El suelo pélvico

El suelo pélvico
Por: Gaia | Aug. 19, 2014
¿QUÉ ES? ¿DÓNDE ESTÁ?
El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior. Su función es sostener los órganos pélvicos: vejiga-uretra, útero-vagina y recto, en la posición adecuada porque de ello depende su normal funcionamiento.
Imagina este conjunto muscular como un puente colgante. En este ‘puente’ estaría el hueso sacro, donde termina la columna vertebral, situado en un extremo; y en el otro lado del puente, estaría el pubis.
Los cables que sostienen este puente y que gracias a su tensión lo mantienen firme, serían principalmente los ligamentos de sostén. Éstos unen las estructuras óseas con los órganos pélvicos, que se encontrarían colgando de este puente. Por último, el suelo del puente lo formaría un plano muscular, concretamente el músculo elevador del ano, y una lámina de tejido conjuntivo (es el tejido que en nuestro organismo proporciona sostén).
A diferencia de un puente estático, nuestro suelo pélvico es algo dinámico, se adapta a nuestro movimiento, a los cambios posturales… siempre manteniendo una adecuada tensión que sujete nuestra vejiga, el útero y el recto dentro de la pelvis.
La musculatura del suelo pélvico es la encargada de abrir y cerrar los esfínteres y cuando esta musculatura se debilita, las estructuras que sostiene descienden y, por lo tanto, se altera su función. Así, surgen problemas, como: pérdidas de orina, molestias, dolor e incluso prolapsos (caída de los órganos intraabdominales).
CAUSAS DEL DEBILITAMIENTO DEL SUELO PÉLVICO
-Embarazo: por el peso del útero
-Parto: al pasar el bebé a través de la vagina
-Posparto: por ejercitar precozmente los abdominales o realizar saltos, practicar deportes de impacto o cargar peso.
-Deportes: en especial los de saltos y de impacto, como el running.
-Menopausia: por los cambios hormonales, ya que provocan pérdidas de flexibilidad y atrofia e hipotonía.
-Herencia: dos de cada diez mujeres tienen debilidad innata en los músculos del suelo pélvico.
-Hábitos cotidianos: como retener la orina, vestir prendas muy ajustadas, practicar canto, tocar instrumentos de viento.
-Otras causas: obesidad, estreñimiento, tos crónica o estrés.
¿SE PUEDE FORTALECER EL SUELO PÉLVICO?
Existen muchas técnicas y ejercicios para tonificar esta musculatura. Hay estudios científicos que demuestran la eficacia de las bolas chinas como método para la prevención y recuperación de la musculatura del suelo pélvico. También la gimnasia abdominal hipopresiva, la electro-estimulación, la masoterapia, la cinsiterapia o los ejercicios de Kegel, desarrollados por el Dr. Arnold Kegel; son una serie de contracciones y relajaciones vaginales que fortalecen el suelo pélvico. Y por supuesto, con el Método Pilates: a través de la activación del powerhouse mediante el principio de la respiración costal, no solo se tonifica toda la musculatura pélvica, sino que además se es más consciente de su presencia y sujeción.
Si quieres fortalecer tu suelo pélvico haciendo pilates, ahora puedes hacerlo en tu casa con Gaia.
Propiedades mágicas de las plantas
Desde tiempos inmemoriales, las plantas han sido consideradas seres vivos llenos de misterio y poder. Su belleza y diversidad han cautivado a la humanidad a lo largo de la historia, pero también han despertado la curiosidad acerca de sus propiedades mágicas. En este artículo, exploraremos las cuatro propiedades mágicas fundamentales de las plantas: la conexión, la sanación, la protección y la transformación. Estas cualidades han sido reconocidas en numerosas tradiciones espirituales y prácticas mágicas en todo el mundo.
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Conexión
Una de las propiedades mágicas más poderosas de las plantas es su capacidad para establecer una conexión profunda con el mundo natural y espiritual. Las plantas actúan como intermediarias entre el reino humano y el reino de lo divino. Su energía vital y su conexión con la tierra las convierten en vehículos poderosos para acceder a estados de conciencia superiores.
A través de rituales y prácticas de meditación, las plantas pueden ayudarnos a entrar en contacto con nuestra propia esencia y conectar con fuerzas cósmicas más elevadas. Al utilizar hierbas, flores y raíces en ceremonias sagradas, podemos fortalecer nuestra conexión con la naturaleza y el universo, abriendo puertas a la intuición, la sabiduría ancestral y la comunicación espiritual.
Sanación
La capacidad de las plantas para sanar tanto el cuerpo como el espíritu ha sido reconocida desde tiempos remotos. Las propiedades curativas de muchas plantas han sido utilizadas en medicina tradicional y herbolaria en todo el mundo. La magia de las plantas se despliega a través de sus componentes químicos, sus energías sutiles y su capacidad para restablecer el equilibrio en nuestro organismo.
Desde la antigüedad, se han utilizado hierbas y remedios naturales para tratar diversas dolencias físicas y emocionales. Plantas como la lavanda, el romero, la menta y el aloe vera poseen propiedades relajantes, estimulantes, antisépticas y cicatrizantes, entre muchas otras. Además de sus beneficios físicos, las plantas también pueden sanar nuestras heridas emocionales y espirituales, aportando calma, alegría y armonía a nuestras vidas.
Protección
Las plantas también poseen una poderosa energía protectora que puede salvaguardarnos de las influencias negativas y crear un escudo de seguridad a nuestro alrededor. Desde las culturas ancestrales hasta las prácticas mágicas contemporáneas, las plantas se han utilizado como amuletos y talismanes para alejar el mal y la mala suerte.
La ruda, el enebro, la salvia y el laurel son solo algunos ejemplos de plantas consideradas protectoras. Su presencia en nuestros espacios vitales o su uso en rituales de purificación pueden crear una barrera energética que nos resguarda de las energías negativas y nos ayuda a mantener un ambiente armonioso y seguro.
Transformación
La magia de las plantas también está estrechamente relacionada con su capacidad de transformación. Al observar el ciclo de vida de una planta, desde una pequeña semilla hasta su pleno crecimiento y florecimiento, podemos aprender importantes lecciones sobre el proceso de transformación personal y espiritual.
Las plantas nos enseñan que la transformación requiere paciencia, cuidado y dedicación. Del mismo modo que las plantas se adaptan al entorno, cambian con las estaciones y renuevan su vitalidad, nosotros también podemos experimentar procesos de crecimiento, curación y evolución. Las plantas nos inspiran a ser conscientes de nuestro propio poder de transformación y a abrazar los cambios como oportunidades para florecer y desarrollarnos plenamente.
Las plantas son seres vivos mágicos que poseen múltiples propiedades y enseñanzas para aquellos que buscan la conexión espiritual y el crecimiento personal. Su capacidad para establecer una conexión profunda, sanar, proteger y transformar nos invita a explorar el reino vegetal y aprovechar su energía para nuestro beneficio.
Ya sea a través de rituales, ceremonias, meditaciones o simplemente al estar en contacto con la naturaleza, podemos experimentar el poder transformador de las plantas en nuestras vidas. Abracemos la magia de las plantas y permitámonos aprender de su sabiduría ancestral para nutrir nuestra alma, cuerpo y espíritu.