Asanas invertidas para elevar el ánimo
Asanas invertidas para elevar el ánimo
Por: Agnès Ensesa | Jul. 17, 2017
He descubierto que cada vez que me siento estancada o bloqueada, hacer algún tipo de inversión me ayuda a ver las cosas desde un nuevo punto de vista.
Con tan sólo unos instantes puedo sentir como toda mi energía parece estar literalmente vuelta al revés y empiezo a sentirme más viva. Ahora hago las inversiones en mi rutina diaria.
Hacer posturas invertidas nos ayuda a cambiar nuestro estado de ánimo y revitalizar nuestra energía. Las dos asanas invertidas que puedes hacer son la vela y el arado. Ambas inversiones son bastante fáciles de hacer y las puedes practicar cada vez que necesites mover tu energía para ver las cosas desde una nueva perspectiva.
• Tumbado bocarriba, coloca las manos en las caderas, justo debajo de la cintura.
• Eleva las caderas y las piernas una posición vertical, pon la columna y las piernas perpendiculares al suelo.
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Consejos:
• Asegúrate de que los codos no estén muy separados.
• Asegúrate de que tu peso esté soportado por los hombros, no por el cuello.
Comienza desde la postura de vela.
• Lleva las piernas hacia atrás y toca el suelo con la punta de los dedos de los pies por detrás de la cabeza.
• Idealmente, la columna está recta, perpendicular al suelo.
• Entrelaza los dedos de las manos con los brazos en el suelo apuntando hacia el lado opuesto del cuerpo.
Variaciones:
• Dirige las manos hacia los dedos de los pies.
• Apoya los costados de tu cuerpo con los brazos.
• Deja que las rodillas bajen hacia las orejas.
• Separa las piernas.

Beneficios de las posturas invertidas
Practica una inversión durante un minuto o más y recibirás grandes beneficios. Esta práctica simple puede darte la vuelta a tu mal humor, estrés, cansancio o preocupaciones y recargarte de energía.
Por otro lado, uno de los principales beneficios de realizar posturas invertidas es que mejora nuestra salud cardiaca. Activa el corazón, mejora la circulación y el celebro recibe una mayor oxigenación, lo que contribuye a una mejor concentración y memoria.
Las inversiones también mejoran la digestión y muchos yoguis sugieren hacer inversiones para superar el estreñimiento.
Otro beneficio para la salud es que promueven el drenaje linfático y la purificación de la sangre. El sistema linfático limpia las toxinas de los tejidos e impulsa tu sistema inmunológico. La razón por la que te sientes tan rejuvenecido después de una inversión es porque la postura es detoxificante.
Lo más importante, las inversiones elevarán tu ánimo y te permitirán ver las cosas desde otro ángulo más amplio creando cierta liberación mental.
Así que recuerda que una inversión al día mantiene la tensión a raya.
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Posturas de yoga: Torsiones
La familia de las torsiones es una de mis favoritas. Son posturas muy agradables en todas sus versiones y tienen un efecto compensatorio; encajan a la perfección casi en cualquier punto de la práctica, lubricando la columna, desestresando el organismo y tonificando los órganos abdominales.
También torsionamos en numerosas situaciones del día a día. Cuando alguien nos llama por la calle y giramos espontáneamente el tronco para mirar quién es se produce una torsión, principalmente cervical y de la parte alta del tórax; o tumbados en la cama al desperezarnos, giramos las piernas hacia un lado y el tronco hacia otro buscando activar y empezar a movernos tras muchas horas durmiendo.
Entonces ¿qué aporta la torsión en el yoga? Por encima de todo, te da conciencia en la postura y conciencia de sus efectos a nivel físico, energético y emocional.
Las torsiones nacen en la pelvis y ascienden por la columna vertebral siendo más acentuadas en la zona dorsal y cervical. Estiran la musculatura que sujeta las vértebras, fibras que organizan la posición de los discos, que están relacionadas con el equilibrio, y se exponen a debilitarse por la adaptación del esqueleto a las superficies planas de las ciudades, las malas posiciones que adoptamos con frecuencia, la falta de ejercicio y el paso de los años.
Sus beneficios más notables son:
– Torsionar comprime el abdomen y los órganos pélvicos estimulando el flujo sanguíneo.
– Flexibilizan y rejuvenecen la espina dorsal favoreciendo el riego sanguíneo en el sistema nervioso.
– La flexibilidad del diafragma aumenta mejorando la capacidad respiratoria.
– Ayudan a flexibilizar las caderas y a relajar las ingles.
– Alivian dolores de espalda y diversos trastornos de la columna vertebral.
– Los órganos internos se tonifican y el tracto intestinal mejora.
– Favorecen la eliminación de toxinas acumuladas en el hígado y el bazo.
– Son posturas que aumentan los niveles de energía y a la vez generan calma mental.
En el aspecto más sutil, las torsiones tienen un claro impacto equilibrante en nuestras emociones. Es como si al girar la columna estrujásemos el sistema nervioso, una vez que las vértebras vuelven a su lugar se produce un flujo de sangre intenso en dos direcciones, hacia el cerebro y hacia las piernas. Este flujo es también energético y le da una sana sacudida a nuestro estado anímico ayudando a desatascar emociones estancadas y a darles salida. Puede suceder que tras una práctica con muchas torsiones te sientas algo revuelto durante el día, e incluso al día siguiente, con necesidad de llorar y de soltar. Si sucede no le pongas freno ya que estás “limpiando”.
Te animo a poner más atención a las torsiones y a explorarlas desde el conocimiento de sus beneficios. Te ayudarán a deshacer tensiones profundas, tanto físicas como emocionales; dale profundidad a la respiración, permite que el estrés abandone tu cuerpo y disfruta del regreso a la posición natural y al equilibrio interno.
Namaste.
