Dolor de espalda y yoga

Dolor de espalda y yoga

Dolor de espalda y yoga


Por: Gaia  |  Apr. 22, 2013

Existen muchas causas para el dolor de espalda, muchas formas en las que el dolor encuentra su expresión, y diferentes formas de abordar y aliviar el dolor. Salvo en los casos en los que se ha producido por un accidente, o una lesión congénita, en la mayoría de los casos, se debe a una mala postura o una mala utilización de nuestro propio cuerpo. En muchos casos, el dolor podría haberse prevenido, y en caso de ya existir, puede encontrar alivio.

Algunos profesionales del yoga sostienen que el estrés y las cargas emocionales, suelen ser la causa del dolor de espalda. En este sentido la activación del sistema nervioso parasimpático que produce la práctica de yoga, resulta de gran ayuda para relajar los nervios y los músculos profundos que pueden ser la causa del dolor. Por otro lado, existen otros factores importantes más allá de las emociones como son la postura, la debilidad muscular, así como un excesivo tono muscular.

Los hábitos posturales son fundamentales. La curva natural en forma de S de la columna vertebral actúa absorbiendo los golpes de la presión ejercida en las vértebras al caminar, por ejemplo. Cuando estas curvaturas naturales se aplanan o arquean demasiado, se pueden comprimir las vertebras y los discos intervertebrales, produciendo irritación y dolor en los nervios que salen de la columna (éste es el caso del dolor de ciática). Los movimientos que se producen en la columna vertebral de flexión, extensión, inclinación y rotación, ayudan a movilizar y humedecer los discos intervertebrales, y les aporta oxígeno y otros nutrientes necesarios para mantenerlos sanos.

Una curvatura lumbar excesiva (hiperlordosis) o su contraria curvatura dorsal (hipercifosis) son causa segura de dolor de espalda. La hipercifosis o gibosidad suele traer adosada unos hombros caídos y rotados hacia dentro y la cabeza proyectada hacia delante. Esto provoca que la musculatura del cuello tenga que realizar un trabajo extra para sostener la cabeza, lo que se traduce en dolor en la parte posterior del cuello, parte superior de la espalda e incluso dolor de cabeza. Cualquier desequilibrio postural en el cuerpo produce que unos músculos se contraigan en exceso acortándose y sus antagónicos por el contrario, se mantengan excesivamente laxos. La práctica regular de yoga” devuelve al cuerpo su postura correcta, relajando y estirando los músculos contraídos en exceso y fortaleciendo los que se encuentran debilitados.

La conciencia corporal y la atención a tu postura son claves a la hora de mantener una espalda sana y sin dolores. Tal vez no te hayas percatado de la manera en que te sientas en una silla, redondeando la zona lumbar y encorvando la espalda hacia delante. Simplemente tomando conciencia de la postura en la que se encuentra tu cuerpo cuando caminas, permaneces de pie o sentado, el movimiento que haces para levantarte de la cama o coger un objeto pesado, puedes aliviar o evitar muchos dolores de espalda. Esta conciencia sobre la alineación se aprende de forma natural con la práctica de las asanas.

Se ha descubierto gracias a diferentes estudios que la práctica de asanas y meditación reduce el dolor en personas con dolor de espalda, fibromialgia y otras enfermedades. Particularmente, la práctica de la meditación mejora la capacidad de tolerar el dolor, enseñándonos a separar el dolor de los pensamientos y las emociones.

Sea cual sea tu caso, si sufres algún tipo de dolencia o lesión, desde Gaia te recomendamos que acudas a un profesional del yoga, que trate tu caso de manera individual y te ayude a comprender por qué se ha producido ese dolor, de qué manera puedes aliviarlo y enfrentarte a él para restablecer el equilibrio en tu cuerpo y en tu mente.

Cristina Herrero es profesora de yoga en Gaia.



Cuando una lesión te aparta de tu práctica

Las lesiones son lo más temido por los deportistas y profesionales de la actividad física, pero de lo que ninguna persona, deportista o no, está exenta.

En mi caso sí soy deportista, además, mi cuerpo es mi herramienta de trabajo, y me he lesionado. Me gustaría compartir con vosotros la experiencia física y mental por la que uno pasa cuando aparece la lesión y te aparta de la actividad temporalmente. Posiblemente, más de uno se sienta identificado, en ese caso espero que te ayude a afrontar mejor este periodo de rehabilitación.

Las lesiones pueden producirse por: accidente, mala ejecución de los ejercicios, falta de calentamiento previo o de estiramiento posterior al ejercicio, sobreuso o sobrecarga.

Este último ha sido mi caso, así sin avisar, en el mejor momento, cuando mi cuerpo y mi mente estaban en su clímax energético, con la temporada de carreras a punto de empezar, con el horario de entrenamiento perfectamente organizado, con el inicio del curso y todas las clases hasta arriba… ¿Y ahora qué? Toda esa preparación, todos los planes se vienen abajo y así, de pronto, pasas de estar en el cielo, al lodazal más inmundo. Parece que no habrá salida nunca.

Pero claro que la hay ¡Siempre la hay!

Estos cuatro pilares me han servido para afrontar mi lesión:

– 1º No te deprimas y acepta lo que ahora toca.

– 2º Sírvete de buenos profesionales para que te ayuden en la recuperación.

– 3º Aprovecha para hacer esas cosas para las que antes nunca tenías tiempo.

– 4º Aprende de los errores: si la lesión vino por no estirar o calentar a tiempo, ya sabes…

Ahora es cuando todos mis conocimientos sobre meditación, yoga y pilates cobran sentido. Durante los primeros días, no veía más allá de todas las consecuencias desastrosas que iba a tener durante una temporada. Pero con el paso de los días, cuando realizaba mi práctica de meditación diaria, empecé a tomar como objeto de atención la lesión y observaba los pensamientos, emociones y sensaciones que se iban despertando en mi mente. De ahí, poco a poco, y con muchos obstáculos mentales al principio, empecé a aceptar la nueva situación y, tras consultar con la fisioterapeuta que me trataba, orienté mi entrenamiento hacia el yoga y el pilates. Antes ya practicaba, pero siempre me quedaba corta porque daba preferencia al fitness o al running.

Es sorprendente y emocionante ir viendo que a pesar de no estar al 100% tu cuerpo consigue hacer posturas que antes, estando físicamente más fuerte, no podía hacer. Para mí chaturanga dandasana, kakasana y sirsasana, han sido las posturas que me han revelado cómo una lesión, en este caso, o un contratiempo de la vida, pueden ser la oportunidad perfecta para desarrollar tu autoconocimiento físico y emocional.

Si estás en ese momento, en Aomm.tv te ayudamos y podrás seguir clases de yoga y pilates on line adaptadas a tus necesidades.

Olga Castañeda, profesora de pilates y yoga en Aomm.tv

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