Yoga y diabetes

Yoga y diabetes
Por: Gaia | Mayo. 15, 2014
La diabetes es una afección que se desencadena cuando el organismo pierde su capacidad de producir insulina o de utilizarla adecuadamente. La insulina es una hormona que se produce en el páncreas, gracias a ella, la glucosa de los alimentos pasa a las células del organismo donde se convierte en energía para que funcionen los músculos y tejidos.
Una persona con diabetes no absorbe la glucosa correctamente, de modo que ésta permanece circulando en la sangre y dañando los tejidos. Existen dos tipos de diabetes:
– Diabetes tipo I: El sistema inmunológico ataca a las células productoras de insulina (islote de Langerhans), que dejan de producir la insulina. La razón por la que esto sucede no se conoce. La diabetes tipo I suele afectar a niños y jóvenes adultos y requiere la administración externa de insulina diariamente para controlar los niveles de azúcar en sangre.
– Diabetes tipo II: Es el tipo más común de diabetes. El organismo si produce insulina, pero o es insuficiente o se vuelve resistente a sus efectos y como resultado, aumenta el azúcar en sangre. Suele afectar más a adultos, pero cada vez hay más casos de niños y adolescentes debido al aumento de la obesidad infantil y la vida sedentaria. Las personas con diabetes tipo II no suelen necesitar dosis diarias de insulina para sobrevivir, la mayoría se tratan con medicación oral y un control estricto en la dieta.
Las personas con diabetes tienen mayor probabilidad de desarrollar una serie de problemas de salud que son el resultado de mantener unos niveles de glucemia altos durante largo tiempo. Estas complicaciones van desde afecciones del corazón y de los vasos sanguíneos, lesiones en el sistema nervioso, ceguera, fallos renales hasta amputaciones en los miembros inferiores.
Un estilo de vida y hábitos saludables pueden prevenir contra la diabetes, retrasar su aparición y reducir su impacto en el organismo. Hacer ejercicio con regularidad, evitar aumentar de peso, llevar una dieta adecuada y tomar medidas para controlar el estrés son factores de suma importancia en el control de esta enfermedad.
Tanto el yoga como el ayurveda pueden ayudar enormemente a personas con diabetes.
El yoga puede aliviar el impacto de la diabetes, en primer lugar, gracias a su eficacia para reducir el estrés. Sabemos que unos niveles altos de hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) elevan los niveles de azúcar en sangre, además de la necesidad de comer en exceso. También son factores que favorecen la acumulación de grasa intraabdominal, lo que potencia la resistencia a la insulina y aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco.
La práctica de yoga mejora el funcionamiento del sistema nervioso. Existen estudios científicos que muestran que la práctica regular de yoga mejora la conducción nerviosa en pacientes con diabetes.
Practicar habitualmente posturas de pie ayuda a mantener una distribución equilibrada del peso a lo largo de la planta del pie. Esto puede ser de gran ayuda para evitar la presión excesiva en un solo punto, lo que provocaría úlceras con el consiguiente riesgo de infección debido a la reducción del flujo sanguíneo y la disfunción nerviosa en los pies que sufren muchas personas con diabetes.
Existen numerosos estudios sobre el efecto que tiene el yoga sobre la diabetes, y es importante destacar que en todos ellos, quedó patente que una práctica habitual de yoga tiene como resultado el descenso del azúcar en sangre, en la presión sanguínea, reducción de peso, pérdida de grasa abdominal, mejora de la conducción nerviosa. En muchos casos incluso dejaron de tomar la medicación que tomaban antes de comenzar la investigación.
Si quieres empezar a practicar yoga desde la comodidad de tu hogar, únete a Gaia.
Yoga y natación: estírate después de nadar

Yoga y natación forman un tándem perfecto, ya que las dos son disciplinas relajantes, que fortalecen el cuerpo y a la vez resultan suaves para las articulaciones.
Sin embargo, como ocurre en todos los deportes, la natación tiende a sobrecargar algunos grupos musculares olvidando los antagónicos. Aquí te proponemos 4 posturas de yoga para estirar después de nadar que te ayudarán a corregir estos desequilibrios.
Siddhasana. Siéntate en el suelo, dobla una pierna y acerca el talón a la pelvis. Dobla la otra pierna y déjala por delante de la primera. Deja que desciendan las rodillas hacia el suelo. Estira tu espalda hacia arriba, y lleva los hombros hacia abajo y atrás. Apoya las manos en los muslos y vuelve las palmas hacia arriba.
Gomukasana. Siéntate con las piernas estiradas, dobla la derecha y lleva el pie cerca de la cadera izquierda. Ahora dobla la pierna izquierda, pon la rodilla encima de la derecha y lleva el pie al lado de la cadera derecha. Estira el brazo derecho hacia el cielo, dobla el codo de manera que puedas tocarte la nuca con la mano. Lleva el brazo izquierdo hacia abajo pegado a tu costado, dobla el codo y orienta la mano hacia arriba por detrás de tu espalda. Intenta coger los dedos de una mano con la otra mano. Si no llegas puedes ayudarte con la toalla o un cinturón. Después repite con los brazos y las piernas cambiadas.