La vida color yoga
La vida color yoga
Por: Noelia Quiroga | 01 febrero, 2017
En 2013 comenzó mi historia de amor con el yoga.
En aquella época vivía una etapa de ansiedad y buscaba soluciones que me ayudaran a paliarla. La persona adecuada en el momento adecuado me recomendó iniciarme en el yoga acompañándome al centro dónde ella acudía de forma habitual.
Y así fue como un buen día me descalcé por primera vez en la entrada de Sananda, avancé entre budas por el pasillo oloroso a incienso hasta la esterilla en la que me vi tumbada, amorosamente tapada con una manta y esperando el inicio de la clase de principiantes.
Mi mente prejuiciosa pensaba en sectas, levitaciones, aburrimiento supremo y gente etérea… Hasta que ¡Ale hop!, comenzó la clase y con ella la magia. Esa magia del yoga que te despega del pasado y del futuro y te sitúa en la vida, en la intensidad de cada movimiento y cada respiración. A solas contigo, en comunión con el resto del universo, ¡tan grande esta magia! Respirando amor y encajando cada pieza del puzle en perfecta armonía.
A lo largo de esta historia de amor hasta el presente recuerdo que un pedazo de mi alma partió con mi madre un día para no volver y dos príncipes sin corona se fueron dejando hojas marchitas tras de sí. Rememoro momentos de intensa pasión yóguica cuasi diaria sobre la esterilla… Otros, en cambio, de ausencias de amante indecisa que no quiere dejarse querer. ¿Cómo olvidar las sonrisas cálidas que me reciben siempre al regresar? Mantras hermosamente cantados, el príncipe con corona que apareció para apoyarme y regar mi alma, y seres de luz como mi niña Adriana que, desde mi vientre, me acompaña en cada asana abriendo más mi corazón con cada respiración.

El yoga es un enamorado fiel que no defrauda y no reprocha ausencias. Está ahí esperando, siempre dispuesto a recibirte entre sus brazos. Paciente, bailando a tu ritmo… Respetando y enseñándote a respetar y a respetarte. Amando y enseñándote a amar y a amarte. Etéreo y terrenal, fuerte y flexible uniéndolo todo.
Mis palabras claves para “yoguizar” tu vida
PRUEBA: una única vez servirá para que notes el “efecto yoga” que siempre se prolonga tras la clase.
EXPERIMENTA: las mejorías en tu día a día. Mayor capacidad de concentración, serenidad, calidad de sueño, oxigenación, desintoxicación, ligereza, buen humor y control mental ¡entre otras chuladas!
GOZA: de ese momento para ti que supone la práctica de yoga. Disfruta mimándote en esta pequeña isla de paz y tu autoestima te lo agradecerá.
INCORPORA: lo aprendido en tu día a día cuidando tu postura, meditando, evitando el multitasking, silenciando tiempos y siendo más compasivo contigo y con los demás.
¡Abrazo y Sonríe! – AOMM SHANTI – NAMASTÉ
Viaje a Través de las Emociones – Carla Sánchez
Carla Sánchez te propone un viaje meditativo a través de tus emociones. Aprende a transformarlas y superarlas al sentirlas en la presencia. Recuerda: todo se puede conseguir…
INGRESA TU EMAIL SI QUIERES RECIBIR LAS ÚLTIMAS NOTICIAS DE GAIA
Al introducir tu correo electrónico, aceptas nuestros términos de uso y políticas de privacidad
Mirar la vida con perspectiva
Yoga, no es solo hacer el pino con la cabeza”, palabras de Swami Purohit, gran maestro de yoga y meditación.
Mucha gente cuando se embauca en la senda del yoga, se siente atraída por todo tipo de posturas o asanas que se pueden encontrar hoy en día por Internet, marcándose como objetivo no solo conseguir la misma postura, que han visto en una foto, sino superarla, si es posible, llevando esta filosofía al plano físico, alimentando inevitablemente el ego.
Cada persona llega al yoga por un motivo. Personalmente me adentré en esta senda por una tremenda necesidad de reencuentro conmigo misma y de reconectarme con mi verdadero ser. Mi experiencia hasta ahora es haber conseguido más claridad en mi existencia, y más significado en todo lo que me rodea.
En el plano físico progresivamente voy ganando más elasticidad, energía y consciencia de mi cuerpo.
Pienso que el camino del yoga, es como una escalera, vas subiendo los peldaños poco a poco, a tu ritmo, hasta alcanzar una cima que nunca terminaría.
Para dominar la concentración es primordial hacer una práctica constante del desapego, saber abstraerse de lo que nos distrae (Pratyahara), para después conseguir concentrarse en un solo punto (Dharana), completando el aprendizaje con la meditación (Dhyana).
Normalmente todos empezamos por las asanas, la parte física, luego al tener más consciencia del cuidado de nuestro cuerpo, vamos transformando nuestra forma de alimentarnos, consumiendo alimentos que realmente sumen calidad de vida, alimentos vivos, y eliminando los procesados.
