Posturas de yoga: Vrksasana

Posturas de yoga: Vrksasana

Posturas de yoga: Vrksasana

Posturas de yoga: Vrksasana


Por: Gaia |  Aug. 02, 2013

Conocida como la postura del árbol, Vrksasana es una de las posturas básicas de equilibrio, asequible para todo el mundo.

Aún cuando la práctica de asanas de equilibrio puede resultar muy frustrante, sobre todo al principio, recomendamos encarecidamente su inclusión en nuestra sesión de yoga. Requieren sin duda grandes dosis de paciencia, tesón y concentración. Pero ¿qué mejor recompensa podemos tener que aumentar nuestro equilibrio emocional?

 

TÉCNICA

De pie, separa los pies al ancho de tus caderas. Estira tu cuerpo hacia arriba como si quisieses tocar el techo con la parte superior de tu cabeza. Lleva tu atención a las plantas de los pies y siente el peso de tu cuerpo en ellas. Separa los dedos, procura que no haya tensión en tus pies, de este modo la superficie de contacto en el suelo será mayor y la base más estable.

Ahora une tus manos delante del pecho y entrelaza los dedos, todos menos los índices, que permanecen estirados y juntos, apuntando hacia el cielo. Mantén los hombros relajados, lejos de las orejas.

Tómate unos segundos para conectar con la respiración. Lleva el aire hacia abajo, haciendo respiraciones diafragmáticas, lentas y profundas.

Posa tu mirada en un punto fijo que ha de estar frente a ti, un poco por debajo de la altura de tus ojos. Puede ser la llama de una vela, un mandala o cualquier objeto que te sirva como soporte de la atención.

Ahora desplaza el peso de tu cuerpo a la pierna izquierda y flexiona ligeramente la derecha, pero manteniendo todavía os dedos de los pies en el suelo. Sé consciente de que es tu pierna izquierda la que sostiene tu cuerpo.

Lentamente ve deslizando el pie derecho hacia arriba por la parte interior de la pierna izquierda. Llévalo tan arriba como puedas y después apoya firmemente la planta del pie en la cara interna de la pierna izquierda, ya sea a la altura de la rodilla, un poco más arriba o abajo. Abre la rodilla hacia la derecha, orientando la rodilla hacia el exterior.

Si puedes, coloca el pie en posición de medio loto ayudándote con las manos. Apoya el empeine contra la parte más alta del muslo o la ingle, el talón debe quedar cerca del pubis y la planta del pie hacia arriba.

Cuando te sientas estable en esta postura, eleva poco a poco los brazos hacia el cielo por encima de tu cabeza. Al hacerlo, asegúrate de no subir los hombros hacia las orejas.

Mantén la postura el tiempo que te resulte cómodo. Después deshazla realizando toda la operación en sentido inverso, es decir, primero desciende los brazos al pecho y después el pie al suelo.

Repite todo el proceso con la otra pierna.

 

RECOMENDACIONES

Sitúate en una superficie dura, si tu colchoneta es muy blanda, te costará más conseguir y mantener el equilibrio.

Practica la paciencia: no tengas prisa por levantar el pie del suelo, y cuando lo hagas, hazlo con movimientos lentos y controlados.

Te puedes ayudar con las manos para colocar el pie contra la otra pierna. Esto se hace casi indispensable si vas a hacer la versión más avanzada (en medio loto). En ese caso, de nuevo realiza movimientos lentos, mantén la atención fija en el punto que miras y no pierdas la verticalidad de tu cuerpo.

Estira tu columna vertebral hacia arriba, y orienta la coronilla hacia el cielo, acercando la barbilla ligeramente a la nuez.

Haz respiraciones lentas y profundas, llevando el aire al punto más profundo de tus pulmones. Así situarás tu centro de gravedad en el área del ombligo, lo que te ayudará en el equilibrio.

Puedes imaginar que alguien te sostiene desde arriba por las manos. Visualiza un eje vertical que atraviesa todo tu cuerpo, desde el talón que está apoyado en el suelo hasta la coronilla.

Durante toda la postura mantén la mirada y la atención en el punto elegido.

Practica la perseverancia: si pierdes el equilibrio y caes, vuelve a comenzar desde el principio.

 

BENEFICIOS

Fortalece los pies, tobillos y piernas.

Aporta flexibilidad a las caderas.

Mejora la concentración y el equilibrio tanto físico como emocional.

 

Puedes practicar la postura del árbol en nuestras clases de Gaia.



Posturas de yoga: Natarajasana

Esta hermosa y extremadamente difícil postura exige equilibrio y un alto grado de flexibilidad en la espalda, piernas y hombros. Pero no os desaniméis por la dificultad, y tomadlo como un reto que lograréis superar a base de constancia y práctica.

Está dedicada a Shiva el destructor, tercer dios de la trinidad hindú, que es el señor de la danza; de ahí, que también se la conozca como la postura del bailarín.

TÉCNICA

1-. Desde Tadasana (postura de la montaña) despegamos el pie derecho del suelo, llevamos la rodilla hacia atrás y doblamos la pierna derecha para que la planta del pie quede hacia arriba.

2-. Giramos los dedos del pie hacia fuera y, a continuación, estiramos la mano derecha hacia atrás, sujetando la cara interior del pie derecho.

3-. Rotamos el codo hacia fuera y arriba, para poder sujetar el dedo gordo derecho, mientras vamos acercando al mismo tiempo, el pie derecho hacia la parte posterior de la cabeza.

4-. Mantenemos la cadera derecha hacia abajo, intentando que el muslo derecho quede paralelo al suelo.

5-. Ahora podemos estirar ya el brazo izquierdo hacia delante, paralelo al suelo, con la palma hacia abajo y con Chin Mudra (puntas de dedos índice y pulgar unidos).

*Mantenemos unas 10 respiraciones o más, según nos sintamos ese día al practicar este asana. Cambiaremos de pierna para realizar el otro lado.

RECOMENDACIONES

Como comentamos al principio, esta postura es de suma dificultad, por lo que hemos de ser pacientes con nosotros mismos y permanecer atentos a las sensaciones corporales ante cada paso nuevo.

1-. La pierna de apoyo ha de mantenerse fuerte y recta, pero sin causar bloqueo en la rodilla.

2-. Para facilitar el equilibrio, podemos posar nuestra mirada (drishti) en el mudra de la mano estirada delante de nosotros.

3-. Hasta que logremos hacer la postura completa nos podemos servir de apoyos y soportes, como la pared o una silla.

BENEFICIOS

-Desarrolla una gran fuerza interior, creando una potente sensación de vigor y energía.

-Además, es una postura sumamente rejuvenecedora por la gran movilidad articular y flexibilidad muscular que requiere.

*CONTRAINDICACIONES: mucho cuidado para todas aquellas personas que sufran lesiones en rodillas, hombros o lumbares. A la mínima molestia deberá abandonar esta postura.

Si tenemos una práctica regular y consideramos que nuestro nivel físico es adecuado para empezar a poner en práctica esta desafiante postura, os recomendamos esta clase guiada por nuestra profesora Rina Jacubowicz “Soy Bella”,  Una práctica enfocada en mover el cuerpo en posturas fluidas y fuertes, a la vez que borramos los pensamientos negativos y de juicio sobre nosotros mismos, que tantas veces nos limitan. Natarajasana es una forma perfecta de ponerlo en práctica. Os esperamos en Aomm.tv

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