendo un poderoso control sobre la mente.
La práctica de posturas o secuencias de yoga ( vinyasas) armonizadas con la respiración nos enseña a hacer movimientos fluidos, estéticos invirtiendo en su realización un mínimo de energía. Cuando las asanas de yoga se mantienen durante un tiempo en la inmovilidad, las nutrimos con una respiración fluida y mantenemos nuestra mente observadora a la escucha de todo aquello que sucede en nuestro cuerpo-mente, es cuando los músculos pueden llegar a su máximo estiramiento, las articulaciones lograr gran apertura y se fortalecen aptitudes como la voluntad, resistencia, concentración y autoobservación.
La práctica de“savasana” y conocer técnicas de relajación es de gran ayuda para el escalador. Esto le ayudará a relajar completamente los músculos que tan duramente trabajaron en la pared.
En la gran variedad de asanas existentes encontramos posturas de todo tipo que podemos llevar a movimientos específicos que nos pida algún paso difícil o un descanso impensado que nos resulte cómodo.
De manera más general podemos citar la fortaleza, flexibilidad, equilibrio, propiocepción, coordinación, aumento de la capacidad respiratoria y la concentración… todos ellos beneficios o resultados de la práctica constante y amable del Yoga, que sin duda son puntos clave necesarios para todo aquel que desee alcanzar la cima y disfrutar de la escalada.
Si quieres practicar yoga desde la comodidad de tu casa o donde quiera que estés, únete a Gaia.
Ahimsa - Sensibilidad
Lo primero que quiero transmitir en las clases es este principio. Ahimsa, el principio de no violencia.
Necesitamos desarrollar sensibilidad hacia nuestras propias sensaciones internas, el “ruido” exterior y mental es demasiado fuerte y evidente. No estamos entrenad@s para ello, sino todo lo contrario. Las sensaciones internas son sutiles y fácilmente imperceptibles si no prestamos atención ejercitada y deliberada hacia ellas. Simplemente no nos han enseñado a observarlas.
La mente racional, los pensamientos, son una de las principales distracciones frente a las sensaciones sutiles del cuerpo. La mente a veces confunde, distorsiona, dispersa. Las sensaciones te traen al momento presente, al aquí y ahora, y nunca mienten.
No competimos con l@s demás ni con nosotr@s mism@s, sólo, indagamos donde están nuestros límites y aprendemos a respetarlos. Nos esforzamos, saliendo de nuestra zona de confort, buscamos el desafío pero nunca sobrepasamos nuestros límites, sean los que sean, para algo están ahí.
Esos límites son la disponibilidad cambiante del cuerpo en cada momento, y son las sensaciones las que nos ayudan a conocerlos.
Competir implica que uno gana y otro pierde, o que un día ganas y otro pierdes, separación, escasez. Mejor nos desapegamos del resultado y disfrutamos del camino. No se trata de llegar a hacer las posturas perfectas para colgarlas en las redes sociales. Se trata de aprender a escuchar tu propia voz, afinar tu percepción, aprender a respetar nuestros límites personales, aprender a aceptar lo que es, lo inevitable, a querernos sin que eso quiera decir que no queramos mejorar y evolucionar. Pero siempre desde el amor y el respeto a un@ mism@.
Por experiencia propia y como profesora, veo que esto es una de las cosas que más nos cuesta de asimilar.
Encuentra el punto intermedio entre acomodarte y sobrepasar tus límites, y mantente ahí esforzándote, creciendo, siendo amable contigo mism@.
Yoga debe ser un proceso suave y progresivo, sin sensaciones fuertes ni agresivas. El cuerpo necesita su tiempo para ir progresando lentamente y con seguridad, no quieras llegar rápido, deshazte de la intención de llegar a ningún sitio y disfruta el camino, enfocándote en el momento en el que estás.
Las posturas deben ser estables y relajadas, una relajación activa, buscando el equilibrio entre firmeza y suavidad, en todas y cada una. Si hay sensaciones fuertes, tensión o dolor, si se entrecorta la respiración, son señales claras que no estás siendo amable con tu cuerpo, no estás respetando tus límites y no estás haciendo yoga, sino simples posturas sin mayor beneficio que el estiramiento muscular. Yoga va mucho más allá.
Debemos notar el estiramiento, pero es una sensación agradable, un estiramiento amable, a diferencia de cuando sentimos tensión, dolor agudo o sensaciones desagradables.